¿Cuántos Pedro Montenegro hay entre nosotros?

Pepe PomacusiHablemos del culto al dinero en la sociedad actual.Del afán de mostrar lo que no tenemos o aparentar lo que no somos, de nuestra creciente y cada vez más incontrolable dependencia de los likes. Hablemos del like a toda costa.Pensemos en lo que está haciendo en nuestras vidas, en las de nuestros amigos, hijos, padres, hermanos o conocidos, la seducción del progreso sin esfuerzo. Hablemos de eso, de la seducción del tener sin importar cómo.Por el culto al dinero.A conseguirlo fácil y al margen de la leyA buscar rodearse de gente con dineroEl culto al dinero … sin hacerse preguntasEl culto al dinero … volviéndose cómplices¿A cuántos “prósperos” vemos, admiramos, aplaudimos y los contemplamos complacientes en pedestales que no sabemos cómo los construyeron?¿Nos interesa saber si los pedestales en los que están subidos esos “prósperos” fueron construidos con esfuerzos genuinos, legalidad y honestidad? ¿O solo nos interesa que estén subidos en pedestales por si desde ellos derraman sobre nosotros su generosidad convertida en regalos para los cursos de colegio de nuestros hijos, en fiestas para nuestros grupos, en viajes para los amigos, en departamentos, casas, autos o lujos que mejoran, estilizan y elevan nuestras vidas?¿Cuántas jovencitas tienen estilos de vida y lujos que no se corresponden con sus ingresos? ¿Cuántos muchachos y no tan muchachos viven arrimados a amigos con dinero que les costean estilos de vida que ellos mismos no podrían pagarse?¿Cómo pagan esas chicas el estilo de vida y los lujos que les regalan sus “amigos” “ricos”? ¿Y los muchachos, cómo pagan el estilo de vida y los lujos que les hacen posibles sus generosos “amigos” “prósperos”?¿Cómo hacemos para que nuestros hijos, hermanos, amigos no conviertan en una aspiración central de sus existencias la posibilidad de ganarse la vida fácilmente y hasta al margen de la ley? ¿Cómo hacemos para que no sean alguien como hoy nos cuentan que es Pedro Montenegro ?¿Cómo hacemos para que nuestras hijas, hermanas, amigas no queden obnubiladas por el brillo del dinero y no estén dispuestas a cualquier cosa a cambio de poder rociar sus vidas con ese dinero que les permite vidas de divas, exposición de viajes, prendas, joyas y lujos en redes sociales … y cosechas profusas de likes?¿Y cómo hacemos para que nuestros padres, hijos y hermanos, no anden en busca de “amigos” con dinero y en su afán de ganarse la bendición de ellos estén dispuestos a hacerse los de la vista gorda o a volverse cómplices de andanzas de esos “prósperos” de dudosa procedencia?El caso Pedro Montenegro está en la mira de todos hoy … la pregunta es ¿cuántos Pedros Montenegros más hay entre nosotros?¿Existen, los conocemos y nos hacemos los distraídos con sus métodos de amasar riquezas? ¿O, peor, nos convertimos en sus cómplices con tal de poder sumarnos a las nutridas filas de los que quieren aparentar lo que no son, mostrar lo que no tienen, pantallear en redes sociales y multiplicar likes?Y ojo, hasta que no se demuestre lo contrario, Pedro Montenegro Paz es inocente … esta reflexión no trata de él como persona, sino de lo que hoy ese nombre representa para todos en la sociedad actual.¿Quién más de los que lee esto es hoy un Pedro Montenegro? ¿Quién más de los que lee esto, hombre o mujer, tiene un amigo de esas características que lo adula y lo premia con estilos de vida y lujos que serían imposibles sin ese “amigo”? ¿Quién se está haciendo el de la vista gorda con su amigo dadivoso o quién se está convirtiendo en su cómplice y poniendo en riesgo su futuro?Ojo, no se trata de armar listas, se trata de que cada quien piense, se trata de reflexionar para cuidarnos como individuos, como familias, como colegios, como comparsas, como fraternidades, como grupos de amigos, como grupos de promoción … como sociedad.No se trata de apuntarle a nadie, se trata de abrazarnos, de mirarnos, de sincerarnos, de cuidarnos.Se trata de no rendirle un culto ciego al dinero y de saber que el buen dinero no llega fácil ni rápido ni por regalo ni por afuera de la ley. Se trata de no obsesionarnos con que los demás crean que somos más ricos, famosos y fabulosos de lo que en realidad somos. Se trata de no volvernos locos por pantallear realidades inconsistentes o inexistentes en redes sociales … se trata de saber que ni la vida, ni la autoestima ni el éxito ni la felicidad se miden en likes.Se trata de procurar prósperar con méritos y esfuerzo, con legalidad, honestidad, buena conciencia y tranquilidad. Nunca de otra forma.Se trata de no rifar nuestras vidas.Se tenía que decir y se dijo …Fuente: Pepe Pomacusi