Abandono y temor se vive en Camiri



A medias, entre abandono y temor. Así sale adelante el municipio de Camiri, en medio de los paros cívicos y protestas que han provocado enfrentamientos en el lugar.

Aunque desde la Alcaldía han afirmado que el trabajo es normal, existen otras voces que han hecho observaciones a la gestión, que desde hace dos meses no estaría ejecutando su función al 100%, al igual que la Policía boliviana.



El pedido común de los pobladores que mantienen su vigilia en las afueras del edificio municipal, es la renuncia del alcalde Franz Valdez, a quien acusan de hechos de corrupción y de no ejecutar obras de impacto en la región.

Temor. Marcelo Cabrera, representante de Sector Social, en contacto con El Día hizo conocer su preocupación por la situación que viven los camireños desde hace tiempo atrás.

Relató que desde el enfrentamiento de los camireños con la Policía el mes pasado y después de que se realizaran destrozos a la oficina policial de tránsito, los uniformados ya no estarían operando en el lugar.

Informó que ya hicieron pedidos formales al Ministerio de Gobierno para que solucione este aspecto. Así también dio a conocer que han pedido que efectivos militares salgan a las calles para el control de la seguridad. «No podemos seguir así, la gente tiene miedo de asaltos, aquí hay atropellos y nadie dice nada, hay personas en estado de ebriedad por las calles, debe haber un control», dijo el dirigente.

Gestión.  En tanto, también existe preocupación por el trabajo a medias de la Alcaldía.

Si bien el alcalde Valdez, informó que la comuna estaba operando desde otras oficinas municipales instaladas en los predios de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), para evitar el perjuicio, existen críticas a la irregularidad de los servicios.

El recojo de basura es uno de los afectados, porque el trabajo no está ejecutado al 100%, según mencionó Mariselva, representante del Comité Cívico, que pide el alejamiento del burgomaestre.

Sin embargo, el alcalde Valdez negó tal situación y señaló que el municipio estaría operando con normalidad desde las oficinas de YPFB recibiendo a la población referente a su contribución mensual.

Observaciones. A diferencia del alcalde, el concejal Carlos Gambarte dijo que el trabajo en el órgano legislativo es irregular, desde la toma del edificio.

Dio a conocer que una de las medidas que se asumió fue la modificación al reglamento interno del Consejo Municipal, dado que este mencionaba que las sesiones se ejecutan en el salón oficial del legislativo.

A su vez informó sobre una de sus últimas observaciones a los movimientos del órgano ejecutivo, que recibieron de manera formal en el legislativo para su evaluación.

Se trata de una licitación para “autoclave a vapor” para el hospital central de Camiri que según estaría valuado en 1 millón 460 mil bolivianos y que tendría capacidad para 700 litros.

Este movimiento fue cuestionado porque habrían consultado con otras empresas que tienen el mismo elemento con un valor de 690 mil bolivianos con las mismas capacidades.

Sobre esto Gambarte indicó que ya solicitaron un informe al ejecutivo para conocer en qué se basaron para permitir la licitación con una de las empresas que tiene costo más elevado. «Nos llama la atención porque, además, anteriormente el hospital funcionaba tranquilamente con dos equipos de 100 litros cada uno y creo que sería suficiente con un equipo que tenga la misma cantidad o tal vez un poco más», dijo el edil.

'El hospital funcionaba con dos equipos de 100 litros y creo que ahora sería suficiente con un equipo que tenga la misma cantidad.'

'La gente tiene miedo de asaltos, aquí hay atropellos y nadie dice nada, por las calles debe haber un control continuo.'

Fuente: eldia.com.bo