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Por más que amanezca hoy con cargo nuevo, nada detendrá la ola de especulaciones que desató la sorpresiva renuncia del presidente del Senado, José Alberto «Gringo» Gonzales Samaniego. Lo primero que hicieron en el Gobierno tras conocerse la noticia fue aclarar que ellos ya conocían de antemano sobre la decisión, algo que no cuajó en la opinión pública, pues todos saben que para un régimen como éste no existe nada más ofensivo que le arrebaten la primicia y que le quiten el protagonismo. La reacción de Gonzales, quien afirmó que motivos familiares lo obligan a dejar un cargo tan importante y encima de eso, su curul en el Senado, que no es poca cosa, puede haber caído como un balde de agua fría entre los integrantes del Gobierno que, tal como lo dijo el presidente hace unos días cuando mencionó convulsiones y todo eso, se están preparando para tiempos difíciles. Es en estos momentos en los que algunos suelen pensar en la familia… los que la tienen.

Fuente: eldia.com.bo