Cómo «secuestrar» a una modelo erótica y que todo parezca ridículo

Nadie parece creer la historia de Chloe Ayling sobre su presunta captura para ser subastada en Internet

Chloe Ayling

El secuestro olió a chamusquina desde un primer momento. Entre datos sobre cuya certeza nadie duda florecen detalles más propios de un sketch del Jim Jarmusch de los noventa que de un secuestro al uso. La investigación sigue abierta y son muchos los puntos que rozan lo increíble o lo surrealista. Para todos ellos existe una explicación razonable (básicamente, la imaginación del secuestrador, Lukasz Pawel Herba), pero la imagen final del puzzle compuesta por todas esas piezas “razonables” parece el producto de la mente trastornada de un guionista de Hollywood emborrachado de fantasía.



1.

El 11 de julio, Lukasz Pawel Herba atrajo hasta Milán a la modelo erótica Chloe Ayling, de veinte años, mediante una oferta de trabajo falsa. Allí, ayudado por un cómplice, la drogó con un tranquilizante para caballos, la ató de pies y manos, la metió en una maleta y la trasladó hasta una casa en Borgial, un pueblo a doscientos kilómetros de Milán, cercano a Turín y a la frontera francesa.

2.

La intención de Herba, al menos aparentemente, era subastar a Ayling en internet. Pero la idea de secuestrar a una modelo de segunda categoría para subastarla después en la dark web (páginas web anónimas, no rastreables e inaccesibles desde navegadores convencionales) parece más cercana a la fantasía de un adolescente mitómano que a la de un secuestrador profesional.

3.

Herba quería subastar a Chloe Ayling por un precio mínimo de 250.000 euros. También le pidió a su agente un rescate de 300.000 €, aunque después acepto rebajar el precio hasta 55.000. Esos dos planes son contradictorios. Si el agente pagaba el rescate, Herba no podría subastarla. Si la subastaba, el rescate no tendría sentido. Los bandazos respecto a la cantidad que Herba parecía dispuesto a aceptar por la venta o el rescate de Ayiling tampoco parecen propios de un criminal profesional.

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4.

El supuesto “anuncio” de la subasta decía: “Las chicas pueden ser enviadas a cualquier punto del mundo. Tenemos contratistas que se ocupan de ello a cambio de un pago. La entrega en Europa es gratis, aunque puede llevar tiempo dependiendo de la localización exacta de la chica y del punto de entrega”. También decía que la subasta se celebraría el 16 de julio.

5.

Herba decía haber actuado a las órdenes de un misterioso grupo criminal llamado Black Death. Aunque las ofertas de prostitución son habituales en la dark web, el tráfico de blancas, y no digamos ya las subastas de seres humanos, son extremadamente raras. Hasta el momento, la policía británica no tiene pruebas de que esas subastas sean reales. Tampoco tiene pruebas de que Black Death exista más allá de una única mención en sus archivos que, en sus propias palabras, “podría no significar nada”.

6.

Herba y la modelo fueron vistos en público comprando comida y zapatos. La justificación dada por el abogado de Ayling, Francesco Pesce, para tan extraño comportamiento es que la chica estaba demasiado asustada como para reaccionar contra su secuestrador, que la habría convencido de que otros miembros de la banda la vigilaban a distancia.

7.

Según Ayling, su secuestrador la ató en un primer momento de pies y manos, aunque la desató al cabo de poco tiempo. También le dijo que iba a ser vendida a magnates de Oriente Medio para ser utilizada como esclava sexual, y que durante los últimos años había ganado más de quince millones de euros con este tipo de secuestros. Pero, ¿para qué iba un secuestrador movido por un móvil económico y no puramente psicópata a confesarle a su víctima sus verdaderos planes? ¿Qué ganaba con ello, más allá de asustarla innecesariamente y arriesgarse a reacciones imprevisibles por parte de ella?

8.

Herba liberó a Aylin seis días después de su secuestro, el 17 de julio, cerca del consulado británico de Milán. Un día después fue detenido.

9.

La policía italiana ha descrito al secuestrador de Chloe Ayling, polaco, de treinta años y residente en Reino Unido, como “un fantasioso”. “Es una persona peligrosa con síntomas de mitomanía”, ha dicho.

10.

Según dijo Herba a la policía, el objetivo del secuestro era conseguir dinero para el tratamiento médico de su leucemia. Pero no hay pruebas de que Herba sufra leucemia. También según Herba, un “grupo de rumanos de Birmingham” le habría entregado 500.000 libras (550.000 euros) para el alquiler de varios almacenes de ropa en Milán. Con ese dinero habría alquilado también la casa de Borgial en la que mantuvo secuestrada a la modelo.

11.

Herba dijo que liberó a la modelo porque se lo ordenaron los rumanos. Al parecer, el hecho de que Ayling tuviera un hijo de dos años les convenció de que debía ser liberada por ir “contra las reglas del grupo secuestrar madres”.

12.

Cuando Herba liberó a la modelo, le entregó a Ayling una tarjeta de Black Death y le pidió que “promocionara” al grupo criminal. ¿Qué grupo criminal imprime sus propias tarjetas de negocios? ¿Y qué grupo criminal se bautiza a sí mismo con un nombre tan absurdo, casi de película de serie Z, como Muerte Negra? Pero sobre todo, ¿qué grupo criminal le pide a su víctima, a la que acaba de liberar, que le haga promoción? ¿Dónde, además? ¿En el Instagram de una modelo erótica?

13.

Ya en libertad, Ayling recibió una carta en la que el supuesto grupo Black Death le confesaba que su liberación había sido un gesto de generosidad, le pedía una compensación de 50.000 dólares en bitcoins a pagar antes de un mes y le solicitaba que ni ella ni su familia “hablaran mal de ellos”. “Cualquier desobediencia al respecto será castigada con la muerte”, añadían.

14.

Chloe Ayling ha sostenido desde el primer momento que sus secuestradores fueron dos. La policía sospecha que ese segundo secuestrador podría ser el hermano de Herba, Mikail, aunque no tienen pruebas concluyentes por el momento.

15.

Las sospechas de que el secuestro ha sido en realidad una farsa abundan. El caso sigue de momento abierto.Fuente: revistavanityfair.es