Boda real: Lady Di estuvo presente en cada gesto de transgresión de su hijo y Meghan

Hubo varias cosas que ocurrieron «por primera vez» en la capilla Saint George y que remiten a la memoria de la princesa más querida del Reino Unido.

Diana Spencer quería ser la princesa de los corazones del pueblo y así es recordada tras su muerte (AP / Archivo Clarín)



La forma en que la memoria Lady Di iba a estar presente en el casamiento de su hijo, el príncipe Harry, con la actriz estadounidense Meghan Markle, había sido detallada por expertos en la monarquía. Pero lo sucedió finalmente este sábado, en la capilla Saint George, superó las expectativas: el homenaje a la «Princesa del Pueblo» tuvo su firma en las transgresiones que se vivieron en toda la ceremonia.

En primer lugar, a partir de ahora Meghan Markle será recordada como «la princesa feminista». Es que se opuso a mencionar en los votos que «obedecerá» a su marido. Ese es un claro ejemplo de la modernización de la monarquía que, aunque sin el contexto actual del avance del feminismo, Lady Di había llevado como bandera.

Kitty Spencer, sobrina de Lady Di, llega a la boda real del príncipe Harry y Meghan Markle (AP).

Otro detalle no menor es que la flamante esposa del príncipe Harry es una divorciada que se casó en segundas nupcias en la iglesia más emblemática del Reino Unido.

Si bien, desde lo literal, el de Harry y Meghan no fue un casamiento «abierto al pueblo», por primera vez en la historia una pareja real invitó a 1.200 ciudadanos «de a pie» que previamente fueron seleccionados por su acción social desde organizaciones caritativas. La idea era que pudieran compartir con los novios la celebración desde los jardines del castillo de Windsor.

Según el programa que los voceros del palacio de Kensington publicaron el viernes con algunos detalles de la boda, la pareja real se ocupó de que la selección de los textos y las canciones que sonaron en la capilla Saint George del Castillo de Windsor. La premisa seguida por la pareja fue «lenguaje moderno y claro». Así, la solemnidad de las paredes del tradicional lugar se vio renovada por el coro de gospel cantando el hit Stand by me, del músico negro estadounidense Ben E. King, fallecido en 2015, en un claro guiño a la ascendencia afroamericana de Meghan.

De hecho, la madre de Meghan, Doria Ragland, fue vestida de verde y con un piercing de brillante en su nariz. Algo que tampoco fue visto antes en St. George.

Doria Ragland y Carlos de Gales (DPA).

Lady Di también apareció desde la sangre de su familia, los Spencer. Jane Fellowes, hermana de la fallecida madre de Harry, leyó un pasaje del «Cantar de los cantares», del Antiguo Testamento. «Levántate, mi amor, mi bella persona, y vete; porque ahora el invierno ha pasado, la lluvia ha terminado y se ha ido. (…) Ponme como un sello en tu corazón, como un sello en tu brazo; porque el amor es tan fuerte como la muerte», siguió.

Charles Spencer (hermano de Lady Di) y su esposa Karen se retiran de la capilla de Saint George tras el casamiento del príncipe Harry y Meghan Markle (AFP).

El vestido de novia de la flamante duquesa de Sussex también rompió el molde. Si bien se ajustó al protocolo, tiene un toque sexy más fiel al estilo de la exactriz de Suits. El diseño, a cargo de Clare Waight Keller, directora artística de Givenchy, deslumbró por su sencillez, algo muy alejado al estilo sobrecargado de la monarquía y más propio de la frescura de Lady Di.

La tiara de la novia. Al final, no fue una de Lady Di.

Pero hay una tradición a la que Meghan no quiso, o no pudo, escapar: no hay princesa sin tiara. Si bien se especuló con que usaría una de la fallecida Diana de Gales, finalmente usó la tiara preferida de la tatarabuela del príncipe Harry.

La diadema, hecha en platino y diamantes, pertenecía a la reina Mary de Teck y no había sido utilizada públicamente desde que murió la abuela de Isabel II, en 1953. Tiene un gran diamante central que en un principio formaba parte de un broche que le regaló el condado de Lincoln a la entonces princesa Mary para su boda con el príncipe Jorge, futuro Jorge V, abuelo de la actual reina. En 1932, Mary de Teck pidió al joyero real que convirtiera el broche.

El ramo, homenaje a Lady Di (EFE).

El ramo de la novia, otro foco con el que se especuló, sí fue un guiño a Lady Di por su fanatismo por las flores blancas. El propio Harry recolectó algunas de las flores «no me olvides» blancas para el bouquet que confeccionó la florista Philippa Craddock.

Finalmente, la transgresión en la capilla Saint George se cerró con la presencia del cantante Elton John, íntimo amigo de Lady Di, junto a su esposo. Diana de Gales no llegó a presenciar el casamiento entre estos hombres, pero su legado de respeto a las elecciones sexuales individuales hizo que la presencia de los dos sea todo un homenaje para la princesa más querida y transgresora de la historia.

Fuente: clarin.com