Cláusula de confidencialidad impide la fiscalización del Centro de Energía Nuclear

  • El director de ABEN, Alfredo Jordán. | aben.gob.bo

La Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN) determinó paralizar la construcción del Centro de Investigación Nuclear. La obra era ejecutada por empresas rusas, cuyos contratos tienen cláusulas de “confidenciales” y su modalidad de llave en mano han impedido determinar los precios de cada uno de sus componentes, informó el director de la institución, Juan Alfredo Jordán Romero.

La información que se difundió en la página web de ABEN señala también que la obra tiene un costo de 351 millones de dólares y era construida por la Corporación Estatal Nuclear Rosatom de la Federación Rusa.

“Lo único que sabemos es que el Reactor Nuclear, el Centro Multipropósito de Irradiación y el Centro Ciclotrón le cuestan al Tesoro General de la Nación 351 millones de dólares, inversión sobre la cual no hay fiscalización, sino sólo seguimiento de acuerdo al contrato”, dijo Jordán.



Ante estas irregularidades, la ABEN ha dispuesto el inicio de varias auditorías que permitirán conocer si este centro nuclear cuenta con estudios de prefactibilidad y otros requisitos establecidos en la norma boliviana.

Las copias de los contratos han sido puestas en conocimiento de la Procuraduría General del Estado, para que sea dicho ente de defensa del Estado el que se pronuncie sobre la legalidad de esos contratos.

Respecto a los contratos confidenciales, el presidente de la Sociedad Boliviana de Energía Nuclear (Soboen), Manolo Trujillo, indicó que fueron hechos de esa forma para evitar la difusión de temas que el Gobierno quería evitar difundir entre la población.

Ahora, con las auditorías espera que toda la información salga a la luz.

El director de la ABEN explicó que también hubo una falta total de seguimiento por parte de las empresas responsables de su seguimiento.

El funcionario detalló que el reinicio de las obras dependerá de la Asamblea Legislativa Plurinacional y de la Procuraduría General del Estado. “Instancias que deberán tomar conocimiento de la documentación que les hemos enviado”, sostuvo Jordán.

La construcción y equipamiento del Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología Nuclear, ubicado en El Alto, es considerada un proyecto estratégico, por lo que los contratos debieron ser remitidos a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) para su tratamiento y aprobación, pero no fue así, y fue el expresidente Evo Morales quien autorizó el uso de estos productos.

Por estas razones es que se ha instruido la paralización de la construcción del Centro de Investigación y Tecnología Nuclear.

La construcción de la Red de Centros de Medicina Nuclear también fue paralizada. Las obras de 165 millones de dólares eran construidas por la empresa argentina Imvap.

Irregularidades

Trujillo informó que hay más irregularidades, como la disolución del Instituto Boliviano de Ciencia y Tecnología Nuclear (Ibten) para crear otro organismo de regulación y evitar la fiscalización a los sobreprecios que tienen estas obras.

Pero, a pesar de estas irregularidades y contratiempos, recomendó al Gobierno nacional continuar con los proyectos nucleares que son de gran importancia para el desarrollo del país.

Aseguró además que la auditoría iniciada por el Gobierno fue gracias a las gestiones y solicitudes que realizó Soboen en diferentes ministerios.

LOS CENTROS SERÁN CONCLUIDOS ESTE AÑO

A pesar de los problemas presentados, se espera que la red de centros de medicina nuclear se inaugure en unos tres meses.

La construcción de los centros comenzó en junio de 2018, con un presupuesto de 155 millones de dólares, que comprende un centro en El Alto (Parcopata), La Paz (Achumani) y un tercero en la ciudad de Santa Cruz. Se desconoce el valor unitario de cada equipo.

En la construcción de estos centros de medicina nuclear, se ha detectado irregularidades en su ejecución y una falta de seguimiento por parte de las empresas responsables de su fiscalización.

Éstos serán de gran ayuda para la detección precoz del cáncer y su correspondiente tratamiento.

Fuente: Los Tiempos