Paraíso perdido



Si alguien estaba pensando sacarle rédito político al drama de los tres mineros bolivianos atrapados en un socavón, como ocurrió con los 33 obreros en 2010, puede ir desarmando las tarimas; aunque nunca se sabe, sobre todo, después de aquella vez que se declaró héroes de la nación a un grupo de contrabandistas. En este caso no son ni militares ni “chuteros”, sino tres dignos y sufridos compatriotas que quedaron atrapados en un hueco, dos de los cuales perdieron la vida. Se trata de Salomón y Denny Veizaga, cuya vida estuvo marcada por la migración, por la constante búsqueda de la supervivencia y también por la fatalidad. Padre e hijo provienen de una familia de agricultores de San Pedro, al norte de Santa Cruz, habitada por personas expulsadas del occidente del país que llegaron al oriente en busca de mejores días. Los familiares de los Veizaga dijeron que la situación se les puso difícil, sin trabajo ni oportunidades y ambos varones se fueron a Chile en busca de trabajo, como lo han hecho miles de bolivianos en plena revolución productiva, que todos los días nos trata de convencer que el país se ha vuelto poco menos que un paraíso.

Fuente: eldia.com.bo