Bobby Murphy, el (otro) creador millonario de Snapchat en la sombra

Se conocieron en clase y fundaron una empresa que ahora cotiza millones de dólares en bolsa. Uno acapara portadas, el otro huye de los focos. El cerebro de la aplicación no sale con supermodelos.

Bobby Murphy y Evan Spiegel en la Bolsa de Nueva York.

Cuando las redes sociales salen a bolsa, sufren una maldición. Tras una corta etapa de amor con el parqué, los inversores empiezan a vender posiciones y el precio se desinfla. Le pasó a Facebook, le pasó a Twitter y ahora le está pasando a Snapchat, esa mezcla de red social y mensajería instantánea en la que al poco se borran los mensajes. Su entrada en Wall Street fue eufórica, subiendo sus acciones un 55% en dos días, superando su valor bursátil los 35.000 millones de dólares pero, una semana después, ha perdido poco menos de 9.000 millones. Casi lo mismo que lograron el día de su debut, cuando los fundadores, dos tipos de 26 y 28 años, tocaron la campana y el fantasmita que usan todos los adolescentes saltó al parqué.Uno de ellos, Evan Spiegel, el rubio, el alto, el rico de cuna, el fanfarrón, es de sobra conocido por la opinión pública. Prometido de la maniquí Miranda Kerr y antes relacionado con la cantante Taylor Switf, esto le ha asegurado su sitio en el papel couché. Es aficionado a la noche, los coches rápidos y se publicaron unos correos misóginos de su época universitaria, lo que le ha ayudado a salir en los tabloides. Se le atribuye haber rechazado una oferta millonaria de compra por parte de Facebook, lo que le ha hecho aparecer en las revistas especializadas del sector. Pero, ¿quién es Bobby Murhpy, el joven que aparece a su lado?Si Spiegel es definido como la cara de Snapchat, Murphy es el cerebro. Si Spiegel sale con una supermodelo, Murhpy está prometido con una antigua compañera de clase de Stanford de la que no se sabe ni su nombre. Si a Spiegel parece que le gusta la fama, Murhpy huye de ella. Si Spiegel es el primer ejecutivo carismático que estudió diseño y vende el producto, Murhpy es el ingeniero informático que hizo todo el código. Si Spiegel es el Steve Jobs de Snapchat, Murphy es el Wozniak de la pareja.Bautizado como Robert Cornelius Murphy, es hijo de estadounidense y filipina. Mientras los padres de Spiegel son unos abogados de éxito que concedieron cada capricho a sus retoños y les mandaron, los padres de Murphy son funcionarios y le mandaron a una escuela e instituto católico en Berkeley, California.“Muy tranquilo, muy amistoso, realmente un buen tío”, le describió Garrett Gee, que vendió su start up a Snapchat en Los Angeles Times. Christopher Ciabarra, el fundador de una empresa en la que trabajó, dice que es “un programador muy rápido” y “un auténtico caballero”. David Kravitz, el primer empleado que tuvo Snapchat, dijo que este joven de 28 años es callado, listo, amistoso. “Yo diría que es casi como un monje, creo que nunca lo he visto enfadado”, explicó en Forbes. En el mismo texto, que se cuenta entre las pocas veces que Snapchat se ha abierto a la prensa, el propio Murphy explicaba el motivo que les llevó a hacer su empresa: “No éramos guays, así que decidimos hacer algo guay”.

Bobby Murphy

Murphy y Spiegel se conocieron en una fraternidad, Kappa Sigma, de la prestigiosa Stanford. Allí desarrollaron un primer fracaso, Future Freshmen, una web para aconsejar a los futuros universitarios como entrar en los centros. Después, con Reggie Browm, otro compañero de clase al que pagaron 157 millones de dólares para que desapareciera, tuvieron una idea. ¿No sería guay crear una aplicación donde pudieses mandar fotos eróticas y luego se borrasen automáticamente? Juntos crearon el armazón de su aplicación, a la que llamaron Picaboo, en la casa del padre de Spiegel en Palisades. Para llegar a las fechas y las ponencias ante inversores, Murphy trabajó 18 horas al día en el código y una gran parte de lo que hoy está dentro de Snapchat es la programación que hizo esos días. Luego le cambiaron el nombre a Snapchat, pero el éxito no llegó de la noche a la mañana.

Mientras Spiegel se dedicaba tratar de vender la aplicación en el tiempo que le quedaba entre clase y clase, Murhpy se empleó como programador.

Mientras Spiegel se dedicaba tratar de vender la aplicación en el tiempo que le quedaba entre clase y clase, Murhpy se empleó como programador. Con su sueldo pagó varias veces el servidor donde se alojaba Snapchat hasta que lograron financiamiento y dejó su trabajo para dedicarse exclusivamente a su aplicación.Técnicamente, Murhpy y Spiegel tienen la misma influencia y capacidad de tomar decisiones en Snapchat. Esta igualdad de poder y desconocimiento público de las ideas o intenciones de Murphy preocupan a algunos inversores, que se plantean que ocurriría en caso de las dos personalidades chocasen. Aunque es cierto que siempre que han tenido que tomar una decisión importante o hacer un acto solemne, aparecen juntos. Como cuando fueron entrevistados en el programa de televisión The Colbert Report, rechazaron la oferta de Mark Zuckerberg o tocaron la campana en Wall Street. De momento parece que Murhpy, el fundador de Snapchat que no sale con una supermodelo, está contento en la sombra.Fuente: revistavanityfair.es