África, la taekwondista que volvió a creer en el ser humano

Después de dos meses del ataque que sufrió, África tiene en mente abrir un brazo social, seguir luchando por los animales y enseñar artes marciales a niñas.

Daniela Romero  / La Paz 



 

África trae una sonrisa que conquista, de rato en rato suelta carcajadas que contagian fácilmente y aunque su caminar es aún pausado por la lesión que tiene, no permanece quieta ni un minuto. Dice que  tiempo es lo que le falta para cumplir todos sus proyectos; ella ha recuperado no sólo la salud, sino la confianza en el ser humano, esa que alguna vez perdió.

 

Pasaron casi dos meses del ataque que sufrió África Gutiérrez, de 31 años, por parte de Denis Vargas, de 29, quien le lanzó una botella de vidrio y le destrozó el ojo izquierdo durante la fiesta de una fraternidad del Gran Poder.

 

Lejos de la depresión o el lamento, la joven se empoderó de lo que había aprendido de niña para actuar con firmeza ante la agresión: el taekwondo.

 

«Siempre nos tiene preparados para todo. En cualquier situación de riesgo es importante que dejemos la teoría, nosotros entrenamos  para reaccionar y en ese momento no hay dolor,  hay que pensar en el objetivo, asegura.

 

 África, que además es abogada, actuó. Desde la clínica, donde la internaron después de la agresión, daba instrucciones a su equipo de trabajo legal para que haga todas las diligencias y se denuncie formalmente a Vargas.

 

Cuando salió de las cirugías y se recuperaba en una habitación, recibía visitas de la gente de su agrupación que ayuda  a los animales desamparados. «Llegaban para que firme algunas donaciones de comida que recibíamos o algún permiso para ir a rescatar a algunos animales.

 

A pesar de que los dolores  no la dejaban en paz, ella se enfocaba en un solo objetivo: que la justicia sancione como se debe a su agresor. Actualmente, él está detenido en la cárcel de San Pedro.

 

Mientras estuvo internada  recibió visitas de gente que nunca antes había visto y de conocidos, todos llegaron a darle ánimo en esos momentos de desgracia. Ahora usa una prótesis temporal en la cavidad ocular y se recupera de las fracturas que tiene.

 

«Siempre he trabajado con animales porque el ser humano me ha decepcionado mucho en todo sentido, su indiferencia ante el dolor. Sin embargo, con el accidente me di cuenta que me gané el aprecio de muchos que no los tenía en mi lista, siempre pasaba de largo, amistades muy pocas. No quería decepcionarme más, he sentido el afecto de la gente, me han devuelto la confianza en el hombre, pero todavía trabajo en eso, reconoce.

 

Pero de algún modo África siente que ha vivido preparada para enfrentar algo como lo que le pasó. «Vivía con la frase: Si por ahí pasa algo. Si un día quedo así qué va a pasar, qué voy a hacer, porque siempre he pensado que nadie está a salvo.

 

Desde que era niña era la compañera que «preparaba a sus amigas para cualquier situación de peligro. Cuando las veía llorar por no saber qué hacer ante una situación, las reñía y seguidamente las guiaba. «Les decía si es que algo malo iba a pasar yo escapaba primero y luego iba a regresar a rescatarlas (ríe).

 

Esa intención de ayudar se afianzó  después del incidente que atravesó. Uno de sus objetivos principales ahora es formar un brazo social con su equipo legal para ayudar a las personas que deben afrontar procesos y no conocen los procedimientos.

 

Pero además su intención es regresar a la televisión para compartir con su madre, la presentadora Justa Canaviri, el espacio que tiene. «Quiero regresar especialmente por los curiosos de mi ojo. Seguro al volver el rating se dispara hacia arriba por eso (vuelve a reir), bromea.

 

Ya en un tono más serio dice que quiere sacar provecho a las artes marciales y enseñar taekwondo a las niñas y adolescentes para que desde pequeñas ellas se puedan defender y crezcan con seguridad y firmeza.

 

«Muchas veces he tenido que consolar yo a las personas que iban a verme; yo soy fuerte, eso quiero compartir con las personas, dice y sonríe.

 

Al margen de creer firmemente en la templanza y seguridad a la hora de actuar en defensa propia, África asegura que la venganza no lleva a ninguna parte.

 

Espera una nueva prótesis

 

Después de al menos cuatro cirugías que todavía la mantienen convaleciente, África usa actualmente una especie de prótesis que sirve de adaptador para que en unos dos meses pueda tener una nueva con movilidad.

 

«Estamos en la fase del adaptador, es todo un proceso, con espaciador, luego la prótesis, el movimiento, más bien que los tejidos exteriores no se han lesionado del todo y habrá una buena estética, cuenta África Gutiérrez.

 

El aparato es fabricado en la ciudad de Santa Cruz, pero paralelamente la joven se somete a un tratamiento diario en La Paz que consiste en que sanen las 15 fracturas que tiene en la cavidad ocular y que las cicatrices no tenga fibrosis y desaparezcan por completo.

 

 La prótesis que ahora usa es parcial y no tiene las condiciones que se requiere; sin embargo, la nueva será del tamaño de su ojo derecho y más liviana.

 

Aunque los dolores siguen, los médicos que la atienden cada día le realizan infiltraciones y una serie de curaciones para que poco a poco desaparezca el malestar.

Fuente: paginasiete.bo