Anuario 2018: Los indicadores de una economía frágil


Uno de los factores que incidió para el déficit comercial de Bolivia, sobre todo en 2016 y 2017, fue la caída del precio internacional del petróleo.

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La Paz, 18 de diciembre (ANF).- Los indicadores macroeconómicos oficiales del país difundidos por el Gobierno muestran en esta gestión un crecimiento y recuperación de la economía respecto a 2017, a excepción de las cifras de endeudamiento y déficit fiscal. Sin embargo estos datos no son compartidos por los empresarios y otros sectores de la población.



Para el analista económico, José Luis Evia, “en términos generales, el crecimiento se ha reactivado en el país en los últimos meses”, pese a que algunos sectores de la economía no hayan tenido un aumento importante.

Evia atribuye la reactivación del crecimiento de la economía en gran parte a la inversión privada, que va por el lado del gasto, así como a la recuperación de la agricultura no tradicional.

Varios son los indicadores económicos que se mostraron favorables en esta gestión. Los productos de la canasta básica familiar hasta octubre registraron una inflación acumulada de 0,9 por ciento, hasta el momento uno de los más bajos de los últimos siete años, y para el cierre de la gestión se estima que llegue a un 1 por ciento.

La balanza comercial –diferencia entre exportación e importación- pese a ser negativa hasta septiembre en 148 millones de dólares, refleja una manifiesta reducción en comparación a las gestiones 2016 y 2017 cuando el déficit comercial sobrepasó los 1.200 millones de dólares.

Uno de los factores que incidió para el déficit comercial, sobre todo en 2016 y 2017, fue la caída del precio internacional del petróleo, situación que afectó el valor de las exportaciones de gas a Brasil y Argentina, principalmente.

El producto interno bruto (PIB) del país también muestra una leve recuperación respecto a la gestión 2017. Al primer semestre del año el crecimiento de la economía fue de un 4,44 por ciento, superior a 2016 y 2017, pero aún lejos del 6,8 por ciento registrado en 2013.

Pero este crecimiento global de la economía no va acompañado por un crecimiento similar de los rubros productivos y las regiones y es criticado principalmente por los empresarios privados.

Según los datos de los empresarios, en base al Instituto Nacional de Estadística (INE), siete de 12 rubros económicos no superaron el 4,5 por ciento de crecimiento de enero a junio de la presente gestión y seis regiones presentan el mismo comportamiento; sin embargo, por decreto, por haber crecido el PIB interanual por encima del 4,5%, los empresarios están conminados a pagar el segundo aguinaldo a los trabajadores.

Por su parte, el gobierno destacó el crecimiento económico del país por cuarto año consecutivo, ubicándolo en el primer lugar en el continente, frente a otras economías con crecimientos relativamente menores y hasta con decrecimiento catastrófico como Venezuela. El gobierno resaltó el crecimiento económico y sostenido del país, pese al ambiente internacional adverso de los últimos años. 

Entre los varios indicadores, Evia observa el crecimiento del déficit fiscal, que para esta gestión va estar alrededor del 6 ó 7 por ciento.

“Es un déficit considerable y ya va por cuarto año consecutivo, ciertamente también un déficit en cuenta corriente, en balanza de pagos, son los aspectos más preocupantes, y todo esto se refleja en otros indicadores como la caída en las reservas internacionales”, explicó.

Las reservas internacionales netas del país sufrieron una caída continua desde la gestión 2014 cuando marcó 15.123 millones de dólares, el mayor monto registrado. Desde entonces, las reservas han caído hasta 8.678 millones de dólares a septiembre de esta gestión, una reducción de más del 57 por ciento.

En la primera semana de diciembre, las reservas internacionales sumaron 8.572 millones de dólares. El decrecimiento continúa.

El Banco Central de Bolivia (BCB), ente emisor, explicó que la disminución de las reservas se debe a la salida de transferencias al exterior asociadas a importaciones privadas; las importaciones del sector público, que se mantienen dinámicas debido a la fuerte inversión en este sector; y, por la depreciación de algunas monedas de reserva diferentes al dólar.

En cuanto a la deuda externa, en esta gestión siguió aumentando por la suscripción de nuevos contratos y por desembolsos de acuerdos ya establecidos. En el primer semestre la deuda subió en 285 millones de dólares.

De 2010 al primer semestre de 2018, la deuda externa del país se multiplicó por 3,3; es decir, pasó de 2.891 millones a 9.713 millones de dólares.

Para la próxima gestión lo más importante será ver qué sucede con las exportaciones de gas y el precio internacional del petróleo que en los últimos días registró una tendencia a la baja y que posiblemente siga hasta fin de año.

También serán importantes los tratos con Brasil por la renegociación del contrato de exportación de gas, que concluye en 2019, así como los envíos del carburante a Argentina, que ya advirtió con reducir la compra de volúmenes del energético por la explotación de uno de sus más grandes campos hidrocarburíferos como es el de Vaca Muerta.

El ministro de Economía y Finanzas, Mario Guillén, aseguró que el crecimiento de Bolivia continuará sin problemas. Para el 2019 proyecta un crecimiento del PIB de 4,7%. Estima cerrar la gestión 2018 con un PIB de 40.821 millones de dólares y para 2019 la proyección es subir hasta 44.900 millones.