Caso de violación: no basta con destituciones ni juicios

*Hernán Cabrera Maraz Ex-Defensor del PuebloUn proceso de violación con vergonzosos errores. Está registrado con el caso 0669/2014. Delito: Violación infante NNA.Los padres de condición humilde. Como pudieron hicieron la denuncia respectiva. “Cuando mi esposa quiso bañarle a mi hija se dio cuenta que estaba sangrando de su parte íntima”, dice parte de la denuncia en el cuadernillo. Suficiente prueba para el juicio y para que cualquier juez o jueza lo tome en cuenta, y sin duda, vaya hasta lo último en las investigaciones y en la sentencia al agresor sexual. Este caso ha sufrido un verdadero martirio. Tres elementos centrales: retardación vergonzosa de justicia. “Las juezas y los jueces en materia penal y el Ministerio Público, que conozcan e investiguen delitos contra libertad sexual, cometido contra niñas, niños y adolescentes, tienen la obligación de priorizarlos y agilizarlos, hasta su conclusión, bajo responsabilidad”. (Art. 149, II, Código de NNA).Más de dos años de este sufrimiento para esa pobre familia. Desde ya amerita sanciones y repudio. El segundo elemento: Exposición pública de la niña, como víctima. Tanto de parte de la juez como de la Defensoría de la Niñez, más allá que ahora esta entidad haga un proceso contra la juez aludida. “La aplicación de protocolos de atención y rutas críticas oficiales, tomando en cuenta también el anticipo de pruebas para evitar la revictimización” (Art. 154, Código de NNA).Con la presencia de la niña en el Tribunal 11º de sentencia se vulneraron los derechos de la misma y las leyes de protección. Dentro de las obligaciones para una efectiva atención a las víctimas de agresión sexual, el Código de NNA, señala que entre las obligaciones institucionales están: respetar la identidad de la niña, niño o adolescente y garantizar un entorno adecuado; evitar la revictimización.Lamentablemente los llamados a administrar justicia y proteger a esa menor se desempeñaron muy mal. El rol de la funcionaria de la Defensoría –que asistió a la audiencia- era evitar a toda costa que esa niña vaya a declarar. Incluso tendría que haber desafiado a esa jueza. Es como el secreto en materia de imprenta en el periodismo, el cual no puede ni debe ser revelado bajo ninguna circunstancia.Hay casos de periodistas que han preferido la cárcel a tener que delatar su fuente informativa. El Tribunal de Sentencia que sin aplicar protocolos especializados sentó a la niña –donde también estuvo su agresor- y empezó a escucharla y alguien la filmó y difundió. El tercer elemento, es que el involucrado es el hijo de un policía, quien estaría amenazando a los padres de familia para que no sigua el juicio, y presionando al Tribunal de Justicia, que el caso se archive de una vez.Una señal es que estuvo más de dos años sin mayores avances. También esto refleja que entre policías y jueces hay una guerra sucia por debajo y las relaciones son demasiados tensas. Todo esto es parte de otro delicado caso de violación. En la entrevista a la psicóloga la niña de cinco años cuenta lo que le hizo el agresor sexual. Por lo que no valen argumentos de ninguna naturaleza para justificar la actuación de la Defensoría o del Tribunal e incluso el Ministerio Público que es el protector de la sociedad, entra en juego, y también hay que cuestionar su intervención. Este caso desnuda una vez más la vergonzosa y profunda crisis en la que está sumida la justicia y sus operadores lo que hacen es hundirla aún más.Una vez sucedido el escándalo, no basta anunciar con publicidad incluida, la destitución de los jueces involucrados o anuncios de procesos contra ellos, sino de sacar lecciones importantes, aprenderlas y hacer todos los esfuerzos institucionales, personales, sociales de no volver a cometer estos indignantes, vergonzosos y cobardes errores. También se trata de aplicar drásticas responsabilidades y sanciones. Esa niña, y cientos de ellas que son víctimas de agresiones sexuales nos demandan protección, seguridad, cuidado y sanciones. Un proceso de violación con vergonzosos errores, que hay repararlos urgente, por la dignidad y la integridad de esa niña.*Hernán Cabrera Maraz Ex-Defensor del Pueblo