México: «Mitad de la población vive al día, no puede quedarse una semana sin trabajar»

El escritor y periodista mexicano Jorge Zepeda Patterson tenía previsto presentar en Alemania su novela «Los corruptores»; quedó confinado en el sur de Francia por las medidas restrictivas para contener el coronavirus.

Jorge Zepeda Patterson obtuvo en 2014 el Premio Planeta por su novela «Milena o el fémur más bello del mundo».

El Gobierno mexicano anunció este martes (24.03.2020) formalmente el inicio de la fase dos de la pandemia de coronavirus, debido al aumento de los contagios locales. Las medidas de la nueva fase incluyen mantener la distancia entre personas, proteger a ancianos y enfermos crónicos y la suspensión de clases durante un mes.  En la nueva fase participarán las secretarías de Marina y de Defensa, con un programa de apoyo logístico que incluye instalaciones hospitalarias y el despliegue de más de 20.400 personas, entre militares y personal médico.



El periodista, escritor y analista político Jorge Zepeda Patterson asegura que México no puede adoptar medidas severas de confinamiento que acabarían matando a la población de hambre. Se teme que a medida que el virus se propaga en América Latina, será la desigualdad social y económica la que discriminará entre quienes enferman y mueren y quienes no. Zepeda Patterson tenía previsto hacer una gira en Alemania para presentar su novela «Los corruptores», pero quedó confinado en el sur de Francia bajo las medidas restrictivas impuestas por el Gobierno francés.

DW: Se encuentra usted en Arles, en la célebre Costa Azul. ¿Cómo se vive la situación por la crisis del Coronavirus?

Jorge Zepeda Patterson: Se vive como en el resto de Europa, solo que ésta es una ciudad pequeña. Los franceses, como muchos otros europeos, son hijos de la guerra. La población en general se disciplina y responde a una situación que es poco menos que un Estado de Sitio, en el sentido de que la población ha sido llamada a ser confinada y como ciudadano se requiere de un permiso para circular por la calle. Cada vez que uno sale debe uno llevar un documento que explique adónde va uno y el motivo de la salida. Son medidas muy drásticas que creíamos erradicadas de la vida moderna y de repente nos hacen pensar en un mundo que habíamos dejado atrás.

Controles policiales en la frontera entre el estado federado del Sarre, Alemania y Francia. Controles policiales en la frontera entre el estado federado del Sarre, Alemania y Francia.

Quería usted llegar a Alemania para presentar su libro «Los corruptores», pero entre tanto le tomó por sorpresa el cierre de fronteras el domingo pasado. ¿Son las medidas impuestas por Macron adecuadas? 

Los franceses, al igual que buena parte de los europeos, vienen de un pasado muy trágico, lo que los hace ser pueblos muy disciplinados. Pero además sus autoridades y sus instituciones tienen credibilidad. Macron hizo este llamado al país, y dijo que Francia se encontraba en una guerra, usó esta palabra para describir lo que se venía. Al día siguiente, yo fui al supermercado más grande de la ciudad pensando que vería escenas dantescas de acopio de víveres. Para mi sorpresa, los franceses llevaban compras para los siguientes dos o tres días, confiando en lo que les dijeron las autoridades, que no habría desabasto, que las tiendas de comestibles estarían abiertas. Pero los inmigrantes de países árabes, me llamaron la atención porque llevaban carros de supermercado llenos como para sobrevivir tres meses. Muy contrastante con el comportamiento de los franceses. No los culpo porque estas comunidades, como las nuestras, latinoamericanas, venimos de un pasado de enorme desconfianza en el tejido institucional, en la credibilidad de las autoridades y del Gobierno y hemos generado tradiciones de supervivencia a partir de tribus, de redes familiares, de un núcleo básico. Esto me llevó a pensar que este modelo español o francés, tan radical para combatir la epidemia, que es un shock para la economía, es prácticamente impensable en nuestros países.

Alemania no ha confinado a sus ciudadanos, pero sí ha destacado la canciller Angela Merkel que la situación es grave, y ha exhortado a la población a tomársela en serio, a observar el distanciamiento social. ¿Cuál es el mensaje que debería transmitir el Gobierno mexicano?

Es difícil hacer una evaluación tajante y categórica. Estamos ante una situación inédita y por otro lado, las diferencias entre las sociedades latinoamericanas con respecto a las europeas son radicalmente distintas. Por un lado, los analistas todavía estudian la hipótesis sobre una ralentización en la propagación del virus en un clima más cálido. No que desaparezca, sino que se vuelva más lenta. Pero sobre todo, las decisiones tomadas en Francia, en España, y en general en Europa, van combinadas con el anuncio de un enorme apoyo financiero y fiscal, tanto para los ciudadanos por los salarios caídos por estas semanas de confinamiento, como sobre todo a las empresas, para reactivar después de este coma autoinducido, particularmente en Francia, España, e Italia. Algo que nuestros países no están en condiciones de hacer.

Cuarentena total en Argentina por el coronavirus. Cuarentena total en Argentina por el coronavirus.

Otros Gobiernos latinoamericanos, por ejemplo, Argentina, que tiene menos infecciones que México, y también de izquierda, por cierto, ha impuesto medidas más restrictivas al movimiento de sus ciudadanos, por lo menos temporalmente. En México el mensaje del presidente López Obrador y el de las autoridades de salud ha sido a menudo contradictorio. ¿Está el país en condiciones de afrontar una crisis sanitaria si la situación empeora?

Ya hemos entrado en la fase dos, pero antes de entrar en esta fase ya habían sido cancelados espectáculos públicos, restringido el turismo, y los restaurantes y los bares han ido cerrando, las escuelas fueron suspendidas. Se han reducido los espacios de contaminación. Ha sido un proceso paulatino, es cierto, pero también la propagación ha sido más lenta. Soy bastante escéptico sobre el costo-beneficio de una política que tienda más hacia el confinamiento indiscriminado de la población. Entre otras razones, porque la mitad de la población se encuentra en condiciones económicas bastante deterioradas. Casi el 60% de los mexicanos trabaja en la economía informal. No existe la posibilidad de que el Gobierno ordene el confinamiento y que ofrezca un apoyo en la misma medida.

¿Cómo debería ser la fórmula para enfrentar el desafío?

Nosotros tendríamos que ser más responsables, pero al mismo tiempo cuidar mucho de no caer en lo que considero el peor de los escenarios: una política muy restrictiva que no estemos en condiciones de hacer cumplir. Que la parálisis económica del aparato productivo formal y el deterioro económico que eso significa no se traduzca en una disminución en la pandemia porque la mitad de la población no va a dejar de salir para vivir un día más. Hay mucha gente que dice «prefiero enfrentar una gripa, que dejar de comer». Eso, y la incredulidad que tiene la población mexicana con respecto a las instituciones, es lo que haría muy poco factible una estrategia rígida de endurecimiento. El peor de los escenarios es quedarnos a la mitad, es decir, cargar con el costo de un shock a la economía y que además no logremos cumplir con el confinamiento de las personas.

España: casi 400 muertos por coronavirus en el transcurso de 24 horas. (21.03.2020) España: casi 400 muertos por coronavirus en el transcurso de 24 horas. (21.03.2020)

España ya está teniendo que enfrentar lo que llama usted condiciones de guerra, el tener que decidir quien sobrevive y quien no por la incapacidad del sistema sanitario de atender a todos los contagiados. En Estados Unidos, en donde Trump, al igual que Boris Johnson en Reino Unido, minimizaron el riesgo, ahora están teniendo que hacer un brusco viraje ante la propagación del virus que se ha convertido en un desafío para su sistema de sanidad. Porque no se trata de una simple gripa cuando se tienen problemas para respirar y la persona tiene que ser atendida en un hospital ¿Qué pasa si en México ocurre algo similar?

Un país como México tendría que estar volcado muchísimo más en la estructura de la salud pública y en el cuidado de segmentos vulnerables, más que en una política indiscriminada de confinamiento de la población, no porque sea lo óptimo, sino porque es lo factible. En esto no hay soluciones atractivas. Es escoger entre males menores. Lo que tendría que hacer México, siendo realista, es volcar sus recursos en esquemas de emergencia para fortalecer las condiciones para atender a los más vulnerables. Nuestra población es menos envejecida que las europea, por un lado, por otro, es cierto que todavía está por conocerse la velocidad de la propagación del virus en climas tropicales. Lo sabremos dentro de algunas semanas. Esos son elementos que podrían ser atenuadores. Pero tenemos una población con altos niveles de diabetes y problemas de salud, que hacen un contrapeso a estas posibles atenuantes. Hay muchas hipótesis flotando en el aire. Antes de adoptar un modelo drástico tendríamos que entender la naturaleza distinta de nuestros países. Lo resumo con una frase que puede parecer catastrófica, pero me temo que es realista. Un país como México puede estar en posibilidades de perder más gente por las medidas económicas irresponsables que por la pandemia misma. La mitad de la población vive al día, no puede quedarse una semana sin trabajar.

Los líderes de los países debieran poner el ejemplo en lo que se tiene que hacer. El presidente López Obrador ha recibido una lluvia de críticas por su mensaje poco claro, que minimiza el peligro del contagio… 

En eso coincido, el presidente debería de ser el primero en poner el ejemplo de lo que sus propias autoridades de salud pública están pidiendo a la población. Esa parte ha sido muy irresponsable por parte de López Obrador, como si estuviera protegido por una burbuja invulnerable gracias al poder con el que lo ha investido el pueblo. Esa parte es preocupante. Pero hay que cuidarse de ver a López Obrador como a un cliché, es un hombre complejo. En otros aspectos es de un realismo político y práctico enorme. Toda la relación con Estados Unidos, viniendo de un nacionalista populista, teóricamente de izquierda, ha mostrado justamente todo lo contrario. Todo mundo anticipaba un pleito permanente con Trump por temas ideológicos, nacionalistas, y ha actuado con un sentido práctico que nadie podía haber adivinado antes.  En realidad no se sabe a ciencia cierta cual será el comportamiento del virus y su capacidad de propagarse en climas más cálidos, incluso la OMS no puede asegurar que el virus desaparezca cuando llegue el verano, al igual que la influenza. México ya ha tenido experiencia con otras epidemias en el pasado, y al parecer varios sectores de la sociedad civil ven claramente el peligro de una crisis de salud de grandes dimensiones, que presionaría aún más a la economía, y están tomando medidas de prevención más estrictas que incluso lo que propone el Gobierno. (few)

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Fuente: www.dw.com