Lula, ¿puede ir preso en 2017?

Gustavo Segré y Germán Segré*Willian Tucker (1905–1995) y John Forbes Nash (1928-2015) desarrollaron respectivamente el «Dilema del prisionero” y el “Equilibrio de Nash”. Allí se explica que ante la detención de dos delincuentes que son enfrentados judicialmente -sin que mantengan contacto entre ellos- al tener la opción de traicionar o no a su cómplice buscando disminuir la sentencia, la lógica indica que la traición será el camino elegido por ambos.La investigación de la operación «Lava Jato», que se inició en marzo de 2014, contó con la formulación del Dilema del Prisionero para conseguir 71 arrepentidos que, sobre la base del pensamiento de Tucker y Nash, delataron a sus cómplices.Gracias a la impecable investigación del juez Sergio Moro, la Policía Federal y los fiscales del caso, los números de Lava Jato impresionan: 1.434 procedimientos policiales; 730 allanamientos; 103 prisiones temporarias; 120 pedidos de cooperación internacional; 71 acuerdos de delación premiada (figura del arrepentido, sin contar los 77 arrependitos de Obebrecht en proceso de homologación); 56 acusaciones criminales; 7 acuerdos judiciales con empresas (leniencia); U$S 10.651 millones como valor solicitado de regreso a los cofres públicos (incluyendo multas); US$ 1.000 millones de bienes bloqueados por la Justicia de los investigados; 120 condenas en primera instancia que suman 1.257 años, 2 meses y 1 día de pena; 3 ex tesoreros del Partido de los Trabajadores presos; 2 ex Jefes de Gabinete de Lula y de Dilma presos (Jose Dirceu y Antonio Pallocci); varios ex ministros procesados (Guido Mantega, Paulo Bernardo, Gleise Hoffman, etc.); un ex senador procesado (Delcidio de Amaral); varios presidentes y ejecutivos de empresas constructoras procesados (Marcelo Odebrecht aún está preso); 3 causas contra el ex presidente Lula da Silva y su familia (además de dos causas fuera de Lava Jato); el mejor amigo del ex presidente Lula, Jose Carlos Bumlai, preso, y el encargado de la campaña de marketing de Lula y de Dilma, João Santana y su esposa, presos. Todo esto, entre otros datos de importancia.Pero Lula, ¿podría ir preso este año? En agosto del 2013, la entonces presidente de Brasil, Dilma Rousseff, promulgó la ley 12.850 que se hizo conocida como la Ley del Arrepentido. Esta ley prevé desde una disminución de la pena para quien colabore con la Justicia, pasando por cumplir parte de la pena en régimen semi-abierto, hasta la extinción de la pena o el perdón judicial.Lo que nunca Dilma Rousseff podría haber imaginado, es que esta ley promulgada por ella, sería la que tantos dolores de cabeza le daría a su partido – Partido de los Trabajadores – a su mentor, Lula da Silva y a ella, que está siendo investigada por obstrucción a la Justicia. Las declaraciones de los 77 ejecutivos de Odebrecht, que se estima estarán homologadas por la Corte Suprema de Justicia – STF – el mes que viene, tendrán validad jurídica a partir de este trámite. Se espera que esto genere un terremoto en Brasilia para congresistas y ministros, pudiendo llegar al propio presidente Michel Temer. Pero aquí es donde entra nuevamente el Dilema del prisionero de Tucker y Nash.Algunos de los actualmente presos, podrían acceder a la delación premiada y complicar más al ex presidente Lula da Silva (ya las delaciones sirven sólo hacia arriba en la escala de mando y van quedando pocos caciques por ingresar en la Lava Jato). La variante del Dilema del Prisionero en este caso, será que no es necesario detener al segundo prisionero para generar el conflicto entre ellos, sobre quedarse callado o traicionar el cómplice.La duda existencial de los procesados (muchos de ellos presos) es si vale la pena quedarse callado o si, sobre todo con la presión familiar, es mejor aprovechar las últimas posibilidades judiciales para contar lo que saben y negociar los beneficios del arrepentido.El ex presidente Lula cuenta con la aparente fidelidad de su ex jefe de Gabinete, José Dirceu, y del ex Tesorero del Partido, José Vaccari Neto, pero no tiene cómo garantizar el silencio de su ex encargado de marketing de campaña, João Santana, de su ex ministro Antonio Pallocci, de su ex ministro Guido Mantega y de sus amigos, Leo Pinheiro y Jose Carlos Bumlai, muchos de ellos con negociaciones avanzadas como arrepentidos. Con las declaraciones de los ejecutivos de Odebrecht en trámite judicial en la Corte Suprmera (aún sin saberse el contenido de las mismas), sabiendo que está avanzada la investigación del Departamento de Justicia Americano – que podría incluir en la lista de buscados al ex presidente Lula – y observando que la Ley del Arrepentido debe dar informaciones que aún no consten en la investigación, podemos presumir que será un año muy complicado para quien hasta hace poco, defendía la igualdad social y la mejora en la distribución de renta (de los otros, claro).A partir de marzo, el Juez Sergio Moro debe concluir con la primera sentencia contra Lula por corrupción pasiva, lavado de dinero y falsedad ideológica. Si los procesados se guían por el dilema del Prisionero, Lula terminará preso en corto plazo.Después de todo, la culpa será de Tucker y de Nash, por haber concluido en sus trabajos que lo mejor para el prisionero es traicionar a su cómplice y contar todo lo que sabe.Feliz 2017.*Socios directores de Center Group. Profesores de la Universidad Paulista AlbertClarín – Buenos Aires