Citas y notas del periodo plurinacional (I)

Ovidio Roca

Metarelatos  dedicados a un lector foráneo que quiera conocer la difícil vida de un pueblo bajo el populismo cocalero; son retazos de nuestra historia que nos muestran de dónde venimos, como vamos, con quien andamos y avizorar hacia dónde nos encaminamos.

En la URSS con la inviable receta económica y política del comunismo, sus purgas y hambrunas, se asesinaron más de 80 millones de personas y se destruyó la economía de ese inmenso Imperio, el que rápidamente se derrumbó y disgregó. A la caída de la Unión Soviética los “cuadros” comunistas latinoamericanos buscaron nuevas formas de acceder al poder e inventaron el llamado Socialismo del Siglo XXI,  el que usando demagógicamente la democracia y las elecciones truchas, tomó el control de la vida y hacienda de sus pueblos usando para ello un discurso populista y aplicando un Capitalismo de Estado Salvaje, con lo que se llevó a la miseria y la opresión a los pueblos, especialmente de Cuba, Venezuela, Nicaragua  y se lo está logrando en Bolivia.



Como estos líderes populistas saben que la ilusión se acaba cuando las tripas suenan; para protegerse controlan y digitan las fuerzas armadas y la policía y para mayor seguridad organizan y arman sus Movimientos Sociales y Colectivos ciudadanos, y especialmente un Equipo muy sofisticado de inteligencia y contrainteligencia made in cuba, que es una simbiosis de la KGB rusa con creatividad caribeña, el G2pro.

Cuando ya están asentados en el poder, la institucionalidad y las leyes republicanas no tienen vigencia, salvo aquellas que les conviene. El respeto a los derechos políticos de los opositores son puras charlas. Ellos son prácticos y le meten nomas; te espían, te corrompen, te meten preso y te destruyen a ti, a tu familia y amigos, pues para estos dictadores populistas la institucionalidad y la ley funciona al ritmo de sus intereses y apetitos.

Los populistas no saben producir, pero saben robar y gastar: además de haber vendido el gas, anteriormente descubierto, a precios excepcionales se gastaron todas las reservas y luego se endeudaron como nunca y pronto le brincarán a los Fondos de Pensiones y jubilaciones, con lo que liquidaran a los de la tercera edad, como se les dice elegantemente a los viejos. Lo más destacado de su Gestión de Gobierno, al margen del apoyo militante a los cultivos de coca y su cadena productiva del narcotráfico, es haber gastado los recursos del pueblo a manos llenas, destruido la institucionalidad en el país y asentado la cultura de la informalidad, la corrupción y el bloqueo.

En cuanto a las instituciones; la Policía es sindicada de trabajar mayormente con los narcotraficantes y a solicitud del Jefe aporrear a los opositores. Los jueces y fiscales, buscan delitos en los opositores y los inventan para quedar bien con el gobierno y de paso enriquecerse extorsionando al ciudadano que no goza del aval del régimen.

Pululan cientos de miles de empleados públicos que fingen trabajar, pero que no fingen cobrar, sino que cobran y proliferan las empresas improductivas que existen gracias al subsidio del Estado.

Los empresarios para sobrevivir se asocian con los dueños del Gobierno, mientras que la población ante la inviabilidad de trabajar en una economía formal y productiva, rápidamente ingresa a la economía de la coca, a su industrialización y al narcotráfico. Un amplio sector se dedica al lavado de los dólares por lo que cientos de miles de comerciantes surcan las fronteras, luego hormiguean por las calles y mercados abarrotados de artículos y alimentos de contrabando; una actividad que liquida la producción nacional.

La cultura populista cocalera distorsiona totalmente los valores de la sociedad. Una última encuesta de opinión muestra que para la percepción ciudadana, la corrupción y la delincuencia son los problemas principales; pero irónicamente no así, “el narcotráfico y la calidad de la justicia” que la fomentan. De esta manera, los ciudadanos bolivianos coexistiendo en una sociedad con instituciones destruidas y corrompidas, de autoridades venales que solo se mueven por el interés político y las coimas, terminan por no creer en nada y en nadie: huyen de los funcionarios públicos, de los jueces y fiscales y de todo tipo de autoridad y se hunden en la anomia.

El populismo termina destrozando los países, y cuando eventualmente dejan el poder para tomarse unas vacaciones en Miami, los gobiernos sucesivos no se animan a tomar las duras medidas necesarias para corregir el desastre, o lo hacen a medias, por lo que la situación económica se complica y la gente olvidándose del origen del problema, argumenta que antes estábamos mejor y quieren retornar al gobierno populista. Nuestros vecinos claman: ¡Volvé Kristina, volvé te queremos!.

Sabemos y lo podemos ver a nuestro alrededor, que el Populismo y el Capitalismo de Estado han fracasado en todas partes, en Cuba, Venezuela, etc. Hay una única salida y es un cambio hacia una propuesta liberal, la Democracia y la Economía de Mercado capitalista, que condice con la libertad política y económica y que triunfó en los países donde se la aplicó.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com