El funesto 2016 para el MAS

Rolando Tellería A.* Después de una década de gobernar sin sobresaltos, arrasando en casi todas las elecciones que les tocó sortear, en términos políticos, el 2016 quedara registrado en la historia del partido azul, como el más funesto desde que se hizo del poder el año 2006. El descenso ha sido abrupto y calamitoso.Sin bien el declive comienza a visibilizarse ya en las últimas elecciones subnacionales y en la consulta por los Estatutos Autonómicos de septiembre del 2015; el rechazo al régimen masista, el 2016, ha tenido un efecto “geométrico decreciente” que, hasta el vulgo, comienza a descalificar al Gobierno de Morales. Es profundo el quiebre hegemónico, como la desesperación de sus dirigentes, frente al incontrolable deterioro político. El 2016 marca el ingreso a una peligrosa fase de crisis política; los niveles de desobediencia social y descontento son crecientes. Y, cuando la obediencia ya no es espontánea, siguiendo a Gramsci, se acude frecuentemente, como mecanismos de control, a la represión y coerción. Los ejemplos están a la vista. Veamos los eventos que convirtieron al 2016 en un año trágico y desastroso para el partido de gobierno.De comienzo, se inscribe la terrible derrota del 21F. Frente a sus inflacionadas expectativas, el desenlace, desencaja toda la estrategia de reproducción del poder aplicada desde las elecciones generales del 2014, en las que el triunfo tenía que garantizar los dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional, a fin de contar con la llave maestra para abrir la Constitución. Ahora, afectados y seriamente aturdidos, buscan otras salidas nada legítimas y anticonstitucionales. El hecho de desconocer los resultados del 21F, los coloca en una situación más delicada aún; pues forzando las cosas y sometiendo a consulta otra vez la respostulación del caudillo; todo indica que el rechazo podría ser más contundente.En el año que termina, también se ha hecho más visible la megacorrupción. Se destaparon las adjudicaciones millonarias y directas a la empresa China Camce, con incuestionables irregularidades imposibles de tapar con un dedo. Del mismo modo, han salido a la opinión pública una significativa cantidad de obras del programa Evo Cumple, que literalmente se caen por su mala calidad. Ha tomado mayor magnitud, por otro lado, el tremendo desfalco al ex Fondioc. Todo aquello, ha permitido que la opinión pública tome consciencia sobre el fondo del tozudo afán prorroguista: saben de los riesgos que supondría para la “nomenclatura” azul una eventual pérdida del poder; “tendrían que escapar todos”.Las flagrantes mentiras del Presidente y el Vicepresidente han tenido, también, un espantoso efecto en el deterioro político. Las abrumadoras y reiterativas mentiras de ambos, han desnudado una perniciosa faceta, lapidaria en la confianza ciudadana; el quiebre es irreparable. Las mentiras hechas públicas son de antología. Se han posesionado, en la consciencia popular, como los más conspicuos mentirosos de este país. La devenida de este pernicioso proceso es sumamente peligrosa para el proyecto de reproducción del poder.Ahora, claro, lo más terrible para el MAS, el 2016, fue la caída del mito Evo Morales. La megacorrupción, las mentiras y el “caso zapata” derrumbo aquella imagen superior y divinizada del caudillo, alejado de las pasiones humanas, incapaz de mentir y de robar. Esto afectará, brutalmente la capacidad electoral del MAS radicada en el mito. Evo Morales es como cualquier común mortal, vulnerable a los pecados de la carne, la mentira y la acumulación material. Esto es como un tsunami en la maquinaria electoral del partido azul.Y, para acabar el funesto año, después del tsunami, viene el “terremoto del agua”, drama que provoca una suerte de “conciencia y emancipación”, pues coloca a la luz, la brutal ineficiencia del Gobierno que, pese a contar con un descomunal excedente económico, no tomó previsión alguna sobre este aspecto tan fundamental, haciendo visible el enorme despilfarro.Atribuir todos estos eventos a la derecha, la oligarquía chilena y al imperialismo comporta un enorme cinismo y estupidez. *Profesor de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Mayor de San SimónLos Tiempos – Cochabamba