Una madre convirtió el cumpleaños de su difunto esposo en su día favorito del año

Por Allison Klein

Steve Damm con su hijo Cooper en Halloween de 2005 (Cortesía de Tyra Damm / The Washington Post)

Steve Damm con su hijo Cooper en Halloween de 2005 (Cortesía de Tyra Damm / The Washington Post)

Cuando Tyra Damm perdió a su marido a consecuencia de un cáncer cerebral en 2009, después de 15 años de matrimonio, su corazón y el de sus hijos, de 4 y 8 años, se rompió en mil pedazos. En el primer año de su ausencia hubo una cosa que destacó: su cumpleaños.



Esa fecha resultó ser el día más difícil de todos, lleno de un gran dolor. Casi por desesperación tramó una plan para el próximo cumpleaños.

Al año siguiente, Damm decidió utilizar el cumpleaños de Steve para ayudar a otras persona y así mostrar a los niños que el mundo puede ser bueno. En esa fecha, el 4 de noviembre, pidió a amigos de su comunidad de Texas que realizaran actos de bondad al azar en su honor, como dar flores a una persona mayor, donar alimentos a una despensa local o llevar galletas a una estación de bomberos. La gente respondió con cientos de actos y nació el hashtag #dammkind.

«De una forma egoísta nos ayuda a sentirnos mejor», señala Damm, de 45 años y profesora de secundaria, además de columnista en el Dallas Morning News. «Me hace sentir mejor durante el día y así no recuerdo su pérdida«, agrega al respecto.

En los cinco años transcurridos desde entonces, #dammkind se ha expandido a cientos de personas que nunca antes habían estado realizando actos de bondad. El 4 de noviembre es ahora un día en el que la bandeja de entrada de su correo electrónico y sus redes sociales están llenas de fotos y descripciones de pequeños y grandes actos de este tipo realizados a nombre de Steve Damm.

«Es mi día favorito del año», admite.

Tyra Damm con Katie, 12, y Cooper, 16 (Cortesía de Tyra Damm / The Washington Post)

Tyra Damm con Katie, 12, y Cooper, 16 (Cortesía de Tyra Damm / The Washington Post)

Cada año, ella pide que la gente realice colectivamente la cantidad de actos de bondad de acuerdo a la edad de su difunto esposo, pero siempre hay muchos más.

Hace algunos años, en su cumpleaños, Damm tuvo constancia de unos 400 actos que se realizaban. Hace unos días, coincidiendo con su cumpleaños, ella pidió 49 (habría cumplido 49 años), pero el número hasta ahora es más del doble. Y sigue recibiendo correos electrónicos que detallan más acciones como esas.

Damm documenta muchos de los actos amables en su blog y tiene una tarjeta disponible para que las personas la descarguen y la regalen a medida que van realizando sus actos de bondad. «Este regalo se entrega en memoria de Steve Damm. Su vida se vio truncada por el cáncer cerebral, pero su legado continúa…. Le gustaba la amabilidad y la vida. Me complace compartir algo de eso«, remarca.

Los amigos de Frisco y sus alrededores han publicado este tipo de actos, que incluyen comprar café o helado para una persona en la cola, dejando una nota de gratitud y una gran propina a la camarera u horneando galletas para Meals on Wheels.

La red de Damm ha ido más allá de Texas, incluyendo amigos en todo el país e, incluso, una antigua niñera que ahora vive en París.

En su blog, Jessi Crumb, la hermanastra de Tyra Damm, de Mountain View (Arkansas), escribió que «entregó 15 kilos de salchichas de cosecha propia y dos cerdos sacrificados a varias familias de Arkadelphia. Un esfuerzo de una semana de duración, física y emocionalmente agotadora, pero cuando me senté sonreí y pensé en Steve«.

Hadley Shilson, de 5 años, amiga de la familia Damm entrega flores a su vecino (Cortesía de Tyra Damm / The Washington Post)

Hadley Shilson, de 5 años, amiga de la familia Damm entrega flores a su vecino (Cortesía de Tyra Damm / The Washington Post)

Este año, entre otros actos, Damm donó a amigos que perdieron su casa en un incendio. Sus hijos compraron helados para sus amigos y, mientras estaban en la fila, también pagaron por la familia que tenían atrás.

Sus hijos, Cooper (16) y Katie (12), también quieren ser parte de eso. Algunos años cocinan para los vecinos o reparten lápices a los compañeros de clase. También acostumbran a dar a sus maestros un pequeño regalo.

Damm dijo que recuerda perfectamente el primer cumpleaños sin Steve, en 2010, cuando cumplió 42 años. Estaba llena de angustia por ella y por sus hijos.

«Fue un día tan triste porque estábamos celebrando un cumpleaños para alguien que no estaba allí. Cuando se acercaba su 43 cumpleaños pensé ‘No fue tan bueno el año pasado ¿Cómo puedo ayudar a mis hijos a superarlo?'».

Damm subraya que #dammkind la ayudó a mostrar a sus hijos más valores de su padre, más allá de las historias que ellos escucharon.

«Me siento responsable de ayudar a los niños a entender quién era su padre. No tienen los mismos recuerdos que yo. Fue una forma de que ellos vieran lo que era importante para Steve. Todavía es importante para nosotros», relata.

Fuente: infobae.com