EEUU y Perú apoyaron dar mar a Bolivia en 1976

Los gobiernos de Perú y Estados Unidos dieron en 1976 su visto bueno a Chile para que éste entregue a Bolivia un corredor que lo conecte con el Océano Pacífico. Después de eso, Perú añadió la condición de crear una zona tripartita al norte de Arica, lo que terminó abortando el proyecto.

La información está contenida en documentos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU, publicados ayer por el diario chileno La Tercera.



Según el documento de 11 páginas al que hace referencia el diario chileno, el 18 de febrero de 1976 en las oficinas de Torre Tagle en Lima (Perú), hubo una reunión que duró aproximadamente una hora y media entre el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, y su par peruano, Miguel Ángel de la Flor. Del otro lado, Chile esperaba un pronunciamiento del Gobierno peruano.

Sólo un año antes (febrero de 1975), se había concretado el histórico “Abrazo de Charaña”, entre los presidentes Augusto Pinochet y Hugo Banzer Suárez, de Chile y Bolivia, respectivamente, con el objetivo de buscar un acuerdo de intercambio territorial que permitiera a Bolivia contar con un corredor hacia el Océano Pacífico.

Conforme al Tratado de 1929, Chile no podía conceder territorio soberano a un tercer país sin el consentimiento peruano, así que el Gobierno de Santiago esperaba la respuesta de Lima sobre este asunto.

Lima, sin embargo, no parecía dispuesta a ceder su frontera sur con Chile, entre otras razones (como lo dejaría claro el Canciller) por los efectos que el tema podía tener en la proyección de los límites marítimos con el país austral.

Por esos días, Kissinger realizaba una gira por varios países de Sudamérica en la que había incluido a Lima a su paso. Ese 18 de febrero sostuvo la reunión en las oficinas de la Cancillería con la presencia del subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, William Rogers, dos  asistentes y los embajadores de ambos países en Washington y Lima.

Kissinger declaró en la reunión, según el documento, que el tema marítimo tras la Guerra del Pacífico le parecía muy complicado, por lo que pidió explicaciones, que De la Flor se las dio con muchos detalles, aunque enfatizando los efectos para Perú.

Al final, Kissinger respondió: “Nosotros no estamos comprometidos con una salida para Bolivia, pero en general favorecemos que se logre, sin un interés particular en ninguna solución”.

Por su parte el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Miguel Angel de la Flor, en noviembre de 1976 indicó que se aceptaba el corredor, pero planteó una condición: crear una zona tripartita en la costa al norte de Arica, lo que contribuyó finalmente a sepultar el acuerdo.

 

HENRY KISSINGER DIO SU VISTO BUENO A LA POSIBILIDAD

“Favorecemos” una salida para Bolivia

“Estoy a su disposición. Recuerdo que preguntó sobre la salida al mar de Bolivia”, había sido lo primero que dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Miguel Angel de la Flor ante Kissinger.

“Para Estados Unidos no es el asunto más importante, pero sería interesante aprender algo sobre él. El escritorio de América Latina en el Departamento cree que el tema es demasiado complicado para que yo lo entienda”, le había respondido Kissinger.

De la Flor le entregó entonces una detallada explicación del asunto. “La guerra de 1879 tuvo tres participantes, Chile, Bolivia y Perú. Chile ganó 160 mil kilómetros cuadrados de territorio, Perú perdió Tarapacá y 130 mil kilómetros cuadrados. Para Perú los costos económicos fueron altos, pero la guerra dejó heridas aún más profundas”.

De la Flor pidió un mapa a un ayudante y siguió: “Desde el día después del fin de la guerra, Bolivia intentó obtener una salida al mar por tierras peruanas ocupadas por Chile”, pero tras el Tratado de 1929, entre Chile y Perú, se fijaron límites a la soberanía y ninguno de los dos países “puede entregar parte de esos territorios a una tercera parte sin consultar con el otro”. “Por ello —agregó el canciller—, tras las negociaciones iniciadas entre La Paz y Santiago en 1974, se le pidió a Perú su opinión: ‘Y nosotros dijimos que debíamos conversar’”.

Kissinger respondió: “Debemos estudiar este problema cuidadosamente. Esto no involucra un simple sí o no. (…) Lo que queremos es una solución real”. “¿Y cómo logrará eso? ¿Qué métodos empleará?”, preguntó. “Primero debemos determinar por qué Bolivia quiere la salida. ¿Sólo quiere mirar las playas? No, quieren construir un puerto y lograr una salida funcional. ¿Entonces tenemos que preguntarnos si la franja propuesta constituye una solución real?”. “¿Qué ancho tiene?”, inquirió .

Para el canciller peruano el corredor no sólo era demasiado estrecho, sino que su forma creaba problemas. “Al proyectar sus límites se cruzan con las 200 millas de aguas territoriales de Perú y Chile. Perú no sólo está jugando con el tiempo, sino que hay obvias cuestiones que tenemos que evaluar con mucho cuidado”, precisó. “¿Y cuánto tiempo tomará eso?”, intervino Kissinger. “Es difícil decirlo”, fue la respuesta. Ante lo cual el secretario de Estado agregó: “Pero no tengo la impresión de que el asunto se arregle en las próximas semanas (…). Ni tampoco que usted, si Dios no quiera, sufra un repentino ataque al corazón, y muera triste, si el tema no se arregla”.

“Queremos una solución, pero no una que llegue rápido y que no termine siendo permanente”, agregó De la Flor. Ante lo cual Kissinger cerró el asunto dejando clara la posición de Estados Unidos.: “Nosotros no estamos comprometidos con una salida para Bolivia, pero en general favorecemos que se logre, sin un interés particular en ninguna solución”.

La respuesta peruana a la propuesta del corredor ofrecido por Chile llegaría finalmente en noviembre de 1976. En ella Perú aceptó el corredor, pero planteó una condición: crear una zona tripartita en la costa al norte de Arica, lo que contribuyó finalmente a sepultar el acuerdo.

Fuente: lostiempos.com