Encuesta: rechazo a la gestión de Piñera llega al 82% y la aprobación, al 6%

Los números de la encuesta CEP de hoy fueron demoledores, tanto para el Gobierno como para el presidente. Entre los analistas hay distintas opiniones, pero todos concluyen que Piñera debiera intentar separar a su persona de la gestión de Gobierno y empoderar a sus cercamos y a su sector. Todavía le quedan dos años de gestión.

El presidente Sebastián Piñera. Foto: Mario Tellez/La Tercera
 Los números conocidos esta mañana fueron demoledores y abren todo un abanico de dudas respecto de cómo el gobierno podrá navegar durante los dos años que le restan. La encuesta CEP tomada entre el 28 de noviembre de 2019 y el 6 de enero -en plena crisis- mostró que la aprobación a como el Presidente Sebastián Piñera está conduciendo su gobierno llegó a un histórico 6%, mientras su rechazo ascendió al 82%.Las cifras muestran una brutal caída de 21 puntos, en el caso de la evaluación positiva, y un alza de 32 puntos en el caso de la negativa respecto del último sondeo realizado por ese think tank en mayo de este año.Algo que corre en paralelo a la ponderación específica que hacen los encuestados respecto de cómo el gobierno ha manejado la crisis desatada a partir del 18 de octubre. Ahí, un 81% respondió que el “gobierno de Sebastián Piñera” lo ha hecho “mal y muy mal”, seguido del Congreso (80%), la oposición (72%), los tribunales de Justicia (70%), Carabineros (67%), los militares (61%) y los alcaldes (50%).Las cifras, además, son implacables en cuanto a la valoración del mandatario como personaje político. Esta vez, cayó al fondo del ranking, obteniendo sólo un 7% de evaluación positiva, un punto por sobre la timonel UDI Jacqueline van Rysselberghe, cuyo respaldo llega al 6%. Eso sí, Piñera es quien concentra la más alta evaluación negativa, la que llega al 76%.El cuadro global muestra una rotunda caída en la valoración de gran parte de los políticos. Dirigentes tan disímiles como la ministra de Educación, Marcela Cubillos (-28 puntos); el diputado de Revolución Democrática Giorgio Jackson (-17 puntos), el senador PPD Ricardo Lagos Weber (-11 puntos) y una lista 13 personajes más sufrieron bajas de más de 10 puntos. Allí, nuevamente Piñera estuvo en el tope del ranking: fue el segundo político cuya evaluación más cayó, con 22 puntos menos que en la medición de mayo.En tanto, su comité político pareciera gozar de mejor salud en este punto, aunque no superan el 20% de aprobación y su rechazo es también mayoritario. Según muestran los resultados del sondeo, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, tiene un 18% de evaluación positiva y un 53% de desaprobación; mientras la vocera Karla Rubilar obtiene un 17% de apoyo y un 56% de rechazo.

¿Cómo se viene?

Entre los analistas hay distintas opiniones. Pero todos concluyen -matices de más y de menos- que debiera intentar separar a su persona de la gestión del gobierno, y que debiera empoderar a sus cercanos y a su sector para llevar adelante tanto los procesos electorales como la agenda social que viene. Sobre todo en un año marcado por procesos electorales relevantes, como el plebiscito, la elección de alcaldes y gobernadores regionales, y la de convencionales constituyentes.“Evidentemente, gente que apoyó a Piñera ya no está con él. Lo que sucede con esto es que se personalizó a tal punto el gobierno, que ya no es posible separar la figura del Presidente de la del gobierno. Siempre este gobierno se ha encargado de presidencializar, llevar todo a la figura del Presidente. El Presidente se evalúa mal y eso arrastra al gobierno”, dice Aldo Casinelli, director ejecutivo de DataCamp.“Hay dos extremos. Uno sería decir que con este apoyo no se puede hacer mucho. Por lo tanto dejo al sistema político el espacio para que los partidos hagan los acuerdos y saquen adelante una agenda. Dejo a la coalición que dé una continuidad, dándole espacio para gobernar y desarrollar sus ideas. El otro extremo sería tratar de retomar la agenda con temas súper puntuales, pero que tengan alto impacto en opinión pública y permita a la vez renovar la agenda y lograr apoyo. Ejemplo de esto es lo de ayer de reforma previsional”, agrega.El decano de la facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, parte destacando el deterioro de todos los actores políticos. “Pero esto evidentemente afecta más a los gobiernos porque se les atribuye el rol de solución de conflictos y canalización de demandas”, subraya.¿Qué tiene que hacer Piñera? “Claramente el tema es dar señales inequívocas de garantizar que los procesos que vienen a continuación se lleven a cabo de la manera más normal y ordenada posible, si podemos usar esos términos”, responde. Guzmán afirma que “si tenemos un Presidente más prescindente de la coyuntura, probablemente eso tienda a aumentar su popularidad. Por el otro lado tiene que tener un rol importante en términos de aquellas cosas que sí importan a los chilenos en general, la agenda social. Hasta el momento la política cree que lo único que le importa a la gente es eso (la política), cuando la gente es igualmente interesada en lo social. La gente quiere que hablen de ellos, no de las cosas en las que no están involucrados”.El analista Carlos Correa plantea algo parecido. “Su jugada tiene que ser menos palabras y especulaciones y más acciones concretas respecto de modificaciones legales y planes”, empieza. “Por lo pronto, debería ingresar cuanto antes las indicaciones anunciadas ayer (al proyecto de pensiones) y de una vez por todas, ingresar las medidas antiabusos que anunció. En la medida que se aboque más a las acciones concretas y menos a los discursos, podrá sostener el buque”, sostiene.Axel Callis, director del área electoral de Chile 21, va un paso más allá y afirma que Piñera debiera “renunciar. En cualquier régimen político, cae el jefe de gobierno. Se entiende que con un 6% no puede tener ni la legitimidad de representación de chilenos y chilenas, ni tampoco puede llevar a cabo la agenda legislativa porque no va a tener respaldo dentro del Parlamento para las iniciativas. Es decir, se produce un vacío de poder”.“Lo que tendría que hacer Piñera -si no quiere renunciar- es transferir al parlamento las capacidades de negociación política. Pero no seguir apareciendo en la televisión porque eso enerva más a la opinión pública. Tiene que despersonalizar el Gobierno, como lo que sucedió con el acuerdo (del 15 de noviembre)”, dice. Ve también un riesgo de contagio a su propio sector político que podría ser riesgoso en 2020. “Este es un año electoral y lo que está haciendo Piñera de una u otra forma es arrastrar al sector de la mala aprobación. Las tres personas peor evaluadas son Piñera, Cubillos y Van Rysselberghe”.Fuente: La Tercera