Hay 70.000 cabezas de ganado en riesgo por el desastre en la Chiquitanía boliviana

Ante la emergencia, equipos técnicos de Fegasacruz, la CAO y el estatal Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) ayudan con forraje, agua y servicio técnico a los pequeños y medianos ganaderos de esa región de Santa Cruz.

Santa Cruz. Personal del Senasag ayuda a ganaderos en Puerto Suárez.
Santa Cruz. Personal del Senasag ayuda a ganaderos en Puerto Suárez. Foto: La Razón
  

Unas 70.000 cabezas de ganado en Concepción, San Matías y San Ignacio de Velasco sufren por los incendios en la Chiquitanía. Al haberse perdido pastizales, los bóvidos no tienen qué comer y tampoco agua. Se espera un relevamiento final de los daños.

El incendio que ya arrasó 2,1 millones de hectáreas (h) en Santa Cruz devoró también un poco más de un millón de h de pastura con la que se alimentaba el ganado. “Casi el 55% de las dos millones de hectáreas quemadas eran pastizales, por eso entre 70.000 y 80.000 cabezas de ganado están siendo afectadas”, precisa Javier Landívar, gerente general de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz).



Si bien ese volumen de ganado significa menos del 2% del hato ganadero cruceño, que alcanza las 3,9 millones de cabezas, Landívar confirma que ese sector pecuario es el más golpeado por las quemas en el oriente del país.

“Los ganaderos somos los más afectados con el incendio de los pastizales, porque nosotros no quemamos pastura. Tenemos pequeños y medianos ganaderos que son los más perjudicados. En este momento necesitamos forraje, sal y también agua”, explica el gerente desde Santa Cruz.

Óscar Mario Justiniano, vicepresidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), que agrupa al agro y al sector pecuario, corrobora que los incendios azotan a los ganaderos. “Hasta el 25 de agosto, unas 60.000 cabezas de ganado, que en muchos casos se salvaron de no quemarse, estaban sufriendo por la falta de alimento”. Los municipios de Concepción, San Matías y San Ignacio de Velasco son tres de las 11 regiones que están siendo afectadas por los incendios desde agosto.

Justiniano apunta que la sequía es el otro factor en contra de este sector. “En algunas zonas no llueve desde abril y en otros desde junio. Si sumamos la falta de pastizal que se quemó, la ganadería tendrá un gran perjuicio”, puntualiza el empresario cruceño. En otras circunstancias, los ganaderos mueven a los animales a otras zonas con pastizales, pero ahora no es lo mismo, porque las regiones con pastura han sido reducidas.

Landívar y Justiniano aseguran que afortunadamente solo algunas cabezas de ganado murieron, pero que se debe realizar un relevamiento final de las pérdidas una vez que sean apagados todos los incendios.

Ante la emergencia, equipos técnicos de Fegasacruz, la CAO y el estatal Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) ayudan con forraje, agua y servicio técnico a los pequeños y medianos ganaderos de esa región.

“A los ganaderos se los está apoyando técnicamente y también se les envío forraje, sal y agua, pero no es permanente”, dice Justiniano, vicepresidente de la CAO.

Landívar, gerente general de Fegasacruz, informa que esa entidad privada llevó también forraje, sal con proteínas y apoyo veterinario. Técnicos del Senasag apoyaron incluso a ganaderos en el municipio de Puerto Suárez.

Para mitigar la falta de agua, el Gobierno dispuso el 3 de septiembre que la Corporación de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional (Cofadena), a través de su Unidad de Explotación de Recursos Hídricos, movilice a la Chiquitanía cuatro equipos de perforación de pozos, para garantizar la obtención de agua para las comunidades. Los equipos mecanizados llegaron la pasada semana a la zona de los incendios.

Según informes de Cofadena, se requieren de 30 a 40 días de trabajo para la perforación de un pozo, debido a que en esa parte del país el suelo es rocoso.

La Razón  / Jorge Quispe / La Paz