Ráquetbol, sinónimo de oro

Cuando Jazmine Sabja dejó escapar de las manos la primera presea dorada, hizo conjeturar que la armada boliviana que juega por el emblema de Argentina y Colombia iba a acopiar los cuatro metales preciosos que estaban en disputa; sin embargo, Conrrado Moscoso y Ronald Keller se encargaron de poner freno a esas pretensiones, apoderándose de un par de ellas, provocando el delirio de los aficionados que se apostaron en las butacas de la cancha 11 del centro deportivo de Sarco.

La jornada fue intensa y de disímiles emociones, de algarabía para bolivianos, incluida la pareja que juega por la Albiceleste, y de desconsuelo para los colombianos, adjunto el cochabambino Mario Mercado, que lució la elástica cafetalera en el torneo de ráquetbol de los Juegos Suramericanos.



La ansiedad y los nervios le jugaron una mala pasada a Sabja en la confrontación con la boliviana-argentina María José Vargas, porque no le permitieron desarrollar su juego y la transportaron a cometer grandes equivocaciones.

La superioridad de Vargas fue evidente, prueba clara de esa aseveración son los parciales (4-15, 6-15) con los que se adjudicó el encuentro y se confirió el metal precioso, sustentando la cosecha de Argentina en los Juegos, aunque esta vez obtenida por manos bolivianas.

Tras el traspié de Sabja, la esperanza del aficionado boliviano estaba puesta en Moscoso, y éste no falló, simplemente porque superó a su excompañero de dobles: Mario Mercado, en un lance electrizante, no apto para cardiacos.

Amparado en el Señor de Maica, de quien es devoto y a quien atribuye todos sus éxitos, el raquetbolista boliviano sacó a flote la contienda con una estrategia cimentada en la “precisión” y evitando cometer yerros lo menos posible. Es así que salió airoso de la primera batalla con un estrecho 15-10; no obstante, había que apuntalar la victoria en el segundo set.

Moscoso no pudo consumar la victoria en la segunda facción porque Mercado estuvo más certero a la hora de ejecutar lanzamientos mortíferos, que terminaron por liquidar al representante nacional, cediendo el set con un 11-15 y forzando a dirimir el pleito en una tercera cancha.

Sin más preámbulo, los contendores se enfrascaron en la batalla definitiva, mientras los nervios afloraron en la gente que presenciaba el espectáculo. Moscoso comenzó apabullando a su rival; sin embargo, su producción menguó peligrosamente cuando estaba a sólo dos puntos de consumar el triunfo, permitiendo que Mercado estreche la diferencia (9-6). No obstante, el aliento del público provocó que se reanime y, con dos letales lanzamientos, sentenció el partido (11-6) para obtener el anhelado oro para Bolivia, el primero de estos Juegos.

Mientras Moscoso continuaba festejando con los suyos y el público, las bolivianas Jenny Daza y Angélica Barrios ingresaron al ruedo en busca de la segunda medalla de oro para la Verde, frente a las boliviana-argentinas María José Vargas y Natalia Méndez. Las nacionales no lograron su objetivo porque perdieron con un doble 11-15.

SEGUNDA DE ORO

La segunda satisfacción para el ráquetbol nacional llegó al final de la apasionante jornada. Otra vez Moscoso, esta vez con la complicidad de Roland Keller, llevó a Bolivia a lo más alto del podio y a corear por segunda vez el Himno Nacional, generando un regocijo descomunal en los aficionados, ocasionado incluso que algunos emanen lágrimas por tan gratificante conquista.

La casi perfecta complementación entre Moscoso y Keller terminó fulminando las aspiraciones del binomio colombiano, integrado por Mario Mercado- Sebastián Franco.

Un concluyente 2-0 (15-11, 15-7) de los bolivianos ante los cafetaleros cerró con broche de “oro” la actuación del equipo masculino boliviano.

 

22 años tiene Moscoso el raquetbolista nacional es el mayor de una familia de tres hermanos.

 

OPINIONES

«¿Se han dado cuenta? las finales es entre bolivianos. Está demás decir que Bolivia es una potencia mundial». Conrrado Moscoso. Bolivia.

«Felicitar a Conrrado porque hizo historia. Trabajamos mucho para lograr esto. No tengo palabras para expresar lo que siento». Roland Keller. Bolivia.

Fuente: lostiempos.com