Encrucijada entre el Papa, Esculapio y Piñera

Álvaro Riveros Tejada

Desde el vergonzoso e inicuo fallo del Tribunal Constitucional permitiendo que nuestro líder espiritual permanezca en la presidencia en forma vitalicia, vienen sucediendo extraños acontecimientos que confirman esa vieja premisa que reza:

“Cuando los asuntos de Estado comienzan a ir mal es menester dar un paso al costado” o, al menos zambullirse en un concentrado baño de retama, como solían recomendar nuestras abuelas, a fin de ahuyentar la yeta y los malos augurios.



Ni la visita de S.E. al Santo Padre, patrono de izquierdistas perdidos, como se estableció cuando le envió un rosario a Milagros Sala, una activista guerrillera del movimiento Túpac Amaru procesada en varias causas que se tramitan en la justicia de Jujuy-Argentina que van desde el fraude a la administración pública, asociación ilícita y tentativa de homicidio agravado por una contratación de sicarios y lesiones muy graves, pudo neutralizar la fuerte confrontación que este último domingo despertó la reacción de la Iglesia católica por el tema del aborto, al calificar la citada visita al Papa de “hipócrita” pues ya existía el antecedente de la aprobación de esa Ley, el mismo día en que se realizaba la entrevista. Al dudar que el Papa Francisco comparta la posición de S.E. el prelado Scarpellini fue más determinante al advertir: “los que ahora deciden sobre quienes pueden nacer, en el futuro se atreverán a decidir cómo y cuándo deben morir.”

A esta serie de malas noticias se sumó la tunda electoral propiciada ayer por Sebastián Piñera a la izquierda chilena, volviendo a girar el derrotero de ese país hacia la derecha y de paso, consolidando la victoria de Mauricio Macri, cuyo abierto apoyo a Piñera en plena campaña electoral causó una gran tensión diplomática con la Argentina empero, modificó de raíz el escenario político latinoamericano, evitándole a Chile caer en el populismo castrochavista, y convertirse en una nueva Chilezuela.A todo este lúgubre panorama político nacional se suma el conflicto médico que ya lleva casi un mes de protesta, como rechazo al funcionamiento de la Autoridad de Fiscalización y Control del Sistema de Salud, creada por decreto, y al artículo del Código Penal recientemente aprobado, que criminaliza a los galenos. Al respecto S.E. ha señalado que: “para graduarse de médico se jura para defender la vida y salvar la vida”, suponemos que algo similar debe ocurrir cuando se jura cumplir la Constitución Política del Estado, que tiene que ver con la vida de todos los estantes y habitantes de nuestra querida Bolivia.Estamos sufriendo de un encantamiento, como solía decir Don Quijote, o en términos más coloquiales, estamos cargados y el rio lejos. Lo cierto es que cada vez son menores los acontecimientos que nos alegran y cada vez mayores aquellos que nos preocupan, de ahí que en nuestra modesta opinión consideramos que nada podría quitarnos el sueño si se cumple la voluntad del pueblo expresada en las consultas que se le hizo y así evitar meterse en una encrucijada entre el Papa, Esculapio y Piñera.