Apagar el fuego con agua podría haber ocasionado el desplome completo del emblemático edificio parisino.
Javier Ribera Blanco, catedrático de Historia y Restauración Arquitectónica y subdirector del Instituto de Patrimonio Cultural de España explicó al diario El País por qué el agua provocaría una catástrofe mayor que el fuego: al verter este líquido sobre la piedra, esta absorvería la humedad y el conjunto se haría más pesado. Eso facilitaría la caída total del templo.
El historiador se basa en la experiencia del incendio de una catedral que tuvo lugar hace 50 años en el noroeste de España. “El cantero (de la Catedral de León) dio la voz de alarma, se evitó mojar la piedra y la catedral se salvó”. Por ello, asegura que es preferible dejar arder la madera y la pizarra.La catedral parisina, según recuerda Ribera Blanco, la restauró en 1930 el arquitecto francés Eugène Viollet-le-Duc. En esta restauración, se recostruyeron las techumbres y la aguja central con un recubrimiento de pizarra que imitaba el antiguo tejado. Este lunes está ardiendo incluso la cúpula “donde se podía ver un conjunto escultórico de los 12 apóstoles subiendo hacia el cielo y donde el mismo restaurador se incluyó” – indicó el catedrático según el diario español.De acuerdo con los conocimientos del historiador, las vidrieras también podrían desaparecer a causa del fuego. “El fuego derretirá el plomo que las une y estallarán si las llamas no son controladas a tiempo”. Sin embargo, el especialista cree que si el coro arde, habrá una gran pérdida ya que tiene “numerosas esculturas y retablos renacentistas de gran valor”.La catedral, de un valor “incalculable” -según el propio Ribera Blanco- “es la identidad de los franceses […] y una fuente de recursos económicos fantástica dado que es el gran modelo del gótico francés”.Laopinion.com