Cambios en un feriado para que los digiera Wall Street

El mercado financiero local tuvo reacción moderada a la salida de Prat Gay.

Pudo haber sido pura casualidad. O quizás no. El pedido de renuncia de Alfonso Prat-Gay se oficializó el día después de Navidad. Esto no tendría nada de extraordinario a no ser por un detalle: es una jornada no laborable en los Estados Unidos y, más importante, feriado en Wall Street.



Si algo cambió este año para la Argentina es que dejó de ser un país aislado y se reincorporó a los mercados financieros tras más de 15 años de ausencia. Por eso, las decisiones de política económica hay que adoptarlas teniendo en cuenta dos aspectos. La reacción local, pero tanto o más importante la mirada de los inversores internacionales.

Prat-Gay fue un sello de garantía que ayudó en sus primeros pasos a Mauricio Macri. Ex JP Morgan, el renunciado ex ministro de Hacienda y Finanzas llevó adelante la negociación con los holdouts de una forma rápida y eficiente. Y permitió que la Argentina recupere el acceso fluido al financiamiento internacional.

Pero su tiempo dentro del gabinete se agotó como quedó demostrado la semana pasada, ante una reactivación económica que nunca terminó de llegar en el malogrado segundo semestre.

En ningún momento participó de la discusión del tema del impuesto a las Ganancias y tampoco participó de las reuniones con la CGT previas a consensuar el proyecto final. Su lugar ya había sido ocupado por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y por Mario Quintana, jefe de asesores de Gabinete y hombre clave en el engranaje de gobierno.

La figura de Prat-Gay languideció en el frente interno, pero también en el externo. No sólo ya no salía a defenderlo su mentor, nada menos que «Lilita» Carrió, sino que los inversores le empezaron a desconfiar. No es casualidad que el riesgo país haya aumentado el triple que en los países vecinos desde la victoria de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.

Nicolás Dujovne llega al ministerio de Hacienda no como superministro salvador, sino con la responsabilidad de hacerle un estricto seguimiento a las metas de déficit fiscal que comprometió el gobierno para el 2017. El 4,2% de rojo en relación al PBI pasará a ser su postulado, como es el ya aburrido «12-17%» que plantea el titular del BCRA, Federico Sturzenegger, para la inflación del año próximo.

Dujovne llega con una “yapa”: su cuñado es Moisés Yellati, socio en Argentina y en Uruguay del flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El Presidente ya había mostrado ante sus ministros la preocupación para no pasarse de la raya este año. «Hay que cumplir como sea con el déficit de 4,8%», les dijo a principios mes, cuando parecía que el rojo subiría hasta 5,5% del Producto.

Pero finalmente pudieron enderezar los números con dos artilugios: el aporte «por única vez» del blanqueo a la recaudación en diciembre, pero también con pagos de obra pública que fueron pisados por el ministerio del Interior y recortes de urgencia que tuvieron que realizar la mayoría de los ministerios. No es que no se va a gastar, pero todo pasó para enero.

Dujovne es poco conocido por los mercados y por eso viene bien el feriado de hoy, así Wall Street no se va a «desayunar» con la noticia. Este día de gracia servirá para digerir los cambios y que todo arranque más tranquilo mañana, cuando se reanude la operatoria de los mercados en Estados Unidos.

Además de su larga trayectoria en bancos, consultoras y en la función pública, Dujovne llega con una «yapa»: su cuñado es Moisés Yellati, socio en Argentina y en Uruguay del flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Puede resultar un «puente de plata» para aceitar la relación con el futuro mandatario, tras el apoyo explícito que Macri le diera a su rival, Hillary Clinton, pocas semanas antes de las elecciones.

Fueron Yellati y su socio, Felipe Yaryura, quienes conectaron al asesor presidencial e íntimo amigo de Macri, José Torelo, con la familia Trump inmediatamente después de la victoria de éste último el 9 de noviembre pasado. La novedad más importante de las últimas horas posiblemente pase por el ascenso Luis «Toto» Caputo. Por primera vez, entonces, la Argentina tendrá un ministro de Finanzas.

Se trata, en definitiva, de un reconocimiento de cuáles son las urgencias que atraviesa el gobierno. Con la necesidad de salir a buscar más de u$s 30.000 millones en 2017, por lo menos habrá que conseguir la mitad en los mercados de exterior. Y rápido. En abril vencen u$s 7.000 millones de Bonar X. Se trata del mayor pago de deuda que deberá afrontar la Argentina prácticamente en toda su historia.

Caputo, un ex Deutsche Bank y muy respetado en la comunidad inversora, será el encargado de salir a buscar ese financiamiento, que es clave para seguir adelante con el plan económico y seguir con el camino de un ajuste fiscal suave.

Pero si el crédito internacional se vuelve esquivo, como pasó en estas últimas semanas de mayor debilidad de los bonos, las complicaciones pueden ser mayúsculas en el año electoral. La clave para intentar revivir la economía y llegar mejor parados a las elecciones de octubre pasa por mantener el chorro crediticio de los mercados financieros. A ese fin se abocará inmediatamente el tándem Dujovne-Caputo. Y en realidad el gabinete a pleno.

Fuente: infobae.com