El país queda huérfano de su guerrero más valiente: Óscar Urenda

El médico más comprometido del país no pudo vencer la guerra contra el virus. Deja un ejemplo de vocación de servicio.

Página Siete

El miércoles 6 de mayo la voz gruesa y potente de Óscar Urenda se quebró cuando anunciaba al país que debía recluirse tras detectarse en su equipo un caso positivo de coronavirus. Ayer, el médico cruceño, de 72 años, perdió una guerra que él mismo había enfrentado con entereza y decisión cada día desde la secretaría de Salud de la Gobernación de Santa Cruz.



No pudo sobrevivir al enemigo invisible y dejó al país huérfano de su guerrero más valiente. La Covid-19 apagó su vida este 24 de julio a la una de madrugada. Bolivia está consternada ante la partida de este médico ginecólogo que había advertido en numerosas ocasiones que el coronavirus causaría estragos en la salud de los bolivianos, cuando el 10 de marzo Santa Cruz registraba el primer caso importado de coronavirus.

Pero pese a la adversidad, siempre dejaba un mensaje de esperanza.

Urenda vaticinaba, en una de las últimas entrevistas que concedió a Página Siete, que «cuando menos lo espere le saldrá a uno la enfermedad, en algún familiar o algún allegado, como a nosotros, a nuestro equipo del Sedes, que estuvo trabajando día y noche». Una triste premonición.

Oscar Urenda  lideró la lucha contra la pandemia desde la Gobernación.
Foto: Archivo digital

Consciente de las deficiencias del sistema de salud para atender los miles de casos que se presentarían, Urenda exhortaba cada día en su mensaje televisado -en el que brindaba el reporte de casos- a los cruceños y al país a acatar la cuarentena. «Estamos haciendo todo lo humanamente posible para resguardar la vida y la salud del pueblo cruceño», dijo en uno de esos mensajes.

  Advertía que «tenía el  temor a que llegue el momento en que todo sea insuficiente ante la cantidad de gente que estará hospitalizada, en terapia intensiva. Si los casos siguen creciendo, la pandemia nos rebasará».

Hace unas semanas, el doctor Urenda le decía a Página Siete que «esto va a pasar; va a ser duro; es una guerra donde habrá muchas bajas, va a haber gente que va a sufrir mucho todavía, pero como todas las guerras terminará y volveremos otra vez a estar juntos y volver a hacer una vida, si Dios quiere, normal y habremos tenido la experiencia que va a ser histórica para toda la humanidad».

Su comprometida gestión al frente de la pandemia llamó la atención del Gobierno, que lo quería como ministro de Salud. «Recibí una invitación de parte de alguna gente del Ministerio para formar parte del gabinete; pedí que no me llame la presidenta para no tener que decirle que no. Yo me debo a Santa Cruz, tengo que trabajar por Santa Cruz. Formo parte del equipo del gobernador que me dio hace diez años la oportunidad y no era justo que yo, por una invitación para ser ministro, lo abandone», le dijo el doctor Urenda a este diario.

Comprometido con la salud

Lasallista de corazón, Urenda se formó profesionalmente en Argentina, Brasil y España. Fue presidente de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia y también del Club Social 24 de Septiembre. Nació un 19 de enero de 1948 en Santa Cruz y tuvo seis hijos, 12 nietos y dos bisnietos.

Desde el Sedes, luchó contra enfermedades como el dengue, chikungunya, zika, influenza AH1N1, AH3N2 y B, varicela, rabia canina y hepatitis A.

En la Gobernación recuerdan que año tras año Urenda fue un continuo promotor de la donación voluntaria de sangre. «Santa Cruz crece permanentemente y siempre se requiere sangre (…) Con las transfusiones le salvamos la vida a la gente y se debe colaborar para salvar la vida a nuestros semejantes», señalaba.

El doctor  Óscar Urenda junto a sus familiares.

En 2002 fue director del Comité Cívico Pro Santa Cruz y en 2005 fue electo como diputado por la Circunscripción 52. Cinco años más tarde participó en la redacción de los Estatutos Autonómicos. Fue un luchador permanente por las autonomías de Santa Cruz.

Fue también segundo vicepresidente de la Cámara de Diputados y desde allí realizó una férrea lucha y defensa por los intereses de su región. En marzo de 2009 se convirtió en el presidente de la Brigada Parlamentaria cruceña.

«Ahí comenzó su carrera política, en la lucha contra un centralismo secante y un pseudo socialismo que nos arrinconaba a los cruceños», recordó Ruth Lozada, quien lo conoció de muy joven.

«Le gustaba cantar. No había karaokes en Santa Cruz, pero el montó uno. Ahí se podía cantar hasta con guitarra», contó Lozada.

Durante su gestión como secretario de Salud en la Gobernación cruceña, asumió el reto de dar funcionalidad a los hospitales de tercer nivel y realizó las gestiones para destinar el 30% del presupuesto de la Gobernación para la salud.

En 2016, Santa Cruz se convirtió en el primer departamento en poner en funcionamiento un moderno acelerador lineal y el único del sistema público en Bolivia en instalaciones del Hospital Oncológico.

Se involucró además en la lucha contra el cáncer, gestionó la compra de equipos para las cirugías a corazón abierto y trabajó para que los hospitales de tercer nivel realicen trasplantes de hígado.

Además, impulsó la construcción del hospital de tercer nivel de Montero, dos salas de este nosocomio fueron habilitadas para la atención de pacientes con Covid-19.

Y fue uno de los impulsores de la Ley del 10% del presupuesto para salud.

Gabriela Jiménez es directora de relaciones públicas del Comité Cívico Femenino cruceño y trabajó con el doctor Urenda durante los últimos cinco años en el comité de emergencia conformado para enfrentar la pandemia.

«Su partida deja un gran pesar, era una persona con una vocación de servicio muy admirable, Quería mucho a la vida, a las personas y a la tierra cruceña. Cuando estuvo sano, ningún día dejó de atender a los pacientes. Es una tristeza perder a este tipo de personas que dan una enseñanza, de que lo mejor que uno puede hacer en esta vida es servir a los demás y él era así, tenía la vocación de servicio muy arraigada», dijo Jiménez.

«Él iba más allá de un cargo gubernamental y la gente lo sabía, es realmente una pena para la población, todos teníamos la esperanza de que pudiera ganar esa batalla, pero Dios sabe por qué haces las cosas; hay que aceptar su voluntad y seguir luchando para superar esta crisis de salud», agregó.

Las redes sociales se llenaron de mensajes de pesa ayer.  «Partió nuestro héroe. Como me dijeron ‘le puso el pecho a la bala por todos nosotros’. Valiente servidor público», escribió su amiga Fabiola Mercado.

El gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, dijo en su cuenta de Twitter: «Se me hace difícil asimilar tu partida Osquitar, siempre te admiré porque más de una vez preferiste dar tu vida por los demás, con ese corazón noble y desinteresado».

Hoy, el sentimiento cruceño y de los bolivianos en general es el de continuar con la lucha contra el coronavirus, para honrar la memoria de un hombre y profesional que luchó por sus ideales y que cumplió su misión con su pueblo.

Leyenda

Alertas  de Urenda

  • Enrevista En una entrevista en CNN, en marzo, Urenda dijo que en el pico de la pandemia en Santa Cruz podría llegar a los 3.000 casos.  «Pensamos que las cifras que dimos se darán hasta fines de mayo; con este ritmo, hasta entonces tendremos más de 3.000 casos», advirtió.
  • Cuarentena   El médico reclamó constantemente el incumplimiento de  las medidas de prevención.  «Si seguimos sin cumplir la prevención sufrirán los que llegarán a los hospitales, porque no tendremos la capacidad de atenderlos», dijo.