Barrio pintudo, seguro y solidario

Roberto MéndezPeriodista y docenteObras son amores. Esa fue la frase que la noche de este 5 de mayo pronunciamos al momento de rendir informe sobre los dos años como responsables de la Junta Vecinal del Barrio FERBO, en la avenida Bánzer, entre quinto y sexto anillo.La verdad que la vida le plantea retos que nosotros debemos afrontar. Uno de ellos, después del periodismo, la abogacía y la docencia, la dirigencia vecinal, ha sido una buena experienciaque nos humaniza mas, porque trabajamos con la idea de hacer de la morada donde vivimos con nuestras familias, un lugar acogedor, solidario y seguro, bajo el lema de tener un barrio pintudo, seguro y solidario.Por eso desarollamos campañas de atención médica con distribución gratuita de medicamentos y coordinamos movilizaciones para dotar de lentes, prótesis dentales y operaciones quirúrgicas a los vecinos.Además, y gracias al Instituto de Formación Calificada (INFOCAL) y una cementera, varios albañiles y padres de familia fueron capacitados en un curso intensivo sobre construcción de viviendas.Asimismo se llevaron adelante trabajos de manualidades para que las damas, mas adelante puedan iniciar algún emprendimiento.La labor vecinal, cuando se la hace sin ningún direccionamiento politico partidario, es reconfortante y el pago se refleja en la sonrisa de quienes se benefician, como ocurrió con alrededor de 400 habitantes de este barrio que tomaron aire y respiraron profundo al ver su título de propiedad en mano, pues habían obtenido los terrenos del Ex-Fonvi y fue necesario realizar un trámite judicial que la directiva de la junta vecinal llevó adelante de manera gratuita.Porque no nos olvidamos de nadie. Los vecinos de la tercera edad también tuvieron su lugar en el barrio, pues organizados, pelearon por algunas reinvindicaciones relacionadas con seguro de salud, pensiones y medicamentos.El barrio Ferbo funciona hace 36 años y es lleno de contrastes. Tiene por un lado grandes condominios como “Ciudad Jardín”, pero casas de gente humilde que sueña con ver a su calle pavimentada, totalmente iluminada, y especialmente, sin pandilleros.Las pandillas es uno de los cánceres que atacaban a la zona, pero gracias a la union de los vecinos, estos fueron combatidos “a chicote limpio” primero y luego, los que decidieron rehabilitarse fueron incluidos en uno de los 20 equipos de fútbol de un campeonato que llevamos adelante. Y de pronto, los jóvenes marginados que tienen padre y madre entre los vecinos, fueron encontrando su camino, y los otros, los que venían de otras zonas, obligados a buscar nuevos refugios.También conseguimos el ingreso de una línea de transporte y la colocación de rompemuelles, semáforos y rotondas en varias intersecciones peligrosas cercanas a unidades educativas para así, evitar accidentes de tránsito y la muerte de niños, como ya había ocurrido.Pero nos quedan temas pendientes como la pavimentación total de todo el barrio, pues, a pesar de ser uno de los más antiguos, es como un lunar en la ciudad, pues los alrededores tienen capa asfáltica en su totalidad.Sin embargo hemos logrado que la pavimentación sea incluida en este POA 2018 y esperamos que las autoridades municipales cumplan, pues antes, y lo hemos visto, pavimentaron las calles de los dirigentes vecinales para conformarlos, pero en nuestro caso no es así.Nos vamos con el corazón en la mano, con la sonrisa de los vecinos en nuestra retina, con sus abrazos acogedores, con el saludo efusivo al encontrarnos y con el agradecimiento a toda la directiva que supo ponerle el hombro y que tampoco dudó en meter la mano al bolsillo cuando hubo que hacerlo, porque la labor vecinal debe ser así, desinteresada y sin esperar nada a cambio, entre ellos, puestos en instituciones públicas, como ha ocurrido en otros casos.Hicimos camino al andar…Roberto MéndezPeriodista y docente