FCBCB cambia estatuto por considerarlo «centralista» y responder a idea de cultura del Gobierno masista

Sus directivos esperan que se apruebe una nueva normativa que “devuelva el poder al Consejo”. Algunos actores culturales ven los cambios “fuera de lugar”.

 



Mucho se ha hablado, a favor y en contra, en los últimos días, sobre la reestructuración que está llevando a cabo la Fundación Cultural del Banco Central (FCBCB), cambiando a tres de los siete directores de sus repositorios. Lo cierto es que las decisiones responden al nuevo estatuto que la institución está llevando a cabo, argumentando que el actual es “centralista” y “con una compresión de cultura del anterior régimen”, según informó a OPINIÓN el presidente del Consejo de la Fundación, Guillermo Mariaca.

“La visión del plan estratégico anterior -y su ‘traducción’ a una herramienta estatutaria- correspondían muy claramente a la comprensión que el régimen anterior tenía de la cultura: una comprensión sustancialmente administrativa que reunía todas las decisiones en una autoridad operativa y en una autoridad ejecutiva. Y que, como se revela en las acciones promovidas sobre todo por los Ministerios de Cultura y de la Presidencia, hicieron de esa comprensión una herramienta al servicio de culto a la personalidad y la perpetuación de un poder autoritario”, declaró Mariaca sobre el estatuto aprobado en 2018, en la gestión de Cergio Prudencio.

Entre otros puntos, el estatuto vigente permite que el directorio del Banco Central de Bolivia (BCB), por el voto de dos tercios de sus miembros, pueda destituir a los consejeros de la FCBCB, mismo poder que tiene el Ministerio de Culturas y Turismo. Además, al ser designados, los directores de los diferentes repositorios pueden ser retirados y destituidos por el presidente del Consejo.

De esta manera, el nuevo estatuto, que ya fue presentado al BCB y espera su aprobación, espera modificar la normativa en tres sentidos, detalla Mariaca: devolver a la Fundación su carácter de institución de Estado, que haga posible una organización interna que conciba a la cultura y las artes como su razón de ser y que devuelva al Consejo su poder de decisión. Estos elementos serán claves para el plan estratégico Bicentenario que prepara la FCBCB.

En su propuesta para el estatuto 2020, espera que el BCB apruebe a la instancia de decisión, como al Consejo; la que la instancia ejecutiva, la Presidencia, y que la operativa esté compuesta por tres secretarías generales.

Se ha pedido la renuncia, junto a un informe de su gestión, a los seis directores de los repositorios nacionales, que serán ratificados o retirados después de la aprobación del estatuto; sin embargo, algunos medios han anunciado que se cambiaría a Máximo Pacheco (director del Archivo y Bibliotecas Nacionales de Bolivia) por Rossana Barragán, a Max Jorge Hinderer (Museo Nacional de Arte) por Lucía Querejazú; y a Elvira Espejo, del Museo de Etnografía y Folclore, sin tantear aún a su reemplazo.

OPINIONES Una personalidad referente a la cultura, que prefirió mantenerse como fuente en reserva, cree que los cambios están “fuera de lugar”.

“A mí me parece una torpeza. No puedes cambiar de directores en una emergencia sanitaria, cuando ni siquiera les puedes dar una posesión física, qué les cuesta esperar tres meses cuando haya las nuevas elecciones y todos estemos en una normalidad más cristiana. Lo veo descabellado desde una mirada lógica y desde una mirada institucional”.

La gestora Tatiana Suárez cree que se están tomando acciones con un sector cultural azotado. “Si querían ayudar, pues no lo están haciendo, decapitar a las direcciones y poner gente nueva que es posible que no llegue a quedarse post elecciones es una clara prueba de que sus intereses son políticos y no culturales. Es altamente probable que las nuevas jefaturas entren con un nuevo equipo de trabajo, ¿Quién se va a hacer de cargo de los profesionales culturales que van a quedarse sin trabajo en medio de una crisis sanitaria? ¿Quién?”, declaró.

La productora María Fernanda Antuña, gerente de Mándala Música, dice que la noticia fue “inquietante” por el momento susceptible que pasa el sector, principalmente relacionado al cierre del Ministerio de Culturas; sin embargo, cree que la decisión “responde a una reestructuración administrativa y estratégica de la Fundación”.

Por su parte, el curador Renato de Marchi ve que los cambios de ruta en grandes entidades son normales, “no es un hecho aislado en el mundo cultural”. Concuerda con la idea de plantear una nueva organización frente a los retos que tiene la Fundación, “que prácticamente suple al difunto Ministerio de Culturas y Turismo, en los procesos de preservación, valorización, fomento y difusión que nunca fueron enfrentados por la cartera correspondiente”.

CAMPAÑA POR ESPEJO De las destituciones filtradas por la prensa, la que causó mayor polémica fue la de Elvira Espejo, directora del MUSEF, recientemente visibilizada con la premiación de la medalla Goethe, premio alemán que reconoce a personalidades que se distinguen en el intercambio cultural.

Incluso, se abrió una petición en el portal change.org, que ha recolectado al menos 1.500 firmas, para su restitución. “Ella en su calidad de mujer indígena, tejedora y conocedora de nuestra cultura elevó la productividad del museo a un 100%, durante su gestión se hicieron 28 catálogos, y es el único repositorio que tiene un plan de trabajo aprobado hasta el 2025 con vistas a una ampliación departamental”, señala un texto que acompaña la solicitud de firma.

“Revisando un poco el caso de Elvira su gestión en el MUSEF es de siete años. Es una gran artista y gestora, pero quizá es un cambio en la dirección de esa entidad cultural”, opinó Antuña.

Fuente: www.opinion.com.bo