Ante la inminente llegada de los vuelos espaciales comerciales, la disputa por quién los controlará se calienta

Por Christian Davenport

La tripulación de Orbital ATK en el International Paris Air Show en Le Bourget (Paris) (Bloomberg / Chris Ratcliffe)

La tripulación de Orbital ATK en el International Paris Air Show en Le Bourget (Paris) (Bloomberg / Chris Ratcliffe)

Washington – Durante una década, solo había una empresa que podía ofrecer el servicio al Pentágono para que lanzara sus satélites al espacio: la empresa conjunta entre Lockheed Martin y Boeing, conocida como United Launch Aliance (ULA).



Hace unos años, SpaceX de Elon Musk puso fin al lucrativo monopolio de la empresa e impuso su derecho a competir por los lanzamientos. Ahora, otras dos compañías están construyendo cohetes que podrían competir por los contratos de lanzamiento, que pueden valer cientos de millones de dólares cada uno.

Blue Origin, la compañía de cohetes fundada por Jeff Bezos, y Orbital ATK, el equipo con sede en Dulles que ya lanza carga a la Estación Espacial Internacional para la NASA y tiene una gran cantidad de negocios en el Pentágono, están considerando asumir los contratos, según afirmaron los funcionarios de la compañía (Bezos es dueño de The Washington Post).

El mercado de lanzamiento ha pasado por un período de interrupción, liderado por SpaceX, en un esfuerzo por reducir el costo de llegar al espacio.

Silencioso y obsesivamente reservado desde hace años, Blue Origin ha comenzado a emerger de la sombra. El año pasado, anunció sus primeros clientes para su cohete New Glenn, que se lanzará por primera vez en 2020. Funcionarios de la compañía se reunieron con la secretaria de la Fuerza Aérea Heather Wilson en el Simposio Nacional del Espacio en Colorado Springs hace unos días. Y el mes pasado Bezos tuiteó una foto de sí mismo reuniéndose con Betty Sapp, la directora de la Oficina Nacional de Reconocimiento.

Jeff Bezos, director ejecutivo de Amazon.com y fundador de Blue Origin, sonríe durante la presentación del Blue Origin en Colorado Springs (Bloomberg / Matthew Staver)

Jeff Bezos, director ejecutivo de Amazon.com y fundador de Blue Origin, sonríe durante la presentación del Blue Origin en Colorado Springs (Bloomberg / Matthew Staver)

«Aclamamos a cada nuevo participante que sea lo suficientemente valiente como para entrar en el negocio espacial«, dijo Sapp en un tweet.

Pero Blue Origin no es el único nuevo participante. Orbital ATK, que recientemente anunció su cohete Omega, planea presentar ofertas para los contratos de lanzamiento de Seguridad Nacional. Aunque no es tan conocido como algunos de sus competidores, tiene un largo legado y Northrop Grumman lo adquirirá este año, lo que también podría ayudarlo a impulsarlo.

«Queremos dejar de ser el caballo negro», dijo el portavoz de Orbital ATK, Barron Beneski. «Estamos en ello para ganar. Somos parte del tejido de la seguridad nacional. No se trata de nuevos clientes. Es un producto nuevo», manifestó.

Además de competir por los lanzamientos de Seguridad Nacional, Blue Origin también está compitiendo contra Virgin Galactic para llevar a los turistas al límite del espacio. Durante años, el propietario de Virgin, Richard Branson, ha estado salivando ante la perspectiva de convertir a la gente común en astronautas, a un costo inicial de USD 250.000.

A principios de abril, su nave espacial, un avión conocido como SpaceShipTwo, superó un hito importante cuando encendió sus motores por primera vez y atravesó los cielos. Y Branson ha dicho que espera comenzar a volar con clientes a finales de este año.

Bob Smith, director ejecutivo de Blue Origin dijo que el primer vuelo de prueba de la compañía con personas a bordo podría realizarse también a finales de este año en la planta que tienen en Texas. La compañía, que dice que su objetivo final es que «millones de personas vivan y trabajen en el espacio», no ha anunciado un precio para los turistas ni cuándo comenzarán las operaciones comerciales. Pero dijo que la compañía también está ansiosa por atraer a la gente común a la inmensidad del espacio.

«Apoyo totalmente a todo tipo de personas que vayan al espacio. Es decir, ese es el objetivo de lo que estamos tratando de hacer«, dijo. «Queremos poetas, queremos artistas, queremos periodistas, queremos que todo tipo de personas salgan a la calle porque creemos firmemente que hay algo llamado ‘efecto general’, donde las personas puedan tener una mejor perspectiva de dónde viven», apostilló.

En la Tierra, Blue Origin también está inmerso en una acalorada carrera con Aerojet Rocketdyne para suministar a ULA el motor de su nuevo cohete, que se llama Vulcan. Blue Origin trajo uno de sus motores BE-4 al simposio, y Smith dijo que la compañía está «cerca de llegar a un acuerdo contractual con ULA después de haber alcanzado los hitos de rendimiento del motor BE-4 en el otoño del año pasado y principios de la primavera de este año».

Pero Eileen Drake, directora ejecutiva de Aerojet, recalcó que estaba progresando en su oferta, «un motor como ningún otro en Estados Unidos«.

Cuando un periodista le preguntó cuándo tomaría su decisión, el director ejecutivo de ULA, Tory Bruno, solo se limitó a decir que «pronto«.

 

Fuente: infobae.com