En un episodio reciente de ‘South Park’ se habló de un página web que era capaz de facilitar todo el historial de cualquier usuario del mundo.Días previos a subir esta página, los gobiernos del mundo y todos los ciudadanos enloquecieron, trataron de evitarlo y unos, incluso, planearon irse del planeta.Lo que se ofrecía en ese sitio era decirte si alguien ha hecho comentarios anónimos, qué sitios web se visitan, con quién y qué chateas, a quién stalkeas, durante cuánto tiempo.
Obviamente la intención de la serie animada estadounidense fue hacer una sátira y exagerar prácticas reales actuales. Entre chistes incómodos se trató un tema de interés global: el stalkeo, que puede ser pensado como un tipo de acoso anónimo sin consecuencias evidentes.La web 2.0, que su función no es el de elaborar contenidos, sino de crear plataformas para que sus usuarios hagan los contenidos, ha tenido un buen recibimiento por parte de las personas con acceso a Internet. Eso ha cambiado las formas en la que pensamos sobre la intimidad.Los millennials crecimos en el auge y globalización de las redes sociales. Nuestra interacción con el mundo se desarrolla en gran parte por esta forma de comunicación.
Según el sociólogo Boris Groys, hace veinte años, se creía en una entidad divina y omnipresente. Hoy, ese lugar lo ocupa la web, la red y Google: nuestra trinidad informática. Stalkear es observar desde el anonimato palabras, imágenes, comentarios en la redes sociales, la vida de los otros. Al stalkear nos volvemos dioses privados, ojos que ven la vida de lo otros en vivo y sin interferencias.Cuando Facebook se expandía y nosotros crecíamos aprendiendo a usar computadoras antes que fichas bibliográficas o antes que calculadoras, ya descubríamos cómo conectarnos a través de la línea telefónica.
No es necesario estar obsesionado con alguien, el stalkeo ocurre en diferentes niveles. Incluso las propias redes sociales lo propician al mostrarte, sin que se le pida, actualizaciones de estados, gustos, futuras asistencias a eventos, inicio de relaciones amorosas y, si se sabe rastrear, todo relacionado a su origen.Las redes sociales existen para sltalker y ser stalkeado. Para mirar y volverse el objetivo del deseo de otros.Debemos recordar que nadie es quien dice que es, porque todos sabemos que nuestro presente es público y nuestros sentimientos se exhiben a todo aquel que sepa prender y apagar un dispositivo con señal de Internet.Fuente: whatthegirl.com