El hombre más buscado de Bolivia desde hace dos semanas hizo amistad con tres exjefes policiales y sus amigos más cercanos tienen antecedentes por delitos relacionados con tráfico de sustancias controladas.
El escándalo que destaparon los vínculos de Pedro Montenegro con policías se asemeja a una novela colombiana de narcotraficantes. Una reina de belleza y al menos tres exjefes de la institución del orden están vinculados con el hombre que tenía una vida de lujo en la ciudad de Santa Cruz hasta hace pocas semanas.Gonzalo Medina Sánchez, Fernando Moreira Morón y Kurt Brun Ríos son parte del entorno más cercano del narcotraficante. El exdirector de la fuerza anticrimen cruceña, el exjefe de la División Propiedades de esa unidad y el exjefe de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), respectivamente, recibieron detención preventiva.Otros tres policías, un coronel, un teniente y una sargento, que trabajaban en la FELCC de Santa Cruz, fueron implicados en la investigación por el ministro de Gobierno, Carlos Romero, por tener estrecha relación con Medina.El fin de semana la modelo y reina de belleza Adriana Méndez fue detenida. Ella apareció en unas fotografías junto a Montenegro en Colombia. En esas imágenes también aparece la esposa del excapitán Moreira, Esther Guiguita Arteaga, una mujer que tiene antecedentes por narcotráfrico desde 2014.
Fuentes policiales la vinculan con David Paz Tufiño, su expareja, quien estuvo encarcelado junto con ella por tráfico de droga y por el homicidio de dos mujeres en Santa Cruz.Él, a su vez, está ligado al exteniente de la Policía Julio René Navia, quien fue detenido y enviado a la cárcel luego de ser identificado como el cabecilla de un clan de narcotraficantes.Pero en esta historia una pieza clave es Robin Justiniano Merubia, hijastro del excoronel Medina. De profesión abogado, el procesado tiene antecedentes por narcotráfico y luego se dedicó a defender en el ámbito legal a extranjeros acusados por tráfico de droga.Justiniano era muy cercano a Montenegro y fue él el nexo directo para que su padrastro, Medina, conozca y ambos entablen una amistad, al extremo de darle una condecoración.Página Siete / Daniela Romero / La Paz