Searpi evidencia 21 puntos vulnerables en el cordón

Deisy Ortiz

Franja de protección los asentamientos están destruyendo el pulmón verde. El bosque sirve de protección natural contra riadas, limpia nuestro aire y es un corredor biológico
Un estudio del Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Piraí (Searpi) revela que en los últimos 30 años el Parque Ecológico Metropolitano Piraí o cordón ecológico -que nace en El Torno y va hasta Montero- ha perdido un 23% de su masa arbórea y, asimismo, ha identificado 21 puntos de ocupación vulnerables a inundaciones, que están invadiendo el bosque de protección.El caso más evidente de esta conclusión del Searpi es lo que pasa con el barrio Ambrosio Villarroel, que en 20 años duplicó su extensión dentro de un área protegida del río Piraí.El Informe Técnico Legal Parque Ecológico Metropolitano muestra que el área boscosa del cordón ecológico en 1986 era de 13.208 hectáreas, lo que se redujo a 10.229 en 2016, lo que significa una afectación de 2.979 ha (23%). Todo esto a lo largo de las 30.222 hectáreas que abarcan el parque, en el El Torno, La Guardia, Porongo, Santa Cruz de la Sierra, Warnes y Montero.“Son áreas desforestadas producto del ‘avasallamiento’ y afectaciones en la servidumbre ecológica, es decir, dentro de los 100 metros de la margen del río protegidos por la ley forestal; y en el bosque de protección, vale decir, dentro de los 1.000 metros de las riberas protegidas por la ley del Plus”, precisó el director del Searpi, Luis Aguilera.El informe del Searpi detalla que entre las áreas deforestadas hay 21 sectores de ocupación, que invaden los 1.000 metros de protección y son puntos de vulnerabilidad por el riesgo de inundación.En El Torno se han identificado siete puntos y corresponden a las urbanizaciones Santa Martha 1, Santa Martha 2, Santa Rita, barrio Los Tajibos y Bibosi, y a los sectores San Luis, Limoncito y Jorochito; en La Guardia son vulnerables, Nueva Esperanza, La Fuente, zona de km 9. Asimismo, en Porongo se identificó al sector de la urbanización Urubó; en Santa Cruz de la Sierra, al barrio Ambrosio Villarroel y el final de la av. Busch; en Warnes, la urb. Terracor 1, 2 y 3, a la urb. Valle Sánchez, al sector Río Selva y a la urb. Paitití; y en Montero, al sector 25 de Enero, Monte Verde, urb. Nuevo Amanecer y urb. Montecruz.“El estudio demuestra que son sectores con riesgo de inundación, por lo que remitimos los informes a las autoridades competentes, en este caso a los municipios, para que tomen acciones”, dijo Aguilera.Según Aguilera, los diques y defensivos construidos por el Searpi, y reforzados a partir de 2006, son una barrera contra inundaciones, pero el riesgo está latente al considerar que las lluvias son cada vez más intensas y provocan crecidas extraordinarias del Piraí.“Si hacemos un análisis, hasta el 2005 las lluvias estaban en un rango de 80 a 100 milímetros y actualmente llegan a los 200 milímetros. Asimismo, por ejemplo, la crecida de 2015 superó, en volumen, al caudal de la riada de 1983 y superó la tasa de retorno del caudal de los últimos 100 años”, precisó Aguilera.EfectosEl Searpi advierte que la deforestación del bosque de protección tiene sus efectos sobre el río, pues provoca un aumento de la sedimentación, que a su vez causa un aumento de su lecho y una disminución de las riberas. Esto incrementa el riesgo de desborde, fuerza un cambio en el curso del río y forma nuevos meandros y curvas. “No adelanta hacer inversiones si continuamos depredando el bosque de protección”, dice Aguilera.Los panelistas que participaron del foro, que el organizó El DEBER el jueves, coincidieron en que una de las principales amenazas para el gran pulmón verde es la desforestación a través de los asentamientos y de otras actividades.La representante de la Plataforma por el Medioambiente y la Vida, Sandra Quiroga, hizo notar que el bosque está menos verde que hace 15 años y advirtió de que una ley que abra la posibilidad de construir puentes y de hacer obras de dominio público en la zona puede representar su destrucción total.El presidente de la Brigada, Henrry Cabrera, reconoció que una de las debilidades ha sido la falta de un manejo integral del cordón, que ha dado lugar a la deforestación y a las construcciones ilegales.El director del Searpi coincide en que una ley que dé luz verde a obras de dominio público significaría la muerte de este pulmón verde.Fuente: eldeber.com.bo