La inseguridad del trabajador minero

Mauricio Aira

Cinco  años de haber vivido en Siglo XX, a pocas cuadras de la bocamina principal me confieren autoridad para afirmar que una de las preocupaciones principales de las empresas (COMIBOL) 16 en total fue velar por la seguridad del trabajador. Las normas para el ingreso al interior fueron observadas con rigor y existió un sistema de seguridad que asumía la responsabilidad por el abordaje de la famosa ”jaula” un armazón de fierro (ascensor precario) que hacía descender al jornalero cientos de metros desde el nivel 650, hasta el escenario de la extracción del mineral.

No recuerdo entre 1959 y 1964 que se hubiesen producido accidente de trabajo de trabajo de la gravedad del que se ha procido hace pocas horas con el saldo de 6 fallecidos y 3 heridos graves. Accidentes siempre los hubo, aunque la seguridad de ayer y la de hoy acusa diferencia abismal.



Cuando se difundió en un Canal de TV de Suecia la historia de un minero ”para vencer el miedo a la oscuridad me tomaba un singani (aguardiente) y masticaba coca de principio al fin de la jornada, sin dejar el cigarrillo” monté en enojo por cuanto el relato era victorioso, un autoelogio del minero que añadía ”me la pasaba durmiento y mi ayudante tenía que despertarme. Más de una vez me quedé dormido hasta el siguiente turno”, recordar que las 24 horas se dividen en 3 turnos, de 8 cada uno. Imposible aceptar qiue ”con la empresa habría podido suceder algo similar, esto para marcar que el funcionamiento de las ”cooperativas mineras” es caótico, inseguro, sin garantía alguna.

Sin llamarnos a engaño, incluso sin esperar los detalles de este horrible suceso, podemos adelantar que las fallas de seguridad son tan frecuentes por cuanto no existe ”autoridad alguna” que regule, controle, lleve la cuenta del proceso de explotación. Las cooperativas son anárquicas en este sentido, su meta es ”producir a como dé lugar” dejando de lado los otros aspectos como la salud del trabajador, si está o no bebido, si conoce o no las reglas mínimas de seguridad laboral y si entre el equipo formado por la ”cuadrilla de interior” hay la preparación imprescindible, ”sine qua non” nadie puede ingresar al interior sin estos requisitos.

Ojalá que como consecuencia del accidente fatal en Siglo XX, tanto el organismo sindical, la responsabilidad de la Cooperativa, los Ministerio de Salud y de Minas intervengan en búsqueda de la verdad del suceso y evitar su repetición.