Agresiones contra Bolivia

 

Los ataques de 7 senadores estadounidenses son parte de una multiagresión que sufre Bolivia desde diversos frentes. Uno se pregunta por qué y desde dónde, la respuesta es porque la rebelión de octubre logró echar al narcomasista que desde su refugio en Buenos Aires no deja de agredirnos no solo al Gobierno, sino a todos los bolivianos.



En el fondo lo sucedido en octubre, noviembre pasado cuando se inicia el proceso de recuperación de la imagen verazmente democrática de Bolivia, adquiere importancia y sirve de ejemplo para alentar a los pueblos de Venezuela, Nicaragua, Argentina presas hoy de “ese populismo que sojuzga, somete a sus ciudades coartándoles la libertad”

Se explica entonces la reacción de Oscar Serrate Embajador en Washington quién calificó de imperialista, abusivo e irrespetuoso motivado en “violaciones a los DDHH que está cometiendo el Gobierno de Añez Chávez”. Serrate le pide al senador Sanders cabeza de la agresión, que antes de publicar nada “mire la realidad” solo así comprobará que las presiones ante los 7 senadores provienen de grupos castro-chavistas con poder económico y político en la región caribeña que gravita sobre Bolivia. Serrate afirma que “empresas del lobbysmo” que presentan facturas a sus financiadores tratan de rebajar la calidad de las relaciones USA-Bolivia hoy en buen pie y sometida a la urgencia médica que provoca padecimiento a nuestra Patria.

Serrate considera a Bernard Sanders como “un buen hombre” y que firmó el escrito con ánimo de menoscabar a Donald Trump del que es acérrimo oponente, que en realidad nada tiene en particular contra Bolivia. Sin embargo la agresión se cometió con daño para un Gobierno que hace todo lo posible para merecer la confianza y el apoyo de los bolivianos.

Afirma el Embajador Serrate que el contacto entre las cancillerías es permanente y fluído en el marco del respeto y la igualdad, nada que ver con la ideología ni mucho menos, es que ambos gobiernos están comprometidos con el fortalecimiento de la democracia, al margen de los partidos que rigen. El efecto de la gestión “demócrata de Sanders” se dejó notar porque sus gestores alegando defender los DDHH de su gente, se han sentido envalentonados en un momento en que son varios los sectores que están clamando por su desconocimiento y la elección de nuevos defensores, que no estén afiliados al narcomasismo, sino que demuestren ser independientes en su militancia política.