Bolivianos en el exterior no pierden la identidad

Destino. Muchos de ellos se fueron por trabajo, estudio e incluso por amor; sin embargo, llevan el sentimiento nacional y en algunos casos esperan volver al país.



Ref. Fotografia: Residentes. La comunidad boliviana en distintas partes del mundo organiza entradas folklóricas con las distintas expresiones culturales del país.

Más de un millón de bolivianos celebrarán las fiestas patrias fuera del país, sin embargo, ni la distancia, ni el tiempo que se encuentran alejados de nuestras fronteras, son óbices para festejar el seis de agosto al mejor estilo de los nacidos en esta tierra; bailando.



El folklore boliviano ha dejado de ser ignoto por los ajenos a él y se ha difundido con más fuerza en los últimos años, en especial en aquellas naciones donde convergen una gran cantidad de residentes bolivianos, tal es el caso de Argentina, España y Brasil, países que concentran el 75,2 por ciento de los compatriotas en el exterior.

Sin lugar a dudas difícilmente el boliviano pierde su identidad en el extranjero, más al contrario, por su naturaleza, logra vencer los obstáculos y prejuicios, asociándose, creando espacios donde, junto a otros bolivianos, identifican problemas que les afectan. 

Si bien, una gran cantidad de connacionales dejaron el país por razones laborales, existen otros motivos por los cuales en la actualidad hay bolivianos en distintas ciudades y pueblos del mundo, a continuación le presentamos seis historias de compatriotas que radican en otros países.

El amor la llevó a Florida. GEl amor la llevó a Florida. Mónica Ortiz (32) vive en la Florida (Estados Unidos) hace dos años, en Santa Cruz se enamoró de un cubano, quien la llevó al país del norte donde se casaron.

“Cuando llegué lo primero que me dificultó fue el idioma, después el transporte, aquí no hay micros, todos deben aprender a manejar vehículos y debemos ser muy cuidadosos porque hay cámaras en todos lados”, comenta Ortiz al identificar cuáles fueron los primeros  inconvenientes que tuvo en Estados Unidos.

“Lo que me sorprendió aquí es el trato al cliente. Si algo que compraste no te gusta, lo podés devolver y te regresan tu dinero, muy diferente a nuestra realidad”, agrega.

Ortiz indica que en la ciudad en la que vive hay una pequeña comunidad de bolivianos que se reúnen periódicamente. “A la iglesia van unos cien bolivianos, pero estamos divididos en grupos, por ejemplo, el mío tiene diez integrantes. Para este seis de agosto vamos a preparar comidas típicas y las vamos a compartir en una casa”, explica, a tiempo de señalar que espera venir a Bolivia a fin de año.

Me invitaron a salir del país. GaAbraham Ender radica en Israel, salió de Bolivia el 2007 a los 43 años, él es periodista especializado en divulgación de ciencia y tecnología, aunque comenta que “el hecho de estar en uno de los centros neurálgicos del planeta” lo ha volcado hacia la geopolítica.

“Me fui del país, tras una serie de generosas invitaciones del actual régimen para que no trabaje más allí. A eso se sumó el inesperado fallecimiento de un gran amigo. Yo había vivido la dictadura militar en Argentina (1976 – 1983) y Bolivia se parecía demasiado a aquello”, rememora.

“Nunca hay razones para quedarte en un lugar, las cosas te van atando, aromas, lograr reorganizar tus asuntos (familia, trabajo) y la posibilidad latente de irte cuando te de la gana de hacerlo. Nunca vives en el país que eliges”, reflexiona, a tiempo de indicar que ama a Bolivia, aunque no sabe porqué. 

Víctima de trata y tráfico. Se habla de que en Argentina radican por lo menos un millón de bolivianos, uno de ellos es Iber Mamani, quien llegó al país vecino, víctima de trata y tráfico en el 2005, luego de denunciar a los que cometieron el delito, regresó a Bolivia y en el 2007 retornó a Argentina, con un claro objetivo; organizar una asociación que lucre contra la trata y tráfico de personas.

“Regresé a Bolivia porque me sentía amenazado con los talleristas, el 2007 volví a Argentina por factores económicos. En ese entonces habían muchas víctimas de trata y tráfico y organicé una asociación para defender a mis compatriotas”, cuenta.

Si bien asegura que sufren discriminación, eso no es un obstáculo para que el boliviano no se destaque en dos sectores; la confección y los cultivos.

“En Argentina el 90 por ciento de rubro textil está en manos de bolivianos. Hay discriminación, pero también los argentinos saben que el boliviano es trabajador, que se esfuerza mucho y aporta al desarrollo del país”, agrega.

Mamani observa que muchos profesionales bolivianos empezaron a llegar a Buenos Aires, capital argentina, mientras otros bolivianos, presionados por la devaluación de la moneda están retornando a Bolivia.

Él viene a Bolivia cada dos años a visitar a su familia, dejó su carrera en la Universidad Mayor de San Andrés para buscar mejor condición de vida para su familia.

La policía es diferente. Karla Mealla Ayala se fue a los 18 años a Murcia, España, ahí vive junto a sus otros dos hermanos y su madre, este año terminó el bachillerato y en septiembre va a postular a la carrera de Medicina en la Universidad. “Aquí en Murcia al boliviano lo ven como una persona educada, que es respetuoso, espero que eso se mantenga en nuestro país, aunque he visto que los jóvenes no valoran el respeto en Bolivia”, señala.

Mealla indica que lo que más le sorprendió de Murcia es el tratamiento de la policía a los ciudadanos. “Aquí los policías, los guardias civiles cumplen con su trabajo, no son corruptos, ni tampoco hacen malos tratos a los ciudadanos, algo que es muy diferente en Bolivia”.

“Es imposible olvidar Bolivia, así estemos a kilómetros siempre vamos a amar a nuestro país, aunque quisiéramos que cambien algunas cosas como ser la inseguridad y la clases política, que es muy lamentable”, añade.

Nos ven como resentidos. Chile ha sido el último destino más concurrido por los bolivianos que buscan una mejor oferta laboral fuera de nuestro país. Mariela Rodríguez no llegó a Arica por ese motivo, fue el amor que la llevó hasta el país vecino. “Me enamoré de un chileno y me casé con él, ahora trabajo como recepcionista en la Terminal de Puerto Arica hace dos años”, cuenta.

Manifiesta que en esa ciudad al boliviano lo identifican como trabajador, sin embargo, las últimas controversias entre los dos estados (Bolivia – Chile), hizo que se agregue a esa virtud, el título de “resentido”.

Quiero volver a Bolivia. Rosmery Cervantes Rocha, es una bioquímica boliviana que vive desde el 2013 en el estado brasileño de Paraná, ahí cursó dos posgrados y va por una especialidad en análisis clínica.

“En Brasil al boliviano lo relacionan directamente con el narcotráfico, la cocaína y Evo Morales, entonces hay como una animadversión hacia nosotros”, sostiene. 

Rosmery espera culminar su especialidad y venir a aportar en estudios científicos en Bolivia, aunque comenta que lo que más quisiera es que cambie la mentalidad del boliviano y pueda tener más cultura ciudadana para avanzar como sociedad.

El boliviano baila en todas partes del mundo

Este 6 de agosto en muchas ciudades del mundo, los bolivianos podrán demostrar sus expresiones culturales mediante las danzas típicas de cada región de nuestro país.

En Miami (USA) un grupo de bolivianos realiza la celebración en un restaurante, mientras que en Valencia (España), unas cuarenta comparsas participan de la entrada folklórica que llega hasta la plaza del Ayuntamiento de esa ciudad. 

Por su parte, los bolivianos que radican en Argentina celebran el seis de agosto con una serenata y una entrada folklórica en Capital Federal, entretanto, en Murcia, una ciudad al sudeste de la península ibérica, los bolivianos toman calles de esa metrópoli con danzas típicas de cada región.

Asimismo, en Sao Paulo (Brasil), la entrada folklórica se realiza en la Plaza Kantuta, un espacio impulsa por los bolivianos residentes en esa ciudad.

Punto de vista

'Afuera de nuestra fronteras el regionalismo desaparece'

Como todos sabemos, el boliviano es conocido fundamentalmente por ser sociable, emprendedor y muy trabajador, esas son características que nos diferencian de los otros migrantes; sin embargo, he notado que por la cuestión cultural, muchas veces nos cuesta integrarnos, siempre queremos estar con los nuestros, debe ser porque nos gustan nuestras danzas, la cultura, la comida y las tradiciones.

Si bien, tenemos un riqueza cultural que hay que valorar, en muchos casos nuestras actividades solo las difundimos para nosotros mismos, ahí creo que cometemos un error, nos cerramos bastante, no visionamos que esa riqueza pueda servir para integrarnos con otros ciudadanos. 

Por ejemplo en Valencia se organiza la entrada folklórica, de la que participan más de 40 comparsas y fraternidades, esta actividad se la realiza por las calles emblemáticas de esta ciudad; sin embargo, la mayoría de los participantes y de los que van a ver son bolivianos, eso por un tema de visión, por no tratar de promocionar mejor esta entrada.

Muchos se preguntarán, ¿cómo pueden organizar una entrada folklórica en el centro de una ciudad tan lejana?, claro, el haber salido de nuestro país nos hace más querendones de nuestra patria y nos obliga a no perder la identidad en ningún momento, tanto en el folklore, la gastronomía y la música. Y es justamente en estas fechas en que el fervor cívico hace renacer nuestro sentimiento patriótico, en todos; cambas, collas, chapacos, de todos los rincones de Bolivia, aquí el boliviano es uno solo, afuera de nuestra fronteras el regionalismo desaparece.

Desde este país queremos enviar un saludo patriota a nuestros hermanos bolivianos que se quedaron a hacer más grande a nuestra nación. También pedimos a las autoridades que no se olviden de nosotros, ya que necesitamos que se impulsen legislaciones que nos puedan beneficiar, tales como la Ley de Repatriación que aún no fue aprobada, si bien nosotros salimos de Bolivia, nunca desamparamos a nuestras familias mediante las remesas, y son esos recursos los que también movieron la economía boliviana.

 

Cristhian F. C. Vara [email protected]

Fuente: eldia.com.bo