Castigados por su popularidad: el dato clave que revela «Finding Freedom», el explosivo libro sobre Meghan Markle, el príncipe Harry y la monarquía

Los llamados «hombres de traje gris» de la corte británica querían controlar al reciente matrimonio porque su popularidad estaba dejando en la sombra a William y Kate. Y tenían análisis matemáticos sobre el tema. Nuevos adelantos de la publicación prevista para agosto

 

En una encuesta, las búsquedas asociadas a Harry-y-Meghan representaban el 83% de la curiosidad global por las dos parejas de los nietos de la reina Isabel II, Harry y William. (JUSTIN TALLIS / AFP)
En una encuesta, las búsquedas asociadas a Harry-y-Meghan representaban el 83% de la curiosidad global por las dos parejas de los nietos de la reina Isabel II, Harry y William. (JUSTIN TALLIS / AFP)

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El 11 de agosto sale a la venta en inglés Finding Freedom, Harry and Meghan and the Making of a Modern Royal Family (En busca de la libertad: Harry y Meghan y la creación de una familia real moderna), el libro de Omid Scobie y Carolyn Durand, cronistas de la monarquía británica, sobre las desavenencias entre los duques de Sussex y el Palacio de Buckingham, que condujo a que la pareja abandonara sus funciones oficiales de representación de Isabel II y se mudara fuera del Reino Unido. Hace días que los medios ingleses dedican la mayoría de sus titulares a la inminente publicación de Harper Collins, y The Times anticipó varios fragmentos. Aquí algunos de ellos en traducción de Infobae:

¿Castigados por su popularidad?

Los miembros superiores de la corte, a quienes Diana solía referirse como “los hombres de trajes grises”, estaban preocupados porque el interés que suscitaban los Sussex, como su popularidad, debían ser controlados. En el breve periodo que siguió a su boda de cuento de hadas, Harry y Meghan impulsaban a la monarquía a nuevas alturas en el mundo. (…) Según informes de prensa que compararon la popularidad en internet de los Sussex y los Cambridge entre noviembre de 2017 y enero de 2020, “las búsquedas asociadas a Harry-y-Meghan representaban el 83% de la curiosidad global por las dos parejas”.

Los Sussex habían hecho que la monarquía se volviera más cercana para aquellos que nunca antes habían sentido una conexión. Sin embargo, existía la preocupación de que la pareja fuera traída al redil; de lo contrario, el establishment temía que su popularidad pudiese eclipsar la de la familia real.

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Muy emocional y ferozmente protector de su esposa y su hijo, Harry quedó agotado por las circunstancias singulares de su grupo familiar que, como describió una fuente, “no tiene la oportunidad de funcionar como una familia de verdad”. Si bien la política es parte de la dinámica de todas las familias, en el caso de William, Harry y el resto de la realeza es algo en un nivel totalmente distinto. “Cada conversación, cada asunto, cada desacuerdo personal, sea el que sea, involucra al personal”.

Harry: “No son más que trolls”

A Harry, en particular, el asunto le comenzó a pesar demasiado. “¿Acaso la reina no se merece algo mejor?”, aulló el titular de un periódico que el príncipe leyó en línea. “Esta gente no es más que trolls a los que se les paga”, dijo luego a un amigo. “No son más que trolls, y es algo asqueroso”.

Mientras movía el dedo en su iPhone, a veces no podía evitar mirar los comentarios a los artículos. “H&M me desagradan”, “Son una vergüenza para la familia real”, “El mundo sería un lugar mejor sin Harry y Megan”.

Ese último comentario tenía más de 3.500 “me gusta”. Harry lamentó haber abierto el enlace. Siempre se le hacía un nudo en el estómago cuando veía esa clase de comentarios “Es una parte enferma de la sociedad en la que vivimos hoy, y nadie hace nada al respecto”, siguió. “¿Dónde está el lado positivo? ¿Por qué todo el mundo se siente tan infeliz y enojado?”.

Meghan lo apoyó sin reservas

"Finding Freedom" describe al príncipe Harry como alguien muy emocional y ferozmente protector de su esposa y su hijo. (REUTERS/Toby Melville)

«Finding Freedom» describe al príncipe Harry como alguien muy emocional y ferozmente protector de su esposa y su hijo. (REUTERS/Toby Melville)

 

Si bien los medios británicos a menudo culparon a las esposas de los miembros de la realeza, en el caso de Harry él estaba bastante a favor ya de alejarse de la mirada pública.

Por eso se inclinó hacia el ejército, siempre evitó la pompa todo lo que pudo y no le dio a su hijo un título nobiliario. Durante mucho tiempo había anhelado una vida lejos del ojo indiscreto de los medios de comunicación. Meghan simplemente lo animó a que lo hiciera. Ella lo apoyó sin reservas. “Básicamente Harry quería hacerse a un lado”, dijo una fuente cercana a la pareja. “En lo más hondo de su ser, siempre estuvo en conflicto con ese mundo. Ella le abrió la puerta”.

Momento de decisión en Canadá

Antes de irse del Reino Unido, Harry había hablado unas pocas veces con su abuela y su padre, y con varios asistentes de importancia, sobre la urgente necesidad de que las cosas cambiaran, para él y su esposa, dentro de la estructura del palacio. Se sentía al mismo tiempo usado por su popularidad, acosado por la prensa debido a la fascinación del público con esta nueva clase de pareja real y menospreciado puertas adentro de la institución por ser demasiado sensible y franco. Él y Meghan no querían alejarse de la monarquía; querían, en cambio, encontrar un lugar de felicidad en su interior.

Los duques de Sussex viven en Los Angeles con su hijo Archie, que hoy tiene 14 meses. (REUTERS/Toby Melville)

Los duques de Sussex viven en Los Angeles con su hijo Archie, que hoy tiene 14 meses. (REUTERS/Toby Melville)

 

Aunque les resultó muy difícil decidirlo, llegaron a una conclusión: Harry y Meghan iban a dejar sus papeles como figuras de la realeza e iban a renunciar a los fondos soberanos.

A pesar del cambio, aún querían cumplir con sus deberes en representación de la reina. Eso era lo único que no querían dejar, no sólo por el amor y el respeto que Harry siente por su abuela, sino también porque Meghan sentía que había renunciado a mucho para orientar su vida hacia el servicio en la monarquía.

Antes de navidad, Harry le envió un correo electrónico a su abuela y a su padres para decirles que él y Meghan habían decidido cambiar la manera en que obraban: darían un paso al costado y pasarían más tiempo en el extranjero. No entró en detalles, preocupado porque la noticia se filtrase mediante algún miembro del personal. El resto, dijo, lo conversarían en persona.

Sorpresa: el sitio sussexroyal.com

Se conoció una noticia sobre sus planes de quedarse en Canadá. Le faltaban los detalles, pero era evidente que alguien dentro del palacio había informado al periódico. Una fuente de la realeza negó categóricamente la acusación y responsabilizó a la pareja por la filtración, “porque se sentían frustrados con el palacio por las conversaciones (…) querían forzar la situación, revelarla”. Ellos negaron tal cosa.

El libro de Omid Scobie y Carolyn Durand, cronistas de la realeza, revela detalles sobre por qué Harry y Meghan tomaron la decisión de renunciar a sus papeles oficiales.

El libro de Omid Scobie y Carolyn Durand, cronistas de la realeza, revela detalles sobre por qué Harry y Meghan tomaron la decisión de renunciar a sus papeles oficiales.

 

Una vez revelada la noticia, como los medios contactaban al palacio para solicitar comentarios, era necesario emitir un comunicado rápidamente. El 8 de enero la pareja compartió la noticia con el mundo en su cuenta de Instagram. Junto con ese anuncio, lanzaron sussexroyal.com, que ya no sería la página de su fundación sino la hoja de ruta del “nuevo modelo de trabajo” que esperaban adoptar.

El sitio tomó a todos, incluido su propio equipo de comunicaciones, por sorpresa. Los auxiliares y los integrantes de la familia sabían que la pareja quería dar un paso al costado, pero la página web, que mostraba los detalles de un modelo híbrido como si fuera un acuerdo, puso a la reina en una posición difícil.

Los auxiliares de Buckingham, aturullados, descartaron su comunicado original y difundieron un breve texto para la prensa 15 minutos luego de los Sussex hicieran lo mismo: “Las conversaciones con el duque y la duquesa de Sussex se hallan en una etapa inicial. Comprendemos su deseo de asumir un enfoque diferente, pero se trata de asuntos complicados que llevará tiempo resolver”. Los auxiliares, incluido el secretario privado de la reina, Edward Young, estaban furiosos.

Antes de la navidad de 2019 Harry le envió un correo electrónico a Isabel II y al príncipe Charles decirles que él y Meghan habían decidido dar un paso al costado. (Steve Parsons/Pool via REUTERS)

Antes de la navidad de 2019 Harry le envió un correo electrónico a Isabel II y al príncipe Charles decirles que él y Meghan habían decidido dar un paso al costado. (Steve Parsons/Pool via REUTERS)

 

Más inquietante, sin embargo, fue la reacción de la familia al sitio que habían lanzado. “El factor sorpresa, el haber tomado desprevenida a la reina, para los demás, que son muy conscientes de eso, fue, con razón, profundamente perturbador”, según un conocido cercano. Varios en la familia revelaron que tanto la reina como el príncipe Felipe estaban “devastados”.

“La familia es muy reservada, y el hecho de hacerlo público, cuando se les había indicado que no lo hicieran, lastimó a la reina”, continuó la fuente. “Fue exponer lo que los Sussex querían en una declaración, sin consultar primero con su majestad, y ella es la jefa de la institución”.

Las reglas no se tuercen

A pesar de su tristeza ante la idea de perder a los Sussex como miembros activos de la realeza, la reina comprendió que era necesario que la pareja se separase completamente de la institución. Nadie debería ser obligado a hacer algo que no quiere. Pero si Harry pensaba que su propuesta pública lograría que obtuvieran exactamente lo que querían, “estaba muy equivocado”, dijo un miembro de la corte. “La reina entendió las dificultades que ellos enfrentaban, pero las reglas no se tuercen para nadie”. El Palacio de Buckingham emitió un comunicado en el que afirmó que se llegaría a una solución para las peticiones de Harry y Meghan “en días, no en semanas”.

La cumbre en Sandringham House

“La reina entendió las dificultades que ellos enfrentaban, pero las reglas no se tuercen para nadie”, escribieron Omid Scobie y Carolyn Durand en "Finding Freedom". (John Stillwell/Pool via Reuters)

“La reina entendió las dificultades que ellos enfrentaban, pero las reglas no se tuercen para nadie”, escribieron Omid Scobie y Carolyn Durand en «Finding Freedom». (John Stillwell/Pool via Reuters)

 

Luego de tres días de conversaciones entre los integrantes de la familia real y funcionarios gubernamentales, incluido el gobierno de Canadá, la reina solicitó que Harry se acercara a Sandringham para reunirse con ella, Charles y William. (…) Harry estaba nervioso. La propiedad, donde la reina residía y donde habían forjado tantos recuerdos de navidades, era ahora el escenario de la cita más importante de su vida en la realeza.

También fue la más difícil. Estaba en desacuerdo con su familia como nunca antes. No fue una decisión fácil enfrentarse a las reglas antiguas de la monarquía, pero para Harry era la única opción para “hacer las cosas correctamente para su pequeña familia”, dijo una fuente cercana a la pareja. “Esto lo está destrozando. Él ama a la Reina, pero su esposa está afligida, y él adora a su hijo. Archie es todo para Harry”.

Cuando los miembros de la realeza se dispusieron a elaborar un acuerdo, el ambiente se impregnó de lo que una fuente describió como “un enfoque profesional”. Harry sentía que él y Meghan habían sido marginados durante mucho tiempo por la institución y que no eran una parte fundamental de su futuro. No hacía falta mirar más que las fotos familiares que se exhibieron durante el discurso de la reina el día de navidad. En el Salón Verde del Palacio de Buckingham, donde la reina pronunció sus palabras, los espectadores vieron fotos de los Cambridge y sus hijos, de Charles y Camilla, del príncipe Philip y una imagen en blanco y negro de Jorge VI. Era notable la ausencia de una foto de Harry, Meghan y su nuevo bebé, Archie. Fuentes del palacio insistieron en que la selección de fotos se hizo para representar la línea directa de sucesión, pero para Harry y Meghan fue otra señal de que tenían que pensar en su propio camino.

Los príncipes Charles y su hijo William participaron con Harry en la reunión con Isabel II donde se decidió el futuro de los Sussex y también un criterio para las generaciones por venir. (Tim Rooke/Shutterstock)

Los príncipes Charles y su hijo William participaron con Harry en la reunión con Isabel II donde se decidió el futuro de los Sussex y también un criterio para las generaciones por venir. (Tim Rooke/Shutterstock)

 

Charles le dejó en claro a Harry que él y Meghan formaban parte del futuro de la familia real a pesar de la demanda de una “monarquía reducida”, con menos figuras activas de la realeza. (…) Aunque a William no le habían caído bien las noticias originales del plan de su hermano, su destino estaba en manos de la reina, y ella era consciente de que el resultado de la reunión fijaría el criterio para las generaciones por venir.

Por fin, ella manifestó que la visión de una semi-realeza que ellos tenían no iba a funcionar. “Era insostenible”, dijo una fuente de palacio. (…) Esa noche, la reina difundió una declaración sincera y personal. “Mi familia y yo apoyamos totalmente el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida como una familia joven”, decía. “Aunque hubiéramos preferido que continuaran como figuras activas de la familia real, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia, sin dejar de ser una parte valiosa de la mía”.

En cualquier caso, la fuente dijo, “los miembros de la corte le echaban la culpa a Meghan, y algunos integrantes de la familia también”.

Humillación final en Westminster

En uno de los últimos compromisos como figuras de la realeza, Harry y Meghan no fueron correspondidos en sus saludos amables a William y Kate, quienes prefirieron dialogar con príncipe Edward y Sophia. (Phil Harris/via REUTERS)

En uno de los últimos compromisos como figuras de la realeza, Harry y Meghan no fueron correspondidos en sus saludos amables a William y Kate, quienes prefirieron dialogar con príncipe Edward y Sophia. (Phil Harris/via REUTERS)

 

Uno de sus últimos compromisos fue el servicio religioso para el Commonwealth en la abadía de Westminster. Si alguna vez hubieran necesitado la confirmación de que retirarse de la institución era la decisión correcta, las maquinaciones que precedieron al servicio resultaron un recordatorio útil. Aunque en los años anteriores habían formado parte de la procesión de las figuras importantes de la realeza que ingresaban a la iglesia con la reina, ahora descubrieron que habían sido eliminados de la formación. La decisión se había tomado sin consultarlos y se les informó mucho después de que se hubieran impreso las 2.000 copias del programa para los invitados, en los que sus nombres brillaban por su ausencia.

Ese año sólo serían el duque y la duquesa de Cambridge, el príncipe de Gales y la duquesa de Cornwall quienes caminarían con la reina por la abadía. Parecía algo intencional. “Harry estaba más que decepcionado”, dijo un amigo. “Lo manifestó, pero el daño ya estaba hecho”.

Para suavizar las cosas, los duques de Cambridge accedieron a sentarse al mismo tiempo que los de Sussex y los condes de Wessex. (…) Mientras Harry y Meghan saludaron a William y Kate sonriendo, los Cambridge apenas respondieron. Era la primera vez que las dos parejas se veían desde enero. “Harry”, dijo William e inclinó la cabeza, ignorando a Meghan. Durante los minutos previos a la llegada de la reina, William y Kate se sentaron dándoles la espalda, y sólo se dieron vuelta para hablar con el príncipe Edward y Sophia, sentados junto a los Sussex. Aunque Meghan trató de cruzar su mirada con la de Kate, la duquesa apenas registró su presencia”.

Por qué el acuerdo le dolió a Harry

"Finding Freedom", de Omid Scorbie y Carolyn Durand, saldrá en inglés el 11 de agosto. (REUTERS/Toby Melville)

«Finding Freedom», de Omid Scorbie y Carolyn Durand, saldrá en inglés el 11 de agosto. (REUTERS/Toby Melville)

 

Luego de cinco largos días tras la reunión original, la reina afirmó en un comunicado que había surgido un plan para “un camino constructivo y de apoyo para mi nieto y su familia” que entraría en vigor en el otoño boreal de 2020. A esto le siguió una declaración de Harry y Meghan. Ambas partes esbozaron los términos del acuerdo, que estipuló que la pareja se apartaría completamente de sus obligaciones en la realeza. Como no serían figuras activas, no podrían ya utilizar sus títulos de alteza real o la palabra realeza en sus proyectos futuros. Harry perdería sus honores militares y también se le quitó su papel de embajador para la juventud del Commonwealth.

El aspecto más desmoralizador del acuerdo fue que a Harry se le eliminarían los nombramientos militares honoríficos. “Fue una píldora difícil de tragar, y para Meghan también resultó en extremo doloroso verlo atravesar eso”, dijo una fuente cercana a la pareja. “Es lo que tocó los sentimientos de Harry”.

“Era tan innecesario”, le dijo luego Meghan a una amiga. “Y no solo le quitan algo a él: también a toda la comunidad de veteranos militares. Es visible que él significa mucho para ellos, también. Entonces, ¿por qué? Los poderes [de la institución] son, lamentablemente, más grandes que yo”.

Meghan: nunca, nada más con la familia real

Luego de la ceremonia [en Westminster] Meghan voló de regreso a Canadá: había reservado el primer vuelo luego del servicio para volver con Archie. “Meg sólo quería llegar a su hogar”, dijo una amiga, que observó que la duquesa quedó emocionalmente afectada y agotada. “A esas alturas no se podía imaginar que alguna vez pudiera querer volver a meterse en algo con la realeza”.

Harry y Meghan se casaron el 19 de mayo de 2018 en una ceremonia que vieron 1.900 millones de personas en el mundo. (REUTERS/Damir Sagolj)

Harry y Meghan se casaron el 19 de mayo de 2018 en una ceremonia que vieron 1.900 millones de personas en el mundo. (REUTERS/Damir Sagolj)