Dióxido de cloro, el producto industrial consumido en Bolivia y prohibido en Perú por su toxicidad

A la par de cuestionamientos y recomendaciones de científicos y expertos, a lo largo de estas semanas, diferentes medios de comunicación difundieron testimonios de pacientes en Bolivia que aseguran se recuperaron del coronavirus gracias al consumo de este producto.

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Dióxido de cloro. Foto. RRSS

Mientras suman en Bolivia la promoción y la campaña de grupos de comunicadores, dirigentes, activistas, autoridades locales e importadores para  el consumo de dióxido de cloro como un tratamiento para el coronavirus (Covid-19), países de la región, como Perú, van prohibiendo su uso y comercialización debido a su toxicidad.

Hace unas horas en Perú se ordenó retirar del mercado local el dióxido de cloro. La Comisión de Protección al Consumidor informó que  el Indecopi N° 2 (CC2) no contaría con respaldo científico, ni registro sanitario que emite la Dirección General de Medicamentos.



“Retire, inmovilice y cese la comercialización de todos los lotes y presentaciones del producto ‘CDS Dióxido de Cloro-Código Salud’, así como el cese de la promoción de dicho producto en todas sus presentaciones”, detalla la sanción emanada desde esta instancia peruana.

Mientras Perú se une a varios países que desautorizan la comercialización del dióxido de cloro, en Bolivia a diario se incrementan las filas de personas en diferentes regiones para comprar este producto industrial, que hasta el momento no tiene una base científica con evidencias comprobadas de curar enfermedades como el Covid-19.

“El dióxido de cloro no es un medicamento, es un reactivo industrial, así que difícilmente va a curar una enfermedad, y menos oxigenar las células, como dicen. Lo que deben hacer quienes promocionan el uso de este producto y se hacen llamar científicos, es que deben demostrar que realmente funciona en el organismo, porque todos los medicamentos han pasado por una serie de fases de investigación. Y en este caso, no hay ninguna investigación científica que determine algo”, dijo en entrevista con ANF, el científico y médico, Roger Carvajal.

Recientemente, en Pando, Chuquisaca y Tarija, aprobaron el uso del dióxido de cloro. En el primer caso se firmó un convenio para que el grupo que  representa en Bolivia al alemán Andreas Kalcker, el promotor del producto y su uso, se encargue de encaminar las terapias a pacientes con Covid-19.

De igual forma, en el departamento de La Paz, ya se presentó un proyecto de ley para el uso del producto industrial en el tratamiento de pacientes con coronavirus.

“Esta sustancia química está causando estragos en el país. Genera mucha inseguridad y la situación misma de la pandemia está haciendo creer en la población que es la sustancia milagrosa y no es así”, afirmó por su parte Teresa Rescala, directora del Centro de Información de Medicamentos (CIDME) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) .

Por otra parte, dos universidades del país, la Universidad Técnica de Oruro (UTO) y la Universidad Juan Misael Saracho de Tarija, señalaron que producirán el dióxido de cloro, la primera tanto para uso como desinfectante como para uso medicinal, mientras que en la segunda su rector señaló que sería en primera instancia para uso de desinfección. Aún a pesar de la advertencia y prohición desde el Ministerio de Salud.

Desde el Comité Científico Nacional Covid-19 se alertó al menos de ocho efectos secundarios generados por el uso del dióxido de cloro, cono son: falla respiratoria, metahemoglobinemia, prolongación del espacio QT en el electrocardiograma, hipotensión causada por deshidratación, falla hepática aguda, anemia hemolítica, vómitos y diarrea severa, además de trastornos hidroelectrolíticos.

En Norte América tampoco se avala su uso para el consumo humano y menos para el tratamiento contra el virus. Es así que hace unas horas un padre y sus tres hijos fueron acusados ante una corte federal de Miami, Florida (EE.UU.) por comercializar la supuesta “solución mineral milagrosa”, como una cura contra el coronavirus y se trataba de una solución química que contiene clorito de sodio y agua.

“Hace 13 años dicen que andan investigando este producto para las enfermedades, pero hasta ahora no hay ninguna publicación. Y es necesario explicar que las investigaciones médicas jamás empiezan con el humano, es requisito cumplir fases y secuencias y este producto del dióxido no cumplió nunca esas las fases y no hay ninguna comprobación científica”, agregó Carvajal.

Ante la situación de mayor demanda y desesperación que vive la población, por diversos factores como la falta de atención hospitalaria o la ausencia de medicamentos, frente a la  por este producto en Bolivia  es que se recomienda a las autoridades tomar una posición oficial.

“Lo más importante es escuchar a las personas que saben sobre un tema, porque están hablando profesionales de otras áreas como periodistas para la difusión de esta ‘sustancia milagrosa’. La gente está en una crisis y el Estado tiene una responsabilidad con esto”, agregó Rescala.

Sin embargo, y a la par de tales cuestionamientos, a lo largo de estas semanas, diferentes medios de comunicación difundieron testimonios de pacientes en Bolivia que aseguran se recuperaron del coronavirus gracias al consumo de dióxido de cloro.

Por ello su demanda se incrementó y se pudo evidenciar que inclusive las ventas u ofertas se hacen en redes sociales.

Fuente: https://www.noticiasfides.com