Lo que aprendió de su tragedia personal una de las mujeres más poderosas del mundo

Foto: Sheryl Sandberg y su marido, ahora fallecido, Dave Goldberg. (Reuters)Sheryl Sandberg y su marido, ahora fallecido, Dave Goldberg. (Reuters)

Las últimas palabras de Sheryl Sandberg a su marido, como todas las últimas palabras, adquirieron un significado inquietante. “Me estoy quedando dormida”, le dijo, inconsciente de la inminente tragedia, y se acurrucó en un cojín para dormir la siesta.Era viernes, 1 de mayo de 2015. Ella y Dave Goldberg, de 47 años, habían dejado a sus dos hijos en casa con sus padres en el norte de California y viajaron a México para celebrar el cumpleaños de un amigo. Pocas parejas representaban el poder de Silicon Valley como la suya. Él, uno de los emprendedores más carismáticos y CEO de SurveyMonkey, y ella, directora de operaciones de Facebook y autora del ‘best-seller’ mundial ‘Vayamos adelante’, una llamada a las armas para que las mujeres trabajadoras emulen la ambición laboral de los hombres.Sandberg había aparecido en la revista ‘Forbes’ como una de las mujeres más poderosas del planeta y estaba en todas las quinielas para entrar en la Casa Blanca. Los fines de semana eran pocos y preciados, y no es de extrañar que estuviera cansada. Aquella tarde se durmió y, una hora después, se despertó viuda. Encontró el cuerpo de su marido en el suelo del gimnasio: su corazón había dicho basta. La tragedia es un recordatorio perverso de una verdad que intentamos olvidar: la vida puede ser cruel.Escribí el libro porque quiero que la gente sepa que se puede mejorar. Ese sentimiento de no poder respirar no es para siempreSandberg lloró, se desesperó y se preocupó por la felicidad de sus hijos, como cualquiera haría en su situación. “Tengo noticias terribles. Papá ha muerto”, les contó al regresar de México. Fue lo más doloroso. En su búsqueda de respuestas, pidió consejo a un amigo que se había desplazado a California para atender el funeral: “¿Qué hago? Dime. Qué. Tengo. Que. Hacer”.Con el tiempo se ha demostrado que aquel amigo era la mejor persona a la que podía acudir. Adam Grant, profesor del la escuela de negocios Warton, es experto la psicología de las organizaciones y en el campo de la resiliencia humana. Al ayudar a Sandberg a encontrar sus respuestas, Grant se convertiría en el coautor de lo que se convertiría en su próximo libro: ‘Opción B: afrontar la adversidad, construir la resistencia y encontrar la felicidad‘. Se trata, por tanto, de una memoria y libro científico a partes iguales, pero con un mismo objetivo: transformar una experiencia dolorosa y trágica en algo útil.

La primera vez que habló en público sobre su tragedia personal fue en el discurso de fin de curso en la Universidad de California, en Berkeley: «Hoy os voy a contar qué he aprendido de la vida, hoy intentaré contaros qué he aprendido de la muerte«. Desde entonces, ha ido rompiendo el estereotipo de Silicon Valey, y este proceso ha desembocado en la publicación de su nuevo libro, cuyo título viene de la necesidad de salir adelante, expresada por una de sus amigas más íntimas: “La opción A no está disponible. Así que vamos a probar la opción B”.“Cuando perdí a Dave, sentí que nunca volvería a estar bien. Escribí el libro porque quiero que la gente sepa que se puede mejorar. Ese sentimiento de no poder respirar no es para siempre”, señala Sandberg a la revista ‘People‘. Escribirlo junto a Grant le ha permitido caer en la cuenta de los errores, las trampas, en las que la gente que acaba de perder a un ser querido suele caer.



No caigas en la trampa de las tres ‘P’

En su libro, Sandberg hace referencia al trabajo del psicólogo Martin Seligman, profesor de la Universidad de Pensilvania, generalmente reconocido como el padre fundador del movimiento de la psicología positiva, según el cual hay tres razones, tres ‘P’, por las que se puede detener la recuperación.

  • Personal: la creencia de que somos culpables.
  • Penetrante: que un evento afectará todas las áreas de nuestra vida.
  • Permanente: que las réplicas del evento durarán para siempre.

Sandberg cayó en las tres trampas, pues se culpó de la muerte de su marido y lo pasó mal al creer que esa angustia extenuante siempre estaría ahí. En última instancia, escribe: “Aprendí que cuando la vida te empuja hacia el fondo, puedes patear el suelo, llegar a la superficie y respirar de nuevo”.

Habla, combate la soledad

La soledad empeoraba cuando amigos y compañeros de trabajo, sin saber muy bien cómo apoyarla, terminaron no diciendo nada o diciendo cosas que la hicieron sentirse más aislada. Sin embargo, un mes después de la muerte de su marido, escribió un mensaje en Facebook sobre lo que pasaba por su mente: «He vivido 30 años en estos 30 días. Estoy 30 años más triste. Siento que soy 30 años más sabia». El post tiene hoy casi un millón de ‘me gustas’ e hizo que la gente se sintiese más cómoda al hablar con ella del tema. Desde entonces, empezó a responder con franqueza: “No estoy bien, pero es agradable poder ser honesta contigo sobre ello”.

Escribir un diario tiene efectos terapeúticos

“Convertir los sentimientos en palabras puede ayudarnos a procesar y superar la adversidad”, escribe en su libro. Sandberg asegura que escribir un diario ha desempeñado un papel clave en su propia recuperación: le ayudó a entender sus sentimientos, a hacer las paces con el pasado y a reconstruir la confianza en sí misma.

No te sientas culpable por volver a salir

Sandberg durante una de sus presentaciones como número dos de Facebook.
Sandberg durante una de sus presentaciones como número dos de Facebook.

En el último capítulo, aborda los dolorosos y muy reales dobles estándares a los que las mujeres se enfrentan cuando vuelven a intentar salir con alguien. “Cuando pierdes a un esposo y vuelves a salir de citas, la gente te juzga de manera injusta”, asegura. “Nunca quise salir con alguien de nuevo, ya había encontrado a la persona con la que quería pasar mi vida. Pero ya no tengo esa opción y, a cambio, tengo la gran suerte de haber encontrado a alguien que me ha recordado que son las risas y la alegría”. Sandberg sale ahora con Bobby Kotick, CEO de Activision Blizzard.

En definitiva, acéptalo

Un rabino de su comunidad le dio el siguiente y valioso consejo para aceptar y respetar los sentimientos, aunque estos sean tristes: «Cuando te enfrentas a una pérdida o a una adversidad, lo primero que tienes que hacer es aceptar tu desgracia. Va a ser muy jodido». «Me permitió comprender que esto, quiera o no, va a ser espantoso, y dejé de luchar contra esos momentos terribles (‘Oh, Dios mío, estoy desolada y estoy alterada por lo desolada que estoy’) porque sabía que iban a suceder. Una vez dejé de luchar, pasaban más rápido«, asegura Sandberg.

Fuente: elconfidencial.com