Con el Dakar a otra parte



Cuando hace unos años se trataba de justificar el multimillonario gasto que nos ocasionaba el rally Dakar, se argumentaba que aquella carrera nos ayudará a poner a Bolivia en el mapa mundial, en otras palabras, a mejorar la imagen del país y promover las maravillas turísticas. Para empezar, estamos esperando las avalanchas de visitantes, que lamentablemente se hacen de rogar, vaya saber por qué razones y en segundo lugar, los sudamericanos parecen estar dándose cuenta que corríamos el riesgo de terminar como Senegal, que no ganó nada con ser sede de la competencia automovilística por tres décadas. Tras la negativa de Chile de albergar el recorrido de las máquinas, Bolivia se ha sumado a los portazos y el Dakar busca otros escenarios y tal vez llegue el momento en que tenga que buscar nuevos rumbos, tan contradictorios como los de África o América Latina. El año pasado, varias etapas tuvieron que suspenderse en nuestro país debido a las manifestaciones de protesta en contra del Gobierno y tal como van las cosas, el ambiente podría encontrarnos con los motores desafinados para principios del 2019.

Fuente: eldia.com.bo