Diez claves para entender la situación del submarino y sus 44 tripulantes

Cuándo se construyó el ARA San Juan, cuando se reparó. Qué se sabe sobre la desaparición del buque.

Los jugadores de «Los Pumas» posaron en el Aviva Stadium de Dublín, Irlanda, con una camiseta argentina con el número 44 en homenaje a los tripulantes del submarino «ARA San Juan». DPA



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El submarino argentino «ARA San Juan» es un navío sumergible modelo TR-1700 construido por el astillero alemán Thyssen, tras el encargo del gobierno argentino en 1978. Fue botado en noviembre de 1985. Es de propulsión diésel-eléctrico. Cuenta con 4 motores generadores diésel MTU de 16 cilindros y 1.200 Kw de potencia. Fue concebido para ataques contra fuerzas de superficie, submarinos, tráfico mercante y operaciones de minado. Fabricado en acero HY-80, posee una capacidad de inmersión a grandes profundidades en alta velocidad. Su apostadero es la base naval de Mar del Plata.

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Entre 2007 y 2014 fue enviado al astillero Tandanor, del Complejo Industrial y Naval Argentino, para iniciar su “Reparación de Media Vida”, una de las obras más difíciles y complejas en la industria naval. Para reemplazar los motores, fue necesario cortar el casco de la embarcación por la mitad, en dos partes. También se reemplazaron los 4 motores diésel por otros nuevos y se repararon las baterías.

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“El ARA San Juan durará 30 años», pronosticó en 2011 la entonces presidenta Cristina Kirchner. En 2013, el submarino pasó todos los exámenes posteriores a la reparación y volvió a navegar en 2014. El buque no pudo ser reparado en los talleres originales de Alemania, porque la empresa fabricante era acreedora del país, entonces en default. De todos modos, en 2016 un informe del Jefe de Gabinete Marcos Peña al Senado coincidió con el diagnóstico de la ex mandataria.

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El pasado 13 de noviembre el ARA San Juan, con una tripulación de 44 miembros, zarpó de la ciudad de Ushuaia. Tenía previsto llegar el domingo 19 de noviembre a Mar del Plata. El buque se contactó por última vez con las bases de la Armada el miércoles 15 a las 7.30. Su última ubicación registrada fue a la altura del Golfo de San Jorge.

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El sábado 18, la Armada y el ministro de Defensa Oscar Aguad comunicaron que se habrían registrado 7 llamados satelitales desde el submarino a bases navales. Luego, la información fue desestimada. A partir de entonces, el vocero de la Armada Enrique Balbi se hizo cargo de la comunicación oficial.

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Quince países se sumaron al rastrillaje. Participan del operativo de búsqueda 4 mil personas y más de 50 medios navales y aéreos. Estados Unidos y Rusia aportaron aviones y mini-submarinos de última tecnología.

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El miércoles 22 el vocero de la Armada informó que Estados Unidos y otras agencias internacionales habían registrado el 15 de noviembre una “anomalía hidroacústica” -un ruido- 30 millas al norte de la última posición conocida.

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“Recibimos una información sobre un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión”, precisó Balbi este jueves. La Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), que cuenta con una red de estaciones sísmicas hidroacústicas, registró la explosión. Esos datos se cruzaron con la «anomalía hidroacústica» que había detectado EE.UU. una semana antes.

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El área donde se concentra la búsqueda fue subdivida en 10 sectores y los rastrillajes abarcan profundidades de entre 200 y mil metros. La Armada negó que el submarino estuviera realizando una tarea secreta, como había aventurado la jueza federal Marta Yáñez que está al frente de la causa iniciada por la propia Armada. «No hay ningún tipo de indicio», evaluó Balbi este sábado.

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Familiares de los tripulantes denunciaron falta de inversión y que en 2014 el submarino no había podido emerger. Algunos se lo recriminaron a Mauricio Macri, cuando los visitó en la base de Mar del Plata. El Presidente habló públicamente por primera vez el viernes, 9 días después de la desaparición del buque. “No es momento de buscar culpables», señaló. Sin embargo, trascendió que evalúa cambiar a los jefes de las tres fuerzas, molesto con el ocultamiento de información. Aguad ya inició sumarios internos. En ese contexto, el jefe de la Base Naval de Mar del Plata, el contralmirante Gabriel González, presentó su renuncia.

Fuente: clarin.com