Desastres y política



Desde las máximas instancias del Gobierno piden no politizar los desastres, pero cualquier dirigente, hasta el más cándido, sabe que no hay mejor momento para hacer proselitismo que cuando la gente está sufriendo, desesperada clamando por ayuda. Es la mejor ocasión para hacer fotos, derramar lágrimas, acariciar las cabezas de los niños y repartir promesas, muchas promesas; demostrar el poder movilizando tropas, brigadas de auxilio y rescatistas, siempre y cuando estén las cámaras listas y los fotógrafos muy bien ubicados. Durante los desastres se ablandan los corazones de todos y también los bolsillos, así que es momento de repartir lo ajeno, obviamente de la manera cómo lo saben hacer los políticos, sacando una buena tajada. No dejan mentir los numerosos escándalos de corrupción que se han dado alrededor de terremotos, riadas y otros episodios lamentables. Además, esas declaratorias de emergencia$$$ suelen ser muy rentables. Hay que reconocer, sin embargo, que lo de Tupiza ha sido un evento político inédito.

Fuente: eldia.com.bo