La estrategia Uma: renunciar al éxito para no vivir el fracaso

La actriz no parece muy preocupada por llevar más de una década sin romper la taquilla. Tampoco le hace falta. Sobre todo porque, en el fondo, esto es lo que quería.

Uma Thurman, dando la espalda a la fama.

Cuando Ethan Hawke nos concedió esta entrevista llena de sinceridad durante el pasado festival de San Sebastián, uno de los episodios más llamativos y comentados fue aquel en el que el actor contaba cómo su exmujer cocina macarrones con queso a sus hijos. Resulta tan entrañable como asombroso imaginarse a Uma Thurman, ataviada con un delantal y unas manoplas, gratinando una fuente de carbohidratos.Al fin y al cabo, su físico etéreo, su languidez al caminar como si estuviera levitando y hasta su propio nombre –Uma significa «esplendor» en sánscrito– llevan tres décadas transmitiendo la sensación de que la actriz no pertenece a este mundo. Sin embargo, Thurman no tiene reparos en confesar que lleva años alimentándose de los restos de cena que dejan sus hjos. «Sabes que tienes un problema cuando empiezas a comerte su cena y la tuya también». ¿Quién es entonces Uma Thurman? ¿La reencarnación de Greta Garbo y Marlene Dietrich que siempre hemos creído, o un ama de casa que, a veces, hace películas?Uma Thurman lleva 13 años, desde Kill Bill vol 2, sin marcarse un éxito en la taquilla. El público ha ignorado sus intentos de dar vida a mujeres corrientes en apuros en películas como Marido por sorpresa, Secretos compartidos –donde arrastró al fracaso hasta a una estrella infalible como Meryl Strep– o Una mamá en apuros, que ostenta el récord de vender 11 entradas durante su primer y único fin de semana en Reino Unido.La clásica queja de las mujeres guapas en Hollywood  –»el físico te abre puertas pero también te limita», ha declarado la actriz– pocas veces ha sido más demoledora y cierta que en el caso de Thurman. Uma fascina y atrae, pero hay demasiados personajes que los espectadores no quieren verle hacer. El problema es que sus papeles más extravagantes, al servicio de su abrumadora belleza, tampoco han funcionado. Ni Los vengadores –no la de Marvel, sino la basada en una serie de televisión británica de los 50–, ni Los productores, ni Mi súper exnovia –por la que cobró 14 millones de dólares, la mitad del presupuesto–, ni Paycheck ni Be Cool –la secuela de Cómo conquistar Hollywood– atrajeron el interés del público.



Sentido obituario para la cara con la que conocimos a Uma Thurman

La actriz ha tenido tan mala suerte que incluso se vio atrapada en la debacle de Batman y Robin, la película de superhéroes más ridiculizada de la historia. A pesar de que las críticas salvaron su actuación como la villana Poison Ivy de la hecatombe, apreciando su desparpajo «a medio camino entre Mae West, Jessica Rabbit, la Venus de Botticelli y una drag queen», Batman y Robin solo contribuyó a la incomparable ristra de fracasos que Uma Thurman arrastra, y que sólo Quentin Tarantino, su director en Pulp Fiction y Kill Bill, ha conseguido disimular.

LA FAMILIA, LO PRIMERO

Ante esta filmografía atestada de fiascos, resulta inevitable que Uma Thurman haya acabado siendo más famosa por su vida personal que por su trabajo. Su condición de celebrity ha devorado a su fama como actriz. Ha estado casada con dos actores, Gary Oldman y Ethan Hawke, quien le fue infiel con una modelo primero y con su niñera –con quien se acabó casando– después. Thurman evita hablar del tema para proteger a sus hijos con un discurso similar al de Hawke: «le debemos a nuestros hijos no crear demasiados problemas, ellos no pidieron esto, así que no tienen por qué oir historias sobre ello».Ethan y Uma parecen estar en sintonía, aunque lo único que tengan en común ahora sea dos hijos y un sentimiento de culpa. Tras su divorcio, la actriz mantuvo una relación con el empresario hotelero André Balazs, a quien dejó por el multimillonario inversor Arpad Busson. Uma y Arpad se prometieron dos veces, conmemoradas con un anillo exclusivo tan grande que «Uma no era capaz de pasar su mano por la chaqueta del abrigo» según una de esas fuentes anónimas tan ingeniosas, pero cancelaron sus planes de boda finalmente. Tienen una hija en común, Rosalind Arusha Arkadina Altalune Florence Thurman Busson –Luna para los amigos–. Tras la ruptura la actriz se reconcilió con André Balazs, con quien vive actualmente.

fotos uma thurman antes embarazo

Matrimonios con otras estrellas, relaciones con empresarios millonarios, hijos con nombres imposibles de memorizar y titulares en torno a una supuesta operación estética que no era tal y que demostró los milagros de una buena sombra de ojos. Uma Thurman lleva una década permanentemente a punto de convertirse en una parodia de Hollywood. Pero lo cierto es que detrás de su misteriosa imagen pública hay obstáculos mucho más sencillos de lo que los focos de las alfombras rojas dejan ver.Su pose distante y solemne se debe a que, desde los 10 años, Uma Thurman no ha sonreído en público. Las burlas de sus compañeros de escuela por ser demasiado alta y huesuda –una amiga de su madre llegó a recomendarle una rinoplastia– la tomaron también con su sonrisa. Le dijeron que quedaba fea y que no debería sonreir nunca.

NO HAY LUGAR COMO EL HOGAR

Del mismo modo, sus elecciones profesionales han estado siempre influidas por su decisión de nunca rodar demasiado lejos de Nueva York. Allí es donde vive el padre de sus hijos, y la culpabilidad por un matrimonio tóxico –de la que Hawke también nos habló en su entrevista– llevó a la actriz a tratar de compensar por todos los medios a sus dos hijos.La única excepción a esta política profesional la hizo cuando viajó a China con su hija de dos años para poder seguir dándole el pecho, ya que la lactancia significa mucho para ella, durante el rodaje de Kill Bill. Thurman se comprometió a hacer lo que fuera necesario porque sabía que Quentin Tarantino le estaba dando el papel de su vida. No ha vuelto a pasar. Es más, recientemente, su expareja Arpad Busson amenazó con quitarle la custodia de Luna si Uma aceptaba rodar en el extranjero, por lo que la actriz decidió rechazar el papel.

Sentido obituario para la cara con la que conocimos a Uma Thurman

Uma Thurman no ha podido controlar los escándalos de su vida privada, pero ha sido implacable a la hora de asegurarse de que todo lo demás sí dependa de ella. Ha sacrificado su carrera por el bienestar y la estabilidad de sus hijos, y ha preferido priorizar su labor como madre a la de estrella. Tampoco es que se vaya a morir de hambre, precisamente. Desde que irrumpió en el cine desnuda en Las aventuras del Barón Munchausen a los 18 años, y sobre todo desde que despertó sexualmente a toda una generación de intelectuales en Las amistades peligrosas y Henry y June, Uma Thurman ha confesado que siente que sacrificó toda su juventud para forjarse como un mito de Hollywood.

Por eso hoy que renuncia a la fama para centrarse en tratar de ser la mejor madre posible, algo que no da titulares ni se considera un triunfo para los estándares de Hollywood, Uma Thurman no se siente un fracaso en absoluto.

Fuente: www.revistavanityfair.es