“Hay necesidad de actualizar el escalafón diplomático desde el mérito y la inclusión”

La autoridad lidera un proceso de institucionalización en la Cancillería de Bolivia. La ministra afirma que la política exterior sin contar con recursos humanos idóneos para su ejecución está destinada al fracaso.

Página Siete   / La Paz

La canciller Karen Longaric asegura que su compromiso con la institucionalidad de Cancillería es inquebrantable, y subraya  la necesidad de actualizar los escalafones diplomático y administrativo bajo dos  principios: méritos e inclusión.



En entrevista con Página Siete, la Ministra de Relaciones Exteriores expresa  que una política exterior sin contar con recursos humanos idóneos para su ejecución está destinada al fracaso.

Durante el régimen del MAS se puso en vigencia la Ley 465, en diciembre de 2013, que dispuso la necesidad de organizar e implementar el nuevo “Servicio de Relaciones Exteriores” en un plazo máximo de dos años. No obstante, el gobierno del partido azul no cumplió ese mandato.

Fue precisamente Longaric quien asumió el reto de institucionalización de ese ámbito. En ese marco, el 18 de mayo, el Ejecutivo aprobó el decreto 4240, que pone en vigencia el Reglamento del Consejo Evaluador y Calificador de Méritos, como Órgano Superior para la implementación de la carrera del Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de sus escalafones diplomático y administrativo.

El 1 de julio se aprobó el Reglamento General de la Academia Diplomática Plurinacional y también se sancionaron los reglamentos del Escalafón Diplomático y Escalafón Administrativo.

 ¿Por qué es importante retomar un aspecto tantas veces observado, cual es la institucionalización de la carrera diplomática en Bolivia?

La institucionalización de la carrera diplomática es vital porque son los diplomáticos los encargados de ejecutar la política exterior de un Estado. La política exterior sin contar con recursos humanos idóneos para su ejecución está destinada al fracaso.

 ¿Cuánto afectó a la diplomacia boliviana que se haya ignorado durante tantos años el escalafón diplomático y administrativo?

Ignorar la vigencia de los escalafones diplomático y administrativo ha dado como resultado la improvisación en las designaciones en puestos para los cuales se requiere experiencia y formación académica especializada. En estas condiciones es imposible una aplicación eficiente y eficaz de la política exterior del Estado.

Las consecuencias de aquello fueron un relacionamiento precario con la comunidad internacional y una lógica de las relaciones exteriores basada solamente en afinidades ideológicas y no así en la representación pragmática de los intereses del Estado. Esto se tradujo en muchos fracasos en áreas diplomáticas, económicas y comerciales.

Por ejemplo, la participación de Bolivia en organismos de integración se vio reducida a ser simplemente un portavoz de los intereses de los socios del anterior Gobierno. La posición de Bolivia en la CAN, por ejemplo, se vio debilitada pese a tener la secretaría general en tres oportunidades durante el anterior Gobierno.

También llevó a otros graves errores diplomáticos, como la judicialización de las relaciones con Chile y a errores en las relaciones bilaterales y comerciales que causaron pérdidas de acceso a mercados internacionales y en consecuencia pérdida de empleos. Por ejemplo, el Atpdea con Estados Unidos. Estos son algunos ejemplos de los desaciertos de la Cancillería durante los 14 años del régimen del MAS, desaciertos que en su momento critiqué desde mi columna en Página Siete en varios artículos.

¿Con el cambio cómo será ahora, qué beneficios habrá para el país y para los propios funcionarios diplomáticos?

No hay duda que el principal beneficiario de un proceso de institucionalización es el Estado. Bolivia contará con profesionales idóneos pertenecientes a un sistema de calificación y evaluación de méritos de la más alta exigencia, acompañado por procesos permanentes de formación, capacitación, actualización y especialización.

A partir de la aplicación del nuevo escalafón, las reglas para la incorporación y los ascensos en los rangos diplomáticos estarán claras. Eso transparentará la administración de los recursos humanos en Cancillería, cosa que también beneficiará a los funcionarios diplomáticos de carrera, que ahora podrán confiar en la institucionalidad y transparencia del ministerio y gozarán de estabilidad laboral digna.
¿Significará un cambio en la política exterior del país?
La política exterior es una serie de estrategias y medidas que toma un Estado para salvaguardar sus intereses y representarlos ante la comunidad internacional. En ese sentido, la política exterior no va a ser afectada por el escalafón.

Sólo la institucionalización y profesionalización de la diplomacia y los diplomáticos podrán garantizar la implementación eficiente y real de la política exterior del Estado.

Es absolutamente importante destacar que una política exterior debe reflejar la proyección de un Estado en el contexto internacional y en ningún caso los intereses coyunturales de un Gobierno de turno.

En el caso de Bolivia, por ejemplo, hay temas como el acceso soberano al océano Pacífico, la defensa de las aguas del Silala, la lucha contra el narcotráfico, la integración regional, derechos humanos, entre otros. Son temas inamovibles en la agenda de la política exterior en tanto no se logren concretar.

Esto no quiere decir que en mi gestión no hicimos cambios notables a la política exterior. Lo hicimos, por supuesto que sí. La desideologización y reorientación hacia un pragmatismo al servicio de los intereses geopolíticos y económicos de Bolivia. Ese fue el cambio. La desideologización de la política exterior para ponerla únicamente al servicio del país, y no de una coyuntura política.

¿Qué alcances tendrá este denominado “nuevo Servicio de Relaciones Exteriores”, qué cambios sufrirá Cancillería?

El alcance de este cambio es para toda la Cancillería, tanto en su ámbito diplomático como administrativo. Al margen de estas grandes reformas, los primeros cambios ya se han dado desde mi primer día al mando de la Cancillería.

No olvidemos que reincorporamos a profesionales de carrera apartados por el anterior Gobierno, así como a experimentados profesionales con experiencia en organismos internacionales. Despedimos a personal sin la calificación necesaria en el servicio central y en el servicio exterior también, e incorporamos cuadros jóvenes con el perfil idóneo para trabajar en la Cancillería.

Hay otros cambios que vendrán paulatinamente. El reglamento del escalafón diplomático prevé, por ejemplo, la actualización de rangos diplomáticos periódicamente y la incorporación de nuevos funcionarios al escalafón mediante tres modalidades.

Primero, la incorporación de profesionales egresados de la Academia Diplomática Plurinacional. Segundo, la incorporación de nuevos funcionarios por concurso de méritos. Y tercero, la incorporación al escalafón por invitación directa.

Todos los candidatos, incluidos los que serán incorporados al escalafón por invitación directa, deben ser evaluados por la comisión y deben cumplir una serie de requisitos preestablecidos antes de asignarles un rango.

Una vez que los funcionarios tengan un rango podrán incorporarse a trabajar en el servicio central o en el servicio exterior y se respetará su permanencia en dichos cargos.

 ¿Esta reglamentación tendrá efectos de ley; es decir, se respetará de ahora en adelante en todos los futuros gobiernos?

Obviamente que eso es lo deseable. La reglamentación alcanzada tiene su base en la Ley 465 del servicio exterior, aprobada durante el anterior Gobierno, el año 2013.

El Decreto Supremo 4240, aprobado recientemente en el mes de mayo, dispone elaborar la reglamentación específica de los escalafones diplomático y administrativo, y además la reglamentación general de la Academia Diplomática.

Entonces, la decisión de respetar este proceso viene a ser la responsabilidad exclusiva de los actores políticos que hoy ya plantean un escenario electoral. La decisión será simple: o se apuesta por la continuidad del fortalecimiento institucional en beneficio de Bolivia, o se vuelve a mirar al pasado reciente, donde la carrera diplomática es inexistente.

Cabe hacer notar que el anterior Gobierno no reglamentó la ley, a pesar de que  la misma estipulaba un plazo perentorio de dos años para hacerlo, pero no se cumplió.

Por ello, hemos visto que lamentablemente durante los 14 años del gobierno del MAS el servicio diplomático sufrió uno de los más lamentables retrocesos.

Cuando yo asumí la Cancillería, en noviembre de 2019, solamente cuatro de 37 jefes de misión en nuestras embajadas y representaciones ante organismos internacionales eran funcionarios de carrera o con experiencia en relaciones internacionales. Hoy, en julio de 2020, 23 de 34 jefes de misión son diplomáticos de carrera o tienen una amplia experiencia en la cooperación multilateral en organismos internacionales.

La idea es que esto se constituya en un precedente y que los futuros cancilleres continúen con esta práctica.

 ¿Qué papel tendrá la Academia Diplomática Plurinacional en este proceso?

La Academia Diplomática Plurinacional tiene un rol fundamental en este proceso. De hecho, la ley la instituye como el centro de formación profesional especializado en diplomacia y relaciones internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores. La academia tiene bajo su responsabilidad la formación, la capacitación, la actualización y especialización de los diplomáticos de carrera.

Durante mi gestión  hemos estimulado mucho esto, como nunca antes a través de plataformas virtuales y la más alta exigencia, comparable con parámetros internacionales.

Hemos venido capacitando permanentemente a nuestros funcionarios  en el exterior, así como en el servicio central. Es así que efectivamente la Academia Diplomática cumple un rol permanente, fundamental en la institucionalización de la carrera diplomática y el fortalecimiento del servicio exterior y del servicio central.

¿Qué garantizará la independencia a largo plazo de este proceso y de este nuevo escalafón?

La Ley 465 conjuntamente con los reglamentos y la resolución ministerial que los apoyan son la base legal que asegura la vigencia a largo plazo de esta importante reforma.

Al mismo tiempo yo creo que serán los diplomáticos y los funcionarios administrativos quienes también defenderán este escalafón en el futuro, ya que estas reglas claras y transparentes serán la base para asegurar la institucionalidad del cuerpo diplomático. Al mismo tiempo vamos a implementar una serie de medidas que creemos sentarán un precedente y que los funcionarios de Cancillería exigirán en el futuro.

Por ejemplo, antes de comenzar con la evaluación de funcionarios nuevos y antiguos, los reglamentos serán socializados con los funcionarios diplomáticos y administrativos. Asimismo, la Ley 465 establece claramente cómo será el proceso de calificación en el escalafón diplomático y quienes integran la comisión evaluadora.

Como Canciller y presidenta de la junta evaluadora en este caso, por ejemplo, invitaré a representantes de la Academia Diplomática, de la asociación de diplomáticos para que participen activamente en la evaluación de funcionarios antiguos y en la convocatoria a nuevos funcionarios.

Entonces, yo considero que un Estado de Derecho se caracteriza, entre otras cosas, por la responsabilidad de los gobernantes a la hora de tomar decisiones. Es decir, las decisiones de los gobernantes conllevan responsabilidad y, por tanto, será justamente la visión de Estado de aquellos que toman decisiones lo que garantizará la independencia y vigencia de este proceso sin la contaminación política partidaria.

Por otra parte, respecto al tema que menciona de qué garantizará la independencia, en este proceso de selección y evaluación que vamos a impulsar, los puntajes estarán sujetos a variables habilitantes, estudios  y otras cualificaciones que harán alrededor del 80% de la calificación final y entrevistas con los postulantes que contarán alrededor del 20% de la evaluación. Y, por ejemplo, la evaluación de las hojas de vida y variables habilitantes será usando un programa informático para evitar manipulaciones manuales; por otro lado, las entrevistas serán grabadas para asegurar la mayor transparencia en el proceso de calificación.

Y finalmente un elemento muy importante, y como es de conocimiento público, que toda acción administrativa en un ministerio puede ser sujeta a auditorías. Consecuentemente, este proceso de selección de nuevos funcionarios y el proceso de calificación de rangos puede ser sujeto a permanentes auditorías. Esperamos reglamentar el escalafón de tal manera que se audite regularmente ese escalafón.

¿Qué representa esto para los nuevos profesionales bolivianos que se han formado en Relaciones Internacionales y otros ámbitos relacionados con la diplomacia?

Esto representa una esperanza, una oportunidad, una motivación. Nuestros profesionales jóvenes que se decanten por una especialización en el área internacional deben aspirar a ser parte de la carrera diplomática, y aquellos que ya son parte de ella verán en este proceso un ideal alcanzado, porque los profesionales no deberían estar nunca más sometidos al tratamiento indigno y poco profesional de las autoridades de turno.

Mi compromiso con la institucionalidad de Cancillería es inquebrantable. He convocado a profesionales de carrera con experiencia sin descuidar a jóvenes profesionales formados en esta especialidad, para que se sumen a este esfuerzo y he señalado con absoluta claridad la necesidad de actualizar los escalafones diplomático y administrativo desde el mérito y la inclusión, bajo esos dos principios.

Fuente: Página Siete Digital