Alarmas municipales ya funcionan en 50 barrios; se reportaron 129 casos en un mes

Vecinos destacan el poder disuasivo con los delincuentes y de organizar a los ciudadanos que genera la activación de las alarmas y que los policías llegan con prontitud. Solo el    30% de los hechos reportados requirió presencia policial

Fernando Soria Sejas



Una potente sirena suena en el barrio Jorori, en el octavo anillo de la avenida Tres Pasos al Frente, y el sonido llega hasta ocho cuadras a la redonda; inmediatamente, los vecinos salen de sus casas. La alarma fue activada por doña Zaida León desde su teléfono celular, que tiene una aplicación denominada Alerta Halcón. 

“Vecinos, necesitamos su colaboración”, dice la mujer hablando por su teléfono y su voz es reproducida por el megáfono que tiene la alarma que está colocada en lo alto de un poste de alumbrado público de la calle Jacaranda. Los vecinos no tardan en formar un grupo para saber qué ha sucedido.  

Esa es la forma en que esta alarma municipal se ha activado por lo menos en cinco ocasiones en este barrio, como cuando el regente de un colegio de la zona detectó a dos sujetos con actitud sospechosa que hablaban con algunos estudiantes. La alarma fue activada y en pocos minutos en el establecimiento se conglomeraron un grupo de padres de familia que arrestaron a uno de los sujetos, a quien hallaron con marihuana y que aparentemente la estaba ofreciendo a los alumnos; el otro se dio a la fuga saltando por encima de la barda. 

Ese es uno de los casos que sirve como ejemplo en que la alarma ha sido puesta en funcionamiento. De esa misma forma se activó el 17 de abril, luego de que dos sujetos fueran observados por un vecino merodeando el barrio con actitud sospechosa, comenta el presidente del barrio, Grover Almaquio. Sin embargo, cuando escucharon la sirena y vieron a un grupo de vecinos organizados, los sujetos se pusieron nerviosos y terminaron confesando que robaban teléfonos celulares y vendían droga. “La Policía se presentó en 15 minutos y se los llevó arrestados”, afirma el dirigente vecinal. Siguen las capacitacionesEn la ciudad ya están funcionando 50 de las 100 alarmas que han sido instaladas por el municipio en los barrios considerados ‘zonas rojas’, luego de un estudio sobre los índices de delincuencia y otros factores de riesgo, como la presencia de centros de expendio de bebidas alcohólicas. En un mes ya se tienen registrados 129 eventos (es decir, el número de veces que los vecinos las han activado), de los cuales solo el 30% han requerido de presencia policial a solicitud de los vecinos, puesto que el resto de las activaciones se hicieron de manera preventiva, explicó Guillermo Dávalos, responsable del Observatorio Municipal de Seguridad Ciudadana. Esto refleja el carácter disuasivo que tienen las alarmas en los delincuentes tanto por el sonido de la alarma como por la organización de los vecinos que esto conlleva. “La hemos hecho funcionar en cinco ocasiones, nos da mayor sensación de seguridad, nos permite, a los vecinos, estar alertas y que la Policía llegue rápido cuando se lo requiere”, indica el dirigente vecinal. Los vecinos de Jorori coordinan, vía WhatsApp, con el comando de la Villa Primero de Mayo, por lo que los uniformados se enteran de la alerta en el mismo instante que la alarma suena. “Antes la Policía llegaba en dos o tres horas, ahora, como máximo en 20 minutos están en el lugar que lo requerimos”, acota Candia.  “Lo que más tenemos en esta zona son drogodependientes que asaltan y atemorizan a nuestros hijos en la zona del cementerio”, comenta doña Zaida, quien valora que las alarmas facilitan que los vecinos unan fuerzas y disuadan a los delincuentes, causando una mayor sensación de seguridad en la zona. Son 50 los vecinos que viven a 200 metros a la redonda de la alarma, quienes pueden accionarla por medio de su teléfono celular y otros cinco cuentan con un dispositivo a control remoto. Se debe integrar a la EPIEl comandante de la Villa Primero de Mayo, Marco Cortez, destaca que las alarmas son sobre todo disuasivas y que en lo posterior se deben integrar al sistema tecnológico del BOL-110, para que en cada Estación Policial Integral  (EPI) la institución verde olivo reciba una alerta a través de una pantalla en que se indique qué tipo de suceso y en qué lugar se registra. Por el momento, eso se realiza vía telefónica. Cortez señala que cuenta con cuatro carros patrulleros en la EPI de la Villa, a los cuales moviliza cuando los vecinos lo requieren y, a pesar de los buenos comentarios de los vecinos, deja en claro que en ocasiones, sobre todo fines de semana o en ‘horas pico’, se pueden presentar eventos simultáneos que pueden hacer que se tarde en llegar a un determinado lugar para prestar atención. Sin embargo, destaca la coordinación con los vecinos y la organización que logran estos en las capacitaciones que se han dado para el uso de las alarmas.Comité de seguridad vecinalA raíz de la iniciativa de organización vecinal utilizando grupos de WhatsApp, sirenas y pitos en el barrio Guaracal, en septiembre del año pasado se creó el Comité Impulsor de Seguridad y Apoyo Vecinal, con la finalidad de difundir esta experiencia y lograr una mayor cohesión entre los vecinos. “Somos una institución que realiza el trabajo de servicio social de voluntariado al servicio de los vecinos de nuestra ciudad implementando diferentes sistemas de seguridad vecinal preventiva y de esta manera reducir el índice de la delincuencia”, señaló Rocha. Esta iniciativa está presente en más de una docena de barrios de la ciudad y se basa en la organización de los vecinos contra la inseguridad. 

Otros detalles

50 de 100 ya funcionanLas primeras 100 alarmas han sido instaladas en los barrios considerados más peligrosos de Santa Cruz, luego de un trabajo de análisis de índice delincuencial y otros factores de riesgo. Las alarmas están instaladas en los distritos 1, 2, 4, 6, 7, 9 y 12. Inversión En la primera etapa del proyecto, el municipio invirtió Bs 1 millón en la instalación y capacitaciones para las primeras 100 alarmas. Solo el 30% requirió policíasDe los 129 eventos registrados en abril, solo el 30% requirió de la intervención policial. El resto fue de hechos que se dispersaron por la capacidad disuasiva que tienen las alarmas y por la organización de los vecinos cuando se activan. 

Fuente: eldeber.com.bo