La gran lección sobre los hombres que Cher dio al mundo hace 20 años

En una entrevista le preguntaron si eran una necesidad o un lujo. Esta fue su respuesta.

Cher.

Si usted es uno de los más de tres millones de followers que Cher tiene en su cuenta oficial de Twitter, a estas alturas habrá comprobado varias veces que ella no es una de esas artistas que pone filtro a lo que piensa. Si hay una estrella con la suficiente experiencia a sus espaldas como para no preocuparse de posibles represalias por decir lo que piensa, es ella. Pero esto no es cosa de ahora. Hace 20 años Cher ya daba lecciones de vida a todos los que quisieran escucharla. Claro que entonces no lo hacía online, sino en las entrevistas que concedía a pocos meses de estrenar Believe, la canción que nadie imaginaba que supondría su regreso por la puerta grande a los escenarios.Desde luego, tener a una figura como Cher delante es una golosina para cualquier periodista, incluso para las que son tan veteranas como Jane Pauley, presentadora del programa Dateline que en 1997 tuvo la oportunidad de sentarse a charlar con la cantante para hablar de una sesión de fotos que acaba de realizar para un número especial de la revista Esquire dedicado a las mujeres.Cher, que acaba de cumplir 50 años y ya tenía que aguantar comentarios absurdos sobre su edad –por aquel entonces ya se la consideraba demasiado mayor teniendo los mismo años que hoy tienen, por ejemplo, estrellas como Nicole Kidman o Julia Roberts– no dudó en soltar todo su arsenal durante la entrevista. Aunque fue cuando Pauley le pregunto por una declaración suya en la revista, cuando dio una de sus grandes lecciones de vida.

“Usted ha dicho que un hombre no es una necesidad, sino un lujo”, le decía la periodista. “Un hombre es como un postre, cierto”, confirmaba la cantante antes de explicar que no se trataba de mostrarse malvada o enfadada con el sexo contrario, sino de demostrar que nadie necesita tener a otra persona a su lado para estar completo.“Que nadie me malinterprete: me encantas los postres y me encantan los hombres. Son lo mejor. Pero no los necesitas para vivir. Mi madre solía decirme ‘¿Sabes, hija? Algún día deberías sentar la cabeza y casarte con un hombre rico’. Mi resupuesta fue: Mamá, yo ya soy un hombre rico’. Quiero decir, mi experiencia con los hombres ha sido fantástica porque los he escogido porque me gustaban, no porque los necesitara”.Fuente: revistavanityfair.es