¿Quién traicionó a Ana Frank?

La casa de Ana Frank, segunda desde la izquierda, en ÁmsterdamCreditHerman Wouters para The New York Times

ÁMSTERDAM — Cuando se escondía de la Gestapo en un anexo secreto del almacén de su padre en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial, Ana Frank escuchó un pequeño golpe en la pared. No podía estar segura de quién o qué era, y eso la asustó.

Tenía razón en estar asustada: tan solo meses después, el 4 de agosto de 1944, la policía descubrió el escondite durante una redada y la arrestó a ella y a otros siete que vivían en un apartamento cuyo acceso estaba detrás de un librero desplazable. Todos, excepto Otto Frank, su padre y posteriormente editor de El diario de Ana Frank, murieron en campos de concentración nazis.

Quién los delató ha permanecido como un misterio. Ahora, casi 75 años más tarde, un equipo de expertos encabezado por un agente jubilado del FBI emplea ciencia forense moderna y criminología con la esperanza de dar luz a uno de los más famosos casos sin resolver de la historia.



“Pondremos un énfasis especial en las nuevas pistas”, dijo el agente especial jubilado Vince Pankoke, de 59 años, quien encabeza la iniciativa. “Necesitamos verificar las historias conforme lleguen y sabemos que eso nos conducirá a otras investigaciones”.

En la búsqueda de nuevas pistas, él y su equipo están analizando digitalmente millones de páginas de material escaneado de los Archivos Nacionales en Washington, así como archivos de los Países Bajos, Alemania e Israel.

Ana Frank en 1941CreditAnne Frank Fonds, vía European Pressphoto Agency

El uso de otras técnicas modernas como la contabilidad forense, el trabajo colaborativo, la ciencia del comportamiento y la reconstrucción testimonial también podrían dar promesas de un avance. El equipo, por ejemplo, realiza un escaneo tridimensional de la casa original y utiliza modelos computacionales para determinar qué tan lejos pudieron haber viajado los sonidos.

Esas técnicas podrían permitirles revaluar evidencia antigua, por ejemplo, si el golpe en la pared, como se describe en el diario, era alguien que les advertía a quienes se estaban ocultando que estaban haciendo mucho ruido o si pudo haber sido una trampa.

Este tipo de técnicas costosas y modernas no estaban disponibles cuando la policía nacional holandesa investigó sin éxito el caso en 1948 y de nuevo en 1963.

Gracias a su famoso diario y a los recuentos de sirvientes y amigos publicados después de la guerra se conoce mucho acerca de la vida de Ana Frank durante los dos años que se ocultó. No obstante, se conoce mucho menos acerca de las circunstancias que rodearon la redada del 4 de agosto de 1944, que fue cuando comenzó su largo y tortuoso viaje al campo de concentración Bergen-Belsen, donde se cree que murió en febrero de 1945.

En un país en el que fueron deportados alrededor de 108.000 judíos —de los cuales solo regresaron cerca de 5500— reabrir el caso también es parte de un debate nacional más amplio.

Un modelo de la casa de Ana Frank exhibido en Nueva York.CreditAndrew Burton/Getty Images

“Solía ser la chica a la que protegimos y ahora se ha convertido en la chica a la que traicionamos”, dijo Bart van der Boom, un experto en la ocupación nazi y conferenciante en la Universidad de Leiden. “Es la función de cómo se perciben los holandeses durante la ocupación”.

Esa percepción cambió en la década de los sesenta, dijo Van der Boom, cuando los holandeses comenzaron a cuestionar la narrativa tradicional de que todo el pueblo holandés fue víctima de los nazis. El Museo de la Resistencia de Holanda en Ámsterdam, por ejemplo, ahora incluye un hilo narrativo en el que se describe la vida de un colaborador, así como las historias de personas que fueron neutrales, que se resistieron o que fueron víctimas.

Por lo menos 28.000 judíos se ocultaron de los alemanes durante la ocupación de cinco años de los Países Bajos, dijo Van der Boom. De ellos, aproximadamente un tercio fue atrapado, la mayoría debido a los esfuerzos de una pequeña banda de colaboradores a sueldo conocidos en holandés como Jodenjagers, o cazadores de judíos, dijo.

“No sabemos con exactitud qué pasó ese funesto día y las narrativas con final abierto siempre resultan fascinantes”, dijo Ronald Leopold, director ejecutivo de la Fundación de la Casa de Ana Frank, quien dirige el museo y lleva a cabo investigaciones acerca de su vida y muerte.

“Los traidores no tenían la imagen clásica que tenemos de los responsables, aquellos rostros uniformados de la muerte”, dijo Leopold.

La figura del traidor es importante en la vida de Ana Frank porque, a diferencia de la policía y los soldados que serían responsables de su muerte, el traidor posiblemente era un conocido de la familia Frank, y es casi seguro que no fue alguien que llevara un uniforme oficial.

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La lápida de Ana Frank y su hermana, Margot, en el campo de concentración de Bergen-Belsen en AlemaniaCreditAlexander Koerner/Getty Images

La lista de posibles individuos ha ido creciendo conforme los investigadores han propuesto nuevos nombres y teorías. Mientras que Wilhelm van Maaren, el encargado del almacén, fue el principal sospechoso en las investigaciones policiales holandesas, la nueva investigación está abierta a toda posibilidad.

“Cuando Otto Frank regresó, en el verano de 1945, supuso que alguien los había delatado”, dijo Gertjan Broek, un historiador sénior en la Casa de Ana Frank, la cual recibe 1,3 millones de visitantes al año. “Siempre ha sido una creencia arraigada”.

Sin embargo, mientras que la idea de que la policía recibió un aviso ha sido durante mucho tiempo parte de la historia de Ana Frank, no todos están convencidos de que la traición necesariamente desempeñara un papel.

Broek publicó un informe de 37 páginas en diciembre, en el que propuso la teoría de que la policía estaba en esa dirección con otra misión en mente y que encontraron a la familia por casualidad.

Los investigadores en los Países Bajos le han dado la bienvenida a la nueva investigación y Broek está fungiendo como uno de sus asesores.

“Lo nuevo acerca de esta investigación es que observa el caso desde una perspectiva forense”, dijo Leopold. “Y estamos ansiosos por ver los resultados”.

POR CHRISTOPHER F. SCHUETZEFuente: nytimes.com