Proliferación de plagas en Bolivia

Demetrio Reynolds*Cándido, a tu requerimiento, esta es mi respuesta: De lo que dejaste, es posible que Bolivia no haya cambiado gran cosa. Como te han contado, es cierto que la burocracia estatal está adornada ahora de polleras, ponchos y sombreros; lo cual, claro está, en un país de mestizaje incesante, no es extraño. Desde hace más de un decenio los sindicatos gobiernan el país, y alguien ha dicho que los dirigentes son los nuevos capitalistas y oligarcas del Estado Plurinacional.¿Vienes por carretera? Admiro tu valentía. A fuerza de amigo, no puedo dejar de prevenirte: no podrás evitar que sea un viaje de aventura, sin calendario de arribo ni de retorno. Los denominados “movimientos sociales” son los dueños de calles y caminos; por eso bloquean con cualquier motivo o utilizan para dinamizar la abúlica negligencia ministerial. Tampoco hay a quién quejarse; vivimos bajo el brutal imperio de la anomia social. Ten a mano algo de comer por si tuvieras que participar en una forzosa huelga de hambre en el camino.En el caso Zapata, que mencionas no hay nada que aclarar, todo está claro. Pero pienso que no les ha dolido tanto el resultado electoral como el efecto psicológico y moral. Una mujer hizo que se desplomara de forma irreparable la mítica figura del caudillo. Y eso de CAMC, es un oscuro cuento chino. Te diré una cosa, confidencialmente: los chinos no saben escribir, hacen mala letra en Bolivia. Y por lo que hace a la telenovela de marras, siempre ronda en torno al poder alguna tentación femenina, y nuestro héroe no es de piedra. Además, según la senadora Sifuentes, “qué fácil son los hombres para hacerse maniobrar con las mujeres”. Luego te refieres a la plaga que estaría haciendo estragos en Santa Cruz. Sí, parece que remontando los siglos -en una rara migración vertical- vuelven las diez plagas de Egipto; tal vez sea otra penitencia bíblica para los ateos de este tiempo. Creímos en principio que una fumigación intensiva sería suficiente. Pero un ministro experto en tierras y plagas, ha recomendado que “la gente esté consciente que vamos aprender a vivir con las langostas”. Dizque estará a su cargo las lecciones sobre la convivencia pacífica con los insectos de marras.Pero hay en Bolivia otras plagas y con inmunidad garantizada, por lo que no será fácil erradicarlas. Son las plagas de la corrupción, el llunquerío, el despilfarro vanidoso, la mediocridad burocrática, la verborrea populista, los bloqueadores de carreteras, el narcotráfico, el contrabando masivo; en fin, como de yapa, la de los que van maquinando la “estrategia envolvente” para el segundo tiempo de febrero. Estas “langostas políticas” viven felices a expensas del poder; de ahí que el recurso más eficaz sería apartarlos del “árbol” o quemar por segunda vez el Palacio Quemado. Sería bueno que el tal ministro se pronuncie también sobre estas otras plagas que asolan desde hace tiempo el país.Esito sería, por ahora.*Escritor, miembro del PEN BoliviaEl Día – Bolivia