14 Errores culinarios que no dejan que tus platillos alcancen la perfección

Todos conocemos los fracasos culinarios de primera mano: macarrones pegados, carne que más bien parece un pedazo de goma, pasteles mal horneados y otro millón de «obras maestras» que nos hacen decepcionar de nuestras habilidades.

Genial.guru juntó para ti algunos errores típicos de los chefs principiantes que, al corregirlos, te convertirás de inmediato en un gurú culinario. Al menos, mejorarás notablemente tus habilidades.



Lavar la pasta después de la cocción

Lavar la pasta en agua fría después de la cocción puede estresar a cualquier italiano: en la superficie de la pasta cocida queda un almidón valioso que ayuda a la absorción de la pasta. Además, el agua en la cual se coció la pasta, se usa en Italia para disolver las salsas demasiado espesas.

Cocinar tomates junto con otras verduras

    Sin embargo, uno de los errores más comunes de los chefs principiantes es cocinar los tomates junto con las patatas, zanahorias y otras verduras. El ácido que contienen los tomates, ralentiza el proceso de cocción de las otras verduras, debido a lo cual la cocción del platillo se puede prolongar. Por el mismo motivo, el vinagre se agrega en los platillos cuando están casi listos para servir.

    Echarle sal al caldo al principio de la cocción

    Aquí todo es sencillo: si le echas sal al caldo al principio de la cocción, existe el riesgo de obtener un platillo demasiado salado porque el agua durante la cocción se irá evaporando. Por cierto, el secreto de un caldo sabroso está en poner la carne en agua fría. Pero si tu objetivo es cocinar una carne exquisita, el agua destinada para su cocción, debe estar hirviendo.

    Usar licuadora para preparar el puré de patatas

    Claro que una licuadora ayuda a preparar un montón de platillos pero no cuando se trata de puré de patatas. El puré más sabroso sale si lo preparas «a la antigua» usando un aplastador (machacador) y un tenedor para batirlo. Por cierto, los chefs profesionales escurren cuidadosamente toda el agua en la cual se han cocido las patatas e incluso las secan un poco justo en la olla.

    Usar muy pocas o demasiadas especias

    Los chefs tienen una broma que dice que el plato al que le falta sal es peor que el que la tiene en exceso. Lo demás va para cualquier tipo de especias, su ausencia puede perjudicar el platillo, dejándolo desabrido. Pero tampoco hay que agregar todo tipo de especias que tengas por ahí. En el caso de las especias, su falta o su exceso es igual de malo.

    Ponerle demasiado relleno a la pizza

    A primera vista puede parecer que cuanto más relleno tiene una pizza, más bonita y sabrosa queda. Sin embargo, no es así; en la preparación de una pizza hay que respetar las cantidades que indica la receta. Así obtendrás una masa crujiente que no se doblará y te permitirá comer pizza con las manos, tal y como debe ser.

    Cocer pasta en poca cantidad de agua

    Todo tipo de pasta se debe cocer en una gran cantidad de agua. Si le pones poca agua a la olla, la pasta corre el riesgo de convertirse en una masa pegajosa, entonces en vez de un platillo apetitoso obtendrás cualquier cosa menos una comida sabrosa. Además, la pasta no solo se pegaría entre sí sino también a las paredes de la olla, lo cual dificultaría mucho su lavado.

    Picar cebolla con anticipación

    La cebolla finamente picada se vuelve amarga al instante, por lo tanto, los platillos también pueden tener ese toque desagradable. Lo mismo sucederá si picas la cebolla con un cuchillo más afilado. Por lo tanto, hay que picarla únicamente con un cuchillo que tenga buen filo y justo antes de agregarla al platillo.

    Cortar carne para bistec a lo largo de las fibras

    Incluso la mejor carne puede convertirse exitosamente en una «suela de zapato» si la cortas a lo largo de las fibras. A la hora de freír, estos pedazos reducirán su tamaño quedarán muy duros. Para evitarlo, debes cortar la carne transversalmente a las fibras, así no cambiará su tamaño y permanecerá suave después de la cocción.

    Agregarle vinagre al bicarbonato de sodio

    A pesar de que este truco es muy común, no tiene ningún sentido práctico. A la hora de agregarle vinagre al bicarbonato, todo el dióxido de carbono que le da volumen a la masa, desaparece. En una de las recetas antiguas para darle volumen a la masa se recomienda usar este truco: en 1/4 de vaso disolver una cucharada de bicarbonato, y en otro vaso con la misma cantidad de agua agregar una cucharadita de ácido cítrico y luego agregarlo a la masa.

    Hornear patatas justo después de cortarlas

    Las patatas horneadas con una costra crujiente lucen muy apetitosas. En las fotos. En la práctica, lograr que de verdad tengan una costra así es muy difícil. Sin embargo, si remojas las patatas cortadas durante un par de horas en agua fría antes de ponerlas sobre una bandeja de hornear, el almidón en exceso se irá, y después de hornearlas, las patatas lucirán justo como en las páginas de revistas culinarias.

    Cocer verduras durante un tiempo prolongado

    Incluso si no eres aficionado de los platillos al dente, recuerda que todas las verduras verdes, por ejemplo, brócoli y espinacas, no soportan una cocción prolongada. Por lo tanto, para su cocción se usa el método de escaldado: cocción en agua hirviendo durante un tiempo corto. El tiempo varía de 2 a 5 minutos dependiendo de las verduras que escogiste. Este método de cocción no solo conservará el sabor y el color, sino también minimizará la pérdida de vitaminas.

    Saltear la cebolla y la zanahoria a la vez

    Uno de los errores más comunes en la creación del salteado para los caldos es saltear cebolla y zanahoria a la vez. En realidad, primero debes saltear la cebolla y esperar a que se torne transparente, y solo después agregarle la zanahoria. El secreto es sencillo: a pesar de la opinión común, la cebolla se tarda más tiempo en cocinarse y cuando se quema, obtiene un sabor amargo que se le transmite al platillo.

    No usar azúcar al preparar platillos no dulces

    Claro que no se trata de agregar azúcar al caldo en proporciones grandes como para una mermelada. Sin embargo, una pizca de azúcar en los platillos que contienen ingredientes agrios, como tomates, puede mejorar mucho el sabor del platillo. Por cierto, esta regla funciona también al revés: una pizca de sal en platillos de masa dulce le da al horneado un sabor más intenso.

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    Fuente: genial.guru