Médicos sin Fronteras abandona la maternidad atacada en mayo en Kabul

La organización no gubernamental alega que no puede garantizar la seguridad ni de su personal ni de los pacientes, después de que 25 personas murieran en un sangriento ataque el pasado 12 de mayo.

Mohmmad Ali, un bebé rescatado de la matanza del pasado 12 de mayo en el hospital de Dasht-e-Barchi, en la que murió su madre.



Médicos sin Fronteras anunció el lunes (15.06.2020) que pone fin a sus actividades en la maternidad de Kabul que sufrió en mayo un sangriento ataque en el que murieron 25 personas, 16 de ellas madres. «Esta decisión fue tomada sabiendo que, aunque no ha transcendido ninguna información sobre los autores y el móvil de la matanza, las madres, los bebés y el personal sanitario fueron un objetivo deliberado y podrían repetirse ataques parecidos», declaró la oenegé en un comunicado.

El 12 de mayo, tres hombres armados irrumpieron en una unidad de maternidad gestionada por MSF y mataron a 16 madres -cinco de ellas a punto de dar a luz-, una comadrona, dos niños de 7 y 8 años, y otras seis personas. El ataque, que conmocionó a la población de un país que ya está acostumbrado a esta violencia, no fue reivindicado, pero Estados Unidos afirmó que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) era el responsable.

El edificio se encuentra dentro del hospital de Dasht-e-Barchi, un barrio del oeste de Kabul donde vive la minoría chiita hazara, blanco en varias ocasiones de los ataques del EI en los últimos años. «Sabíamos que había riesgo de trabajar en Dasht-e-Barchi, pero nunca nos imaginamos tanta brutalidad en un ataque dirigido contra las mujeres y sus bebés, contra los trabajadores sanitarios», dijo en referencia al ataque en declaraciones a Efe el coordinador de proyectos en el centro médico de la organización Clement Perrin.

«Hoy tenemos que aceptar la realidad: muros más altos y puertas de seguridad más gruesas no impedirán que hechos así se repitan. Quedarse significaría que tenemos que considerar la pérdida de vidas humanas como un parámetro de nuestra actividad, algo inconcebible», lamenta Thierry Allafort-Duverger, director general de MSF, citado en el comunicado.

Con cerca de 16.000 partos en 2019, esta maternidad era uno de los mayores proyectos de este tipo de la ONG en el mundo. Su cierre podría afectar a más de un millón de personas, según MSF. A esa comunidad se dirigió también Perrin y aseguró que su organización evaluará la posibilidad de apoyarla de otra manera.  «En las próximas semanas y meses, evaluaremos la posibilidad de apoyar a las comunidades de Dasht-e-Barchi, y especialmente a los diferentes hospitales y centros de salud y a la red de parteras, sin poner en peligro la vida de nuestros trabajadores y pacientes», dijo.

lgc (afp/efe)

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Fuente: www.dw.com