Venecia sin ti

Emilio Martínez Cardona*La canción de Charles Aznavour que da título a esta nota podría servir como música de fondo para el serio revés internacional sufrido por el régimen “pos-democrático” de Evo Morales, a manos de un órgano legal consultivo del Consejo de Europa.A pedido de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comisión de Venecia dictaminó que, contra lo resuelto por el cooptado Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), no hay un “derecho a la reelección” que deba ser precautelado como derecho humano.La Comisión también fue tajante al señalar que “limitar los mandatos presidenciales en los sistemas presidencial y semipresidencial apunta a garantizar la democracia y no equivale a discriminación”.Más claro, agua. La precisión, además, echa por tierra las falacias masistas que manipulan realidades políticas muy distintas, como la vivida en los sistemas parlamentarios.Para mayor información, la Comisión de Venecia fue creada después de la caída del infame Muro de Berlín, para ayudar a la construcción de estructuras constitucionales democráticas en el Este europeo, pasando luego a cooperar en otros ámbitos geográficos. Sus recomendaciones suelen ser incorporadas a las legislaciones afectadas, al menos por gobiernos seriamente comprometidos con la protección de las libertades ciudadanas.Por supuesto, el dictamen provocó la furia del probable arquitecto del fallo del TCP, el ministro de justicia Héctor Arce Zaconeta, quien sólo atinó a decir que la resolución veneciana “no tiene efectos vinculantes” para Bolivia. Más o menos una clonación de la argumentación esgrimida en La Haya por la delegación chilena, en el caso de la controversia marítima.Efectos vinculantes o no, lo cierto es que el pronunciamiento del citado panel de expertos será tenido muy en cuenta por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la hora de responder a las consultas hechas por opositores y representantes de la sociedad civil boliviana.Esperemos que, tras producirse el posible dictamen del sistema interamericano contra la torcida sentencia constitucional “tecepista”, la respuesta de Zaconeta no imite una vez más a Chile, que por boca de José Miguel Insulza acaba de manifestar que la OEA “no es un organismo supranacional que pueda darle instrucciones a países”.Palabras de un ex secretario general de esa organización, quien nunca alcanzó una mínima fracción de la estatura ética y política demostrada por Luis Almagro en el desempeño del mismo cargo.Las curiosas clonaciones del Ministro de Justicia a la lógica argumental trasandina dan cuenta de las paradojas y contradicciones que implica el buscar acuerdos internacionales de “buena fe”, mientras ésta es olímpicamente ignorada a nivel interno a través de las “estrategias envolventes” que desconocen la voluntad popular expresada en el referéndum del 21F. Sería más fácil y coherente trabajar por la causa marítima respetando la democracia.*Escritor y analista político