ABNB, designaciones y la idea de reescribir la historia

Oscar Díaz ArnauLa Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB) ha decidido despedir al director del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), Marco Antonio Peñaloza, quien había ganado un concurso de méritos en el que, nos enteramos ahora, no hubo primer y segundo lugar. Como se supone que esta designación fue legal y como el afectado anunció un juicio (de acuerdo con lo que él dijo, tenía contrato por cinco años), los miembros del Consejo de Administración deberán explicar por qué la respetaron solamente siete meses. En un concurso de méritos hay, lógicamente, un ganador y por lo menos un perdedor; esto es, un primer y por lo menos un segundo lugar. Pero, «no había necesariamente primero, segundo (lugar)”, respondió el presidente del Consejo de Administración de la FC-BCB, Cergio Prudencio, cuando en una conferencia de prensa un periodista le interrogó la semana pasada si Máximo Pacheco —quien competía con Peñaloza y ahora será su reemplazante— terminó segundo en esa convocatoria. «Era entre los dos que había que tomar una decisión, de manera que él (Pacheco) viene respaldado también por eso (…)”, agregó. No dudo de la buena fe de Prudencio, un reconocido compositor e intelectual; el suyo debió ser un lapsus. Peñaloza denunció en una entrevista radiofónica que el presidente del Consejo le habría dicho de manera verbal que su puesto era «de libre nombramiento”. Resta ver si la ejecución de esa supuesta potestad de los consejeros no se contradice con las disposiciones legales para los concursos de méritos, en los que, para mayor ilustración de la anécdota contada en los párrafos anteriores, hay puntajes y éstos irremisiblemente dan como resultado un ganador (primer lugar) y un perdedor (segundo lugar). Ese detalle, por un lado. Fuera de los procedimientos administrativos necesarios y legales, yo en su momento cuestioné el arribo de Peñaloza al ABNB señalando que en su designación (como en la de su antecesor pese a tener, ambos, experiencia técnica) influyó, antes que nada, el criterio político; además, con todo respeto, en los pasillos del Archivo deambula como fantasma la nostalgia por la estatura intelectual de sus predecesores. Puedo estar equivocado, por supuesto, lo que no creo que alguien se atreva a refutar es que la FC-BCB se ha politizado e ideologizado en este Gobierno como nunca antes desde su creación, en 1995. Prudencio y Peñaloza admitieron públicamente hace poco que el ABNB está en crisis. La prensa reflejó los argumentos del Consejo para el cambio de mando. En dicha conferencia, a Prudencio le consultaron sobre las expectativas que los consejeros tienen de Pacheco. «Estamos esperando que le dé la proyección que los tiempos nos exigen para el Archivo. Estamos en un país que se ha reconfigurado. Estamos en un país que tiene una nueva Constitución; que además de la nueva Constitución se posicione en el contexto regional de una manera muy diferente, tanto en términos de su desarrollo económico como de sus enmiendas culturales, de manera que el Archivo debe responder a esos nuevos contextos históricos, honrando el pasado de los antecesores de esta institución pero al mismo tiempo dando atención a una cantidad de expectativas que la sociedad nos pone (…)”, respondió. Para el ABNB, citó objetivos fijados por el Consejo: «…nos interesa generar un proceso para la reescritura de la historia de Bolivia. Esto se hará obviamente con especialistas, con los procedimientos y procesos que corresponde. Pero es tiempo de volver a mirar la historia del país con nuevos ojos, con nuevas fuentes de investigación y generar un discurso más acorde con la realidad actual, desde la perspectiva de la historia”. Por último, mis reparos a la forma en que se produjo la salida de Peñaloza no resta un ápice de alegría en mí y —me parece— en muchas personas que conocen la trayectoria y el don de gente del nuevo director del ABNB: Máximo Pacheco es un chuquisaqueño de honorabilidad incuestionable. Siempre he defendido la idea de que, para acceder a tan meritorio puesto, en el caso específico del ABNB cualquier postulante necesita algo más que títulos universitarios; que debe ser durísimo ocupar una oficina en la que antes estuvieron Gunnar Mendoza, Josep Barnadas, René Arze, Marcela Inch, Ana María Lema y Joaquín Loayza. Yo creo que, si le dejan, Pacheco dejará su huella en el Archivo.Página Siete – La Paz