Gobernación y refugiados cruzan declaraciones por la autonomía de Santa Cruz

El vocero de Costas hace diferencia entre los que se fueron y se quedaron. Marinkovic le pide que le pregunte  a su jefe dónde está su hermano. Desde Santa Cruz les piden ver lo ganado en lugar de las diferencias internasPara Marinkovic, la defensa del estatuto de 2008 es un deber. Asegura que por defenderlo está lejosUna semana después de la promulgación del estatuto autonómico y de las críticas a su contenido vertidas por el expresidente del Comité pro Santa Cruz, Branko Marinkovic, el vocero de Rubén Costas, Vladimir Peña, sale a responder las declaraciones y a diferenciar entre los que se fueron del país y los que se quedaron pese a la presión del Gobierno.El abogado y secretario de Gobierno de la Gobernación de Santa Cruz, jefe local de Demócratas, cree que no es necesario mandar a referendo el estatuto ajustado a la nueva Constitución, que con los votos a favor de Rubén Costas es suficiente. La aclaración viene luego de que Marinkovic dijera en una entrevista con EL DEBER que si él hubiera adaptado el estatuto lo hubiese pasado a referendo de nuevo. Para Marinkovic, refugiado político en Brasil, no se respetó el voto de los cruceños del 4 de mayo de 2008, y el texto promulgado por Costas adolece de falta de autonomía, al negar la elección de subgobernadores.Marinkovic señala que si ellos lograron arrancarle al centralismo la elección de gobernadores, no ve por qué no se le pueda arrancar la elección de subgobernadores.Peña hizo diferencia entre los que se fueron del país y los que se quedaron, no “cambiaron de posición” y  han “afrontado las consecuencias defendiendo al pueblo, aquí, en Santa Cruz, en Bolivia”.Marinkovic se fue del país hacia Brasil en 2010, cuando era acusado de ser parte del grupo Rózsa, por alzamiento armado y sedición. Cuando se le consultó a Marinkovic sobre las críticas que ya salían de la Gobernación por haberse ido del país, Marinkovic respondió: “No me quedé porque iba a ir preso por una acusación falsa” y luego mandó a preguntarle algo a Rubén Costas: “Si no es así, pregúntele al gobernador dónde está su hermano”.Al igual que Marinkovic, Pablo Humberto Costas, hermano del gobernador, está acusado en el proceso de supuesto terrorismo, conocido como caso Rózsa. El nombre del hermano del gobernador se encuentra en las declaraciones de juicio abreviado de Mario Tadic y Elöd Tóásó, dos de los sobrevivientes del operativo policial en el hotel Las Américas (abril de 2009, en el que murieron Eduardo Rózsa, Árpád Magyarosi y Michael Dwyer) que se declararon culpables a cambio de salir libres. Ante el juez aseguraron que conocieron al hermano del gobernador junto a Eduardo Rózsa y que se reunieron con él.Por su parte el nombre de Marinkovic quedó enredado en el caso cuando un exempleado suyo, Juan Kudelka, dijo en un juicio abreviado que llevó dos sobres con dinero de Branko Marinkovic a la casa donde funcionaba La Torre, una especie de organización que promovía estrategias para las causas del cruceñismo.Al igual que Marinkovic, que asegura que la justicia brasileña revisó su caso y lo consideró un perseguido político, Pablo Humberto Costas se encuentra fuera del país.Los tercerosEsto generó reacciones desde dentro y fuera del país. Alejandro Brown, administrador de la página Presos y perseguidos políticos de Bolivia, considera que “se debe terminar con las posiciones tibias y el divisionismo que solo alienta a quienes nos hacen daño”. Desde su asilo político en Brasil pidió buscar la unidad y rehacer el proyecto cruceño con miras a las elecciones de 2019.  Hugo Achá, otros de los acusados por el caso Rózsa, con refugio en Estados Unidos, le hizo llegar un manifiesto a Brown, asegura que celebra la promulgación del estatuto, aunque reconoce que le han arrancado jirones, debido a las muertes y la persecución.En Santa Cruz de la Sierra hubo otros actores que también se hicieron eco de la polémica armada por las críticas de Marinkovic. Para Carlos Dabdoub, exsecretario de Autonomía de la Gobernación, la autonomía y el estatuto es un vaso por la mitad, que algunos ven medio lleno y otros medio vacío. Cree que las dos posiciones tienen sus razones, recuerda que la autonomía es un proceso, que en el futuro, “cuando no haya un Gobierno centralista”, se pueda reformar el estatuto. “No es como la Biblia, donde lo que escrito está se queda así”, dijo.Carlos Hugo Molina, exprefecto, consideró que tal vez la polémica se inició por el “olvido inexplicable” de los nombres de Germán Antelo, Branko Marinkovic y Juan Carlos Urenda en los actos de sanción y promulgación del estatuto, pero que, según su experiencia, en estos temas “más vale una ley en mano que un proyecto perfecto”.El Deber / Pablo Ortiz